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Juego seguro: así se protege la seguridad en el sector del juego

En un sector que mueve 17.900 millones de euros al año, según los datos del Anuario del Juego en España 2023, la seguridad tiene una importancia crucial.

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Juego seguro. Imagen generada por IA.

A principios de este mes de mayo se celebró en Madrid la Feria Internacional del Juego 2024. Nada más entrar en el pabellón, el visitante quedaba atrapado por la exhibición de luces, colores y sonidos de cientos de máquinas tragaperras, los diseños de las recreativas, el giro hipnótico de las ruletas que se mostraban en los booths de fabricantes, operadores online y casinos. Pero si se animaba a caminar fuera de los pasillos centrales que semejaban una réplica de Las Vegas, le llamaba la atención la presencia de un stand de la Policía Nacional en un lateral, otro de una compañía de seguridad en el lado opuesto, o los de firmas tecnológicas un poco más allá. Y es que, en un sector que mueve 17.900 millones de euros al año, según los datos del Anuario del Juego en España 2023, la seguridad tiene una importancia crucial.

Prevenir el robo y el fraude, garantizar la legalidad de todos los elementos empleados y asegurar la integridad de las plataformas son preocupaciones a las que intentan dar respuesta operadores, empresas de seguridad y Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. En el otro lado, jugadores y apostadores reclaman transparencia en el cumplimiento de la normativa y protección de sus datos, exigencias a las que los titulares de una licencia de actividad de juego también deben responder. 

Luchando permanentemente contra el fraude

Con cerca de 18.000 millones de euros circulando cada año sólo en nuestro país, el del juego es un ámbito de acción muy goloso para los delincuentes, los que actúan en el mundo físico y los que trabajan online.

Muy llamativo fue el caso de una organización afincada en España y desarticulada a principios del pasado mes de marzo, que amañaba eventos deportivos y defraudaba a casas de apuestas en más de 20 países, incluyendo Rumanía, Bulgaria, Ucrania, Rusia o Bolivia. La red llegó a obtener dos millones de euros en premios. Los integrantes de la red amañaban partidos predeterminando resultados en competiciones deportivas de diversas especialidades, sobre todo fuera de España. Una vez acordado el resultado objeto de la apuesta, apostaban vía online de manera masiva desde España, lo que les reportaba grandes beneficios económicos. Llegaron a controlar 1.500 cuentas de juego, para lo cual contaban con la colaboración de 53 personas que actuaban como “mulas”, facilitando sus datos de identidad y/o cuentas personales en diferentes plataformas de apuestas a cambio de una cantidad de dinero. Identidades que los líderes de la organización utilizaban en sus apuestas. 

Según David Calvete, responsable del Servicio de Control de Juegos de Azar y Apuestas de la Policía Nacional, estos dos delitos, el fraude de identidad y los amaños deportivos, son los más comunes en las apuestas online. En muchos casos, los criminales no pagan a testaferros para que presten sus datos, sino que se hacen con datos personales y credenciales para usurpar la identidad de otras personas.

Para prevenir el fraude, Calvete define como base la “colaboración”, tanto con entidades públicas como privadas. De esta forma, la Policía Nacional se coordina con otras Administraciones Públicas con competencias en juego presencial y online o cuya actividad se relaciona con este: Dirección General de Ordenación del Juego, Consejerías autonómicas, Agencia Tributaria, federaciones deportivas... Asimismo, trabaja juntamente con policías de otros países, Europol e Interpol. También mantienen relaciones de colaboración y apoyo al sector privado del juego, en diversos aspectos de la lucha contra los fraudes y estafas.

Por ejemplo, la casa de apuestas deportivas AUPABET, que integra a Apuestas de Murcia y Apuestas de Andalucía, mantiene una comunicación constante con su proveedor técnico. “Si nos comunica que hay un evento amañado, nosotros identificamos al o a los apostantes y remitimos sus datos al Servicio de Control de Juegos de Azar y Apuestas de la Policía Nacional”, explica María González, directora general de AUPABET.

