La tecnología de reconocimiento facial lleva ya varios años siendo utilizada por la policía española para investigaciones y fines de inteligencia, tal y como indica el proyecto TELEFI, financiado por la Unión Europea y publicado en enero de 2021.
Según este informe, que estudió el uso del reconocimiento facial para la investigación de delitos en los 27 países miembros de la Unión Europea, el Ministerio del Interior compró la herramienta de identificación biométrica automática de la empresa francesa Thales, conocida como ABIS por sus siglas en inglés (Automated Biometric Identification System) en el año 2019 y ejecutó esta adquisición después de unos cinco años de pruebas y negociaciones entre los diferentes cuerpos policiales españoles. Pero los planes próximos del Ministerio que lidera Grande-Marlaska van más allá, persiguiendo el objetivo de convertir ABIS en un sistema centralizado que se pondrá a disposición de la Policía Nacional, la Guardia Civil y todos los cuerpos regionales, a excepción de la Ertzaintza puesto que su base de datos no está conectada con el resto, como puntualiza el informe TELEFI.
Contará con una base de datos de más de 5 millones de rostros y en principio solo se empleará para delitos graves
La implementación del sistema centralizado ABIS, que estaba prevista para el 2020 y se ha retrasado por la pandemia, permitirá a los agentes poder identificar a sospechosos en cuestión de segundos a partir de una imagen. Esto será posible gracias a que el sistema está dotado de inteligencia artificial y a que, según el proyecto de la UE, cotejará las imágenes en una base de datos que incluirá 5,6 millones de fotografías de 3,9 millones de personas, las cuales ya han sido arrestadas y proceden de sus fichas policiales. No obstante, Interior rebaja esta cifra de reseñas fotográficas a unos cinco millones de detenidos y sospechosos que ya estaban fichados, según declara El País en un artículo en el que afirma que el sistema ABIS ya ha sido sometido a pruebas piloto y actualmente está en fase de constitución de la base de datos, por lo que todavía faltan meses para su despliegue.
"En cuanto esté listo, se empleará en investigaciones policiales, en un principio solo en delitos graves. Interior asegura que en ningún caso se usará para labores de vigilancia ni para reconocimiento en vivo de personas en espacios públicos", indica el citado medio, apuntando que ha consultado a analistas independientes que consideran que el sistema "no ofrece todas las garantías de transparencia exigibles".
En el momento en el que se empiece a utilizar el sistema, la base de datos irá incorporando las imágenes de aquellos individuos que sean arrestados, recoge El País, y agrega: "En ningún caso, señalan desde la Policía Nacional, se podrán usar registros de bases de datos civiles, como la que contiene las fotografías de los documentos de identidad y a la que también tiene acceso la policía", que suponen unos 67 millones de imágenes, con las tres últimas fotos de carnet de cada ciudadano.
Abre un tercer camino para iniciar una investigación y está conectado con Europa
Actualmente las principales vías para identificar a sospechosos son las muestras de ADN y el análisis de las huellas dactilares. Con la llegada de ABIS el reconocimiento facial se convertirá en la tercera vía, sin que sea necesario tener ningún elemento físico del sujeto que se investiga.
En este sentido, cabe destacar que las fuerzas policiales de diferentes socios europeos comparten desde el año 2005 un sistema que reúne perfiles de ADN, huellas dactilares y datos de matriculación de vehículos, con el objetivo de combatir la delincuencia transfronteriza, el terrorismo y la migración ilegal. Esta cooperación policial se lleva a cabo en virtud del tratado de Prüm, que las autoridades comunitarias están tratando de renovar como parte del proyecto Prüm II para que el sistema también incluya millones de imágenes faciales de sospechosos.
Según explican fuentes de Thales mencionadas por El País, la herramienta ABIS de España estará interconectada con los sistemas equivalentes de las fuerzas policiales de la Unión Europea y también podrá conectarse con otras bases de datos previas, como Eurodac, EU-Lisa o VIS.
También hay que tener en cuenta que los sistemas automáticos de reconocimiento facial están muy extendidos tanto en Europa como en el resto del mundo. En Escudo Digital ya profundizamos sobre ello, así como sobre la controversia que desatan estas tecnologías al ser susceptibles de atentar contra varios derechos humanos.
El Parlamento Europeo es consciente de los peligros que pueden implicar y está negociando el primer marco legal sobre Inteligencia Artificial, en el que propone una serie de normas para garantizar que los sistemas utilizados sean seguros y los clasifica en cuatro niveles de riesgo, prohibiendo expresamente el reconocimiento facial automático en espacios públicos y las herramientas biométricas de "vigilancia indiscriminada". Esto no se infringiría en el nuevo uso que va a dar la UE a esta tecnología a partir de principios del año que viene, cuando los sistemas de reconocimiento facial se utilicen en las fronteras de todos los países miembros para recopilar los datos biométricos de todas las personas que vengan de "terceros países", es decir, los de fuera del espacio Schengen.
La AEPD evaluará el sistema ABIS
El sistema ABIS cumpliría con la legalidad ya que, como hemos comentado, desde el Ministerio del Interior y la Policía Nacional sostienen que no podrá usar datos civiles y solo se utilizará en investigaciones policiales de delitos graves, no en labores de vigilancia ni para realizar reconocimientos en espacios públicos. Pero, aún así, la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD) no va a pasar por alto la implantación de esta herramienta policial.
De acuerdo a El País, si bien la AEPD desconocía el proyecto hasta finales del pasado mes de julio, ya está en contacto con Interior "para abordar varios proyectos del Ministerio que podrían tener un impacto en materia de protección de datos", entre los que se encuentran ABIS. Así, la agencia deberá determinar si implica un riesgo tolerable para los derechos y libertades de la ciudadanía resolviendo ciertas dudas que aún existen como los supuestos en los que puede usarse el sistema, las garantías que se van a establecer para que se use de forma proporcionada o quién va a tener acceso a estos datos.
En cualquier caso, no será la primera vez que la policía española emplee el reconocimiento facial, como hemos comenzado señalando y como también hacen otros cuerpos de seguridad europeos y de otras partes del mundo. Pero el sistema ABIS supone un paso más en la utilización de esta tecnología y, aunque todavía faltan varios meses para que esté operativo, ya despierta recelo sobre su transparencia y su posible vulneración de los derechos humanos.