La Asociación Justicia para la Guardia Civil (JUCIL) ha emitido un comunicado en el que reclama al Ministerio del Interior el desarrollo de un plan integral de apoyo psicológico dirigido específicamente a los guardias civiles que se vean expuestos a situaciones de extrema violencia, "como tiroteos o enfrentamientos con narcotraficantes".
Esta reclamación no pasa por alto que el pasado mes de julio el Mando de Personal del Instituto Armado implementó un servicio externo de apoyo psicológico para sus agentes, gestionado por ASPY& Yees! y que ofrece asistencia anónima y confidencial las 24 horas. JUCIL considera que este servicio "ha sido un paso importante, pero no suficiente para aquellos que han vivido extrema violencia".
"Necesitamos algo más profundo para los compañeros que sufren trastorno de estrés postraumático (TEPT) o que estén al borde del colapso", señala Agustín Leal, secretario de Comunicación de JUCIL. "Estos compañeros necesitan una atención continua y específica que no solo trate los síntomas, sino que también prevenga el suicidio y ayude a la recuperación completa", añade Leal.
Aumento de suicidios y de agresiones
JUCIL ya había solicitado al Ministerio de Interior la puesta en marcha de otras medidas complementarias al servicio psicológico que presta ASPY&Yees!. El mes pasado, sin ir más lejos, planteó una serie de medidas destinadas a mejorar la salud mental y emocional de los guardias civiles coincidiendo con el Día Mundial del Suicidio, que se celebra el 10 de septiembre. En ese contexto, la asociación alertó del incremento del número de suicidios que se está produciendo en el cuerpo, con 11 casos registrados en los ocho primeros meses del año a los que sumaba otros cinco por parte de policías.
Además, anteriormente JUCIL había advertido del "preocupante" aumento de agresiones contra guardias civiles, por lo que también pidió al Ministerio del Interior "medidas urgentes que frenen esta alarmante tendencia".
En su último comunicado, JUCIL insiste en la necesidad de ampliar los recursos destinados a la atención psicológica de los guardias civiles que sufren situaciones de violencia extrema.
"Como guardia civil, sé lo que es enfrentarse a situaciones extremas, vivir el miedo y la tensión del día a día, y luego lidiar con las secuelas emocionales", afirma Leal. "Es devastador cuando, después de arriesgar tu vida en un momento determinado en defensa de los derechos de los ciudadanos, no tienes acceso a la atención psicológica inmediata y adecuada que necesitas para seguir adelante".
El impacto del estrés postraumático
La asociación aduce que los guardias civiles destinados en áreas conflictivas, como el Campo de Gibraltar y la costa andaluza azotada por las mafias del narcotráfico, enfrentan regularmente situaciones que no solo ponen en riesgo su integridad física, sino que también dejan profundas cicatrices emocionales. "Todos conocemos en los cuarteles a compañeros que después de enfrentamientos con narcotraficantes, de haberse visto envueltos en situaciones de una violencia extrema en la que su vida ha estado en grave peligro, han quedado destrozados psicológicamente", comparte Leal. "Algunos han estado de baja durante largos periodos, y en algunos casos desgraciadamente, esas bajas se han convertido en permanentes".
Además, remarca que los casos de estrés postraumático entre los guardias civiles también han aumentado últimamente y vuelve a poner sobre la mesa las cifras de suicidios en el colectivo, que ya han superado las de todo el 2023 contando con un índice de suicidio un 62% más elevado que la media de la población general.
Plan de apoyo psicológico
Por todo ello, JUCIL reclama concretamente al Ministerio del Interior el desarrollo de un plan integral de apoyo psicológico dirigido específicamente a los guardias civiles protagonistas y víctimas al tiempo de situaciones de violencia extrema. Según indica, este plan debe incluir protocolos de prevención del suicidio y una atención rápida y especializada para aquellos que sufren trastorno de estrés postraumático.
"La salud mental de los guardias civiles es clave para garantizar la seguridad pública, y también para que podamos seguir cumpliendo con nuestra misión sin vernos superados por el peso emocional del trabajo", apunta el secretario de comunicación de JUCIL.