Apuestas deportivas.

Para prevenir el fraude de identidad, en plataformas como Sportium cada cliente debe registrarse con su DNI y cumplimentar un formulario de protección de datos. Esta medida sirve también para garantizar que no apuesten menores de edad o personas que se han inscrito en el Registro General de Interdicciones de Acceso al Juego para frenar su adicción.

Naturalmente, todas las plataformas cuentan con medidas para asegurar su integridad y garantizar la seguridad de los datos de los jugadores que se recogen y almacenan en las mismas.

En cuanto al juego presencial, los operadores son a menudo objeto de estafas, robos con fuerza, butrones, manipulación de máquinas o uso de dinero falsificado, ante los que actúan, dependiendo del delito, los distintos grupos de la Unidad Central de Delincuencia Especializada y Violenta de la Comisaría General de Policía Judicial. Concretamente, esta unidad cuenta con el Grupo Operativo de Control de Juego. De cara a que la legalidad de la actividad de los operadores presenciales también esté garantizada, las comunidades autónomas (Cataluña, País Vasco, Navarra, Canarias...) que tienen sus propias competencias en materia de juego, disponen de servicios de inspección dependientes de la Consejería correspondiente.

Las salas y plataformas de juego también son utilizadas en ocasiones para blanquear capitales por parte de organizaciones criminales -usualmente de gran tamaño, explica Calvete-, que usan las apuestas online como depósito de dinero. Para prevenir el blanqueo de capitales, las casas de apuestas restringen el uso de dinero en efectivo. Desde Sportium explican que todos los pagos superiores a 1.000 euros no se pueden hacer en efectivo, y a partir de 2.000 euros el jugador debe proporcionar el DNI y un certificado de cuenta bancaria, y cumplimentar un formulario. Para más seguridad, en estos casos el pago se realiza mediante transferencia bancaria. En el caso de AUPABET, sus terminales no aceptan más de 990 euros en cobros y pagos. Para los cobros, se exige el DNI y un certificado de cuenta bancaria. Y para apostar online es necesario aportar el DNI y una verificación de identidad.

¿Un sistema justo para el jugador?

Cuando acude a una sala de juego, no es extraño que el jugador se pregunte: “¿Hay truco?” El imaginario colectivo está plagado de historias de tahúres que engañan a la banca, de casinos controlados por organizaciones mafiosas, de métodos más o menos realistas que inclinan fraudulentamente la balanza hacia uno u otro lado. Pero, ¿hasta qué punto es posible eludir los límites del juego limpio? ¿Y hasta qué punto está garantizado que los sistemas de juego cumplen todas las normativas que protegen los intereses del jugador?

A principios de los años 90, saltó a la fama la historia de los Pelayos. Esta familia, encabezada por Gonzalo García-Pelayo, comenzó a trabajar en 1991 en un método para descubrir los sesgos derivados de la configuración física de las ruletas de los casinos, que provocaban que algunos números salieran con una probabilidad mayor que la 1/37 que en principio deberían tener en la ruleta francesa. Una ligera inclinación en el eje, una casilla un poquito más grande o pequeña, una diferencia de dureza en los materiales, hacían que la bola tienda a caer en unas casillas más que en otras. “Llegué a encontrar casilleros que salían una vez de 28. Eso quiere decir que en 28 bolas que juegues, debes percibir una vez un premio [que es 36 veces superior a la cantidad apostada]. Es decir, hay ocho puntos de ventaja (…). No digo que todos sean así, pero si sabemos de verdad identificarlos, nos da una ventaja del 6% neto. Más del doble de la que tiene el casino [el 2,7%]”, explicaba el líder de la familia en una entrevista publicada en su blog.

Ruleta.

¿Cómo identificar estos “casilleros maravillosos” y revertir así la ventaja que tiene el casino? Gonzalo García-Pelayo reclutó un equipo entre familiares y personas de confianza que acudía a las salas de juego durante 15 días, a razón de seis a siete horas diarias, para anotar los números que salían, llegando a analizar hasta 5.000 tiradas. Con esos datos y gracias a un programa informático, elaboraban una estadística de los que tenían más probabilidades de salir. El siguiente paso estaba claro: enviar a un nuevo equipo al casino a apostar a estos números de manera fija, en jornadas de seis horas, seis noches por semana. Así llegaron a ganar un millón y medio de dólares, con pelotazos como los 170 millones de pesetas (algo más de un millón de euros) que ganaron en el Casino de Juego Gran Madrid o los 50 millones de pesetas (300.000 euros) que consiguieron en un casino de Amsterdam en sólo dos meses.

 Un éxito que los casinos no asumieron muy bien: los establecimientos de Madrid, Sitges, Tenerife o Copenhague les prohibieron la entrada, acusándoles de “cometer irregularidades en la práctica de los juegos”, algo que los Pelayos desmintieron, acusando a su vez a los casinos de “mover las mesas durante el día para hacer variar las tendencias de las bolas”, “tener las ruletas desprecintadas” y “mezclar los elementos de juego [como conos y cilindros]” de varias ruletas.  

Familia y casinos se embarcaron en una batalla legal en la que, pese a que la Comisión del Juego española dictaminó que no había nada ilegal en el método de García-Pelayo y su equipo, los principales casinos del mundo siguieron vetando su entrada incluso a día de hoy. Con todo, el clan pudo conservar todo el dinero que había conseguido y emprendió otros rumbos dentro del mundo del juego, como el black jack y el póker online. El campeón mundial de póker en 2001, Juan Carlos Mortensen, fue apadrinado por Gonzalo García-Pelayo.

Pero, ¿tienen fundamento las acusaciones lanzadas por los Pelayos contra las salas de juego? Lo cierto es que las comunidades autónomas, poseedoras de las competencias sobre los establecimientos de juego que operan exclusivamente dentro de su ámbito territorial, cuentan con sus propios grupos de inspección de máquinas -ruletas, máquinas tragaperras, máquinas de bingo-, que actúan en casinos, bingos y salones recreativos.

Antonio Olivares, director técnico del Grupo Comatel, uno de los mayores distribuidores de máquinas recreativas del mercado español, recuerda que para garantizar el cumplimiento de la normativa, cada máquina, ya sea ruleta, tragaperras, etc., “es testada por un laboratorio independiente antes de ser homologada”. Dicho laboratorio verifica que la máquina cumple todos los requisitos legales y técnicos de la comunidad autónoma en la que se realiza la actividad. Sin este visto bueno, no se homologa la máquina. Hay numerosos requisitos, pero los más importantes son los que se refieren al porcentaje de pago, el valor máximo del premio y el número de partidas que se pueden jugar en un límite de tiempo. Los programas de control y gestión de máquinas recreativas controlan el número exacto de partidas jugadas y premiadas, horas de encendido, recaudación...

Maquinas recreativas.

Complementariamente, los inspectores de la Administración vigilan el uso de máquinas o elementos de juego no homologados o no autorizados previamente por el organismo competente, la alteración y modificación total o parcial de los elementos de juego y la manipulación de los juegos en perjuicio de los jugadores, apostantes y administración tributaria. Estas prácticas son consideradas como infracciones muy graves en las normas autonómicas que regulan el régimen sancionador en materia de juego.

Soluciones de seguridad 'ad hoc'

A nivel de seguridad, hay todo un ecosistema complejo de soluciones, bien diseñadas específicamente para operadores y salas de juego, bien genéricas que son utilizadas por las compañías del sector.

La firma de soluciones informáticas IPS, especializada en el sector del juego, ofrece soluciones on premise en sala, en las que asesora a la empresa a la hora de implementarlas de forma segura. Aquí, Francesc Folguera, director general de IPS, señala que “hay un gran componente de mejora en las empresas más pequeñas”, que aún no tienen implementados todos los sistemas de seguridad necesarios. A modo de ejemplo, los sistemas de pago cashless con tarjeta monedero para los salones y establecimientos de hostelería con máquinas, como Dinamia Card Cashless, y los sistemas TITO (Ticket In Ticket Out) reducen el uso de dinero en efectivo de la sala, lo que redunda en mayor seguridad de los movimientos de cobro de premios y una mejor visibilidad y trazabilidad del proceso de recaudación.

Paralelamente, las soluciones de gestión operativa para casinos, salones recreativos y bingos, como IPS-Saloon 3g o Control System, muestran un mapa de efectivo en tiempo real, con monitorización centralizada, control del saldo de todas las cajas (manuales y automáticas) y extractos de saldo, facilitando así la detección temprana de incidentes.

En cuanto a las aplicaciones IoT que soportan los dispositivos conectados en sala, IPS trabaja con hackers éticos para que evalúen y auditen el producto. Además, “en IPS como empresa contamos con soluciones de seguridad y monitorización 24/7 de elementos críticos y trazabilidad del dato”, explica Folguera.

También hay una capa de seguridad en las aplicaciones móviles, tanto de recaudación como de apuestas, proporcionada por los propios desarrolladores de las apps y por los proveedores de servicios de alojamiento de datos como Microsoft Azure. Casas de apuestas como Kirolbet y  Sportium tienen sus plataformas web y aplicaciones securizadas, así como los servidores donde alojan sus datos.

En lo relativo a la seguridad física de las ruletas y máquinas recreativas, Antonio Olivares asegura que “las máquinas son como una caja fuerte”, de cara a evitar la manipulación externa, es decir, que un extraño pueda acceder físicamente a su interior. Aun en este caso improbable, toda la comunicación con la CPU y el código de programación utilizados están encriptados. La compañía de software para casinos y máquinas recreativas Amatic Industries desarrolla un software securizado, que es el que emplean las máquinas de distribuidores como Comatel. Cuando se compila este software, se incluye un checksum, una función de suma de verificación que garantiza la integridad y seguridad de la información. Si se llegara a modificar el software, el checksum se alteraría y la máquina quedaría bloqueada.

Hay que tener en cuenta que muchas de estas máquinas no están conectadas a Internet, lo que supone una importante ventaja, ya que sólo se puede cambiar su comportamiento accediendo físicamente a la máquina. Aun así, desde Comatel reconocen que “nosotros vamos por detrás”, corrigiendo los fallos y brechas de seguridad por donde los delincuentes han accedido a la máquina. 

Finalmente, la seguridad física de las salas de juego es cubierta por compañías de seguridad que   ofrecen a los operadores numerosos servicios, con una visión integral de la seguridad. Es el caso de la empresa murciana Gama Seguridad, especialista en proyectos de seguridad a medida para salones y casinos, que proporciona controles de accesos y presencia, control de personal en sala, circuito cerrado de cámaras de seguridad y una central receptora de imágenes propia.

Además, se ofrecen sistemas de seguridad contra robo y protocolos de apertura remota y cierre de cajeros y caja fuerte, por los cuales el oficial de sala, técnico o recaudador que necesite abrir la caja fuerte o un cajero debe llamar a la central receptora para que el operador verifique la identidad del llamante, su autorización y el nombre del establecimiento y, mediante un código dinámico de apertura y cierre con visualización, permita la apertura y manipulación de manera segura. A ellos se unen las alarmas en ruletas, que previenen los robos y manipulaciones no autorizadas de las mismas y de sus componentes, a través de transmisores de cúpula, de alimentación y de puertas, que envían las señales a la central receptora para detectar a tiempo cualquier anomalía.