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Las Fuerzas de Seguridad reforzarán sus dispositivos para combatir la violencia de las bandas juveniles

El Ministerio del Interior ordenó aumentar la presencia policial en los puntos de ocio de los jóvenes y en los entornos educativos, monitorear redes sociales y actividad en la web para prevenir el uso de armas blancas y el consumo y tráfico de drogas.

Periodista.

3 minutos

Bandas juveniles

En Madrid, las muertes y agresiones entre menores se multiplicaron este año. Las disputas de grupos enfrentados han dejado en la capital al menos cuatro muertos y más de un centenar de heridos. Pero el conflicto se extiende a toda España: según el censo del Ministerio de Interior del año 2021 hay registradas 627 bandas juveniles.

Por ello, se implementará un Plan Estratégico para prevenir incidentes violentos, perseguir y detener a los autores, a través de un refuerzo de especial intensidad de los dispositivos policiales de seguridad, control y seguimiento, que se mantendrá vigente hasta el próximo 15 de enero de 2023.

La orden ha sido firmada por el secretario de Estado de Seguridad, Rafael Pérez, y transmitida a Policía Nacional y Guardia Civil; al Centro de Inteligencia Contra el Terrorismo y el Crimen Organizado (CITCO); a las delegaciones del Gobierno en las Comunidades Autónomas y, para su conocimiento, a la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP), dado que en muchos de esos dispositivos participan efectivos de las policías municipales.

El Plan prevé un aumento de la presencia policial con unidades uniformadas en aquellos lugares donde se hayan detectado actuaciones o comportamientos violentos, así como en los lugares de reunión y ocio de los jóvenes durante los fines de semana y periodos vacacionales, que contará, además, con dispositivos integrados por personal no uniformado.

Se endurecerán los mecanismos de control para impedir la tenencia y el uso de armas blancas y otros instrumentos peligrosos que pueden ser susceptibles de ser utilizados para la comisión de delitos.

También se implementarán herramientas de inteligencia policial para detectar ilícitos y se realizará un mayor seguimiento de las redes sociales y actividad en la web con antecedentes de apología de la xenofobia, el racismo, el antisemitismo, de odio a las minorías, a la diferencia étnica o ideológica.

En cuanto al alcohol y las drogas, se incrementarán los controles en locales y espectáculos públicos para evitar la venta a menores, la permisividad al consumo dentro de estos espacios, a la vez que se combatirá la oferta minorista tanto en puntos recreativos como entornos escolares, para desarticular puntos de tráfico.

También se realizarán mayores registros vehiculares para detectar a los conductores bajo los efectos del alcohol o las drogas en las zonas de ocio y sus accesos.

Por otro lado, se lanzarán campañas de divulgación y concienciación a menores y jóvenes sobre posibles amenazas a su seguridad y prevención de delitos.

Las bandas

Están formadas por menores y jóvenes de entre 11 y 30 años, y se distribuyen por todo el país, pero poseen mayor presencia en la Comunidad de Madrid y en Cataluña, según indica Joan Caballero, experto en grupos urbanos violentos y Analista del Centro de Estudios e Iniciativas sobre Discriminación y Violencia (CEIDIV) en el portal newtral.es.

El camino comienza cuando abandonan los estudios, pasan el día en la calle y se acercan a alguna banda del barrio, que les da identidad y pertenencia, pero también tienen duras reglas que les exigen, entre otras cosas, realizar robos violentos para demostrar su fidelidad al grupo y el modo de medir fuerzas es el enfrentamiento entre las diferentes pandillas con cuchillos, machetes y katanas, aunque tambien están utilizando armas de fuego.

En un principio, la mayoría tenía origen latino, pero ahora las nacionalidades no son requisito y los jóvenes españoles, musulmanes y rumanos también forman parte de estas bandas.

Los Latin Kings, Ñetas, Dominican Don’t Play, Forty Two, Trinitarios y Blood son algunos de los nombres que se conocen de estas pandillas, que aparecieron en los 2000, pero han ido mutando e incrementando los niveles de violencia.

Pilar Alvarado, representante del Colegio Oficial de Psicología e inspectora de la Policía Nacional, aseguró que "en muchos jóvenes con actitudes violentas subyacen problemas psicológicos y psiquiátricos graves" y propuso "acciones de rehabilitación, no solo de prevención, para reintegrar a estos jóvenes, separarlos de las bandas e involucrar a las familias que muchas veces no se enteran de lo que ocurre hasta que les llaman del instituto o de la policía", según indica eldiario.es.