Valencia llora. Y con ella, toda España. Más de 200 muertos, la inmensa mayoría en la provincia de Valencia y centenares de desaparecidos que podrían llegar a doblar la cifra de fallecidos. Es el fatídico resultado de la peor DANA del siglo en nuestro país y una de las más virulentas acontecidas en las últimas décadas en el Viejo Continente.
¿Qué ha pasado? ¿Se podría haber evitado? Una vez más, una clase política alejada de la sensibilidad ciudadana, se culpa de un bando a otro. Nada nuevo