“El gobierno no tiene ninguna voluntad política de solucionar este problema”. Quien realiza esta contundente afirmación a Escudo Digital es un veterano capitán de la marina mercante con una dilatadísima trayectoria profesional en la que se incluyen ocho años transportando maderas nobles desde el golfo de Guinea a España, una de las rutas preferidas por la inmigración ilegal para llegar a Canarias actualmente.
“Hace muchos años que la travesía de los cayucos con decenas de personas a bordo navegando desde Senegal o países limítrofes a Canarias es una gran mentira, es materialmente imposible que lleguen en esas embarcaciones tan pequeñas. Sin tener en cuenta el tema logístico de combustible (bidones y bidones de gasolina que les harían falta), la distancia (necesitarían no menos de entre ocho y doce días que para llegar a Canarias), los rumbos o las corrientes que ya de por sí solo serían hándicaps insuperables, lo verdaderamente importante son las condiciones meteorológicas en estos meses. Los fuertes vientos alisios propiciados por el anticiclón de las azores en esta época del año propician una mar que hace difícil la navegación a grandes buques como por ejemplo el que capitaneaba yo desde Cabo Verde. Un cayuco en esas condiciones y ese mar se iría al fondo del mar en menos de un minuto”, concluye con contundencia este experto marino con más de treinta años de servicio a sus espaldas que prefiere mantenerse en el anonimato.
Para este veterano capitán, la única manera de llegar a las costas de Canarias es mediante “grandes embarcaciones que remolcan a esos pequeños cayucos que dejan a la deriva en cuanto vislumbran la proximidad de la costa. Otra manera es radicalmente imposible y las autoridades lo saben igual que lo sabemos todos los estamos en la mar”.
Preguntado por la manera de poner freno a esta situación, el capitán de la marina mercante lo tiene meridianamente claro: “En menos de una semana se podría parar de manera inmediata. Si el Gobierno tuviera verdadera vocación de solucionar el problema situaría a buques de la Armada y de la Guardia Civil a unas veinte millas náuticas de las aguas de Canarias, interceptándolas de esta forma los remolcadores y patrones de los cayucos. Ayudados por el un avión de patrulla marítima todavía sería más fácil, ya que localizarían a los remolcadores de las mafias de inmigración irregular para dar por radio su situación a los buques de la Armada y de la Guardia Civil y en poco tiempo tendrían que dejar de utilizar ese método para llegar a las Islas. Italia y Grecia se lo están poniendo más difícil y buscan rutas más sencillas y con poco control como ahora es el caso de España. Solamente hay que tener voluntad de arreglar un problema que llevamos mucho tiempo denunciando”, concluye.
Solo este pasado miércoles, más de 700 personas llegaron de forma irregular a las islas Canarias a bordo de cinco cayucos. En el caso del día anterior, Salvamento Marítimo rescató a 364 personas de tres cayucos con idéntico destino.
Hasta el 15 de agosto, 31.155 migrantes han llegado a España de forma irregular en lo que va de año, 12.410 personas más (es decir, un 66,2%) que en el mismo periodo de 2023 (18.745), según el último balance del Ministerio del Interior. Así, en la primera quincena de agosto arribaron 2.124 personas en situación irregular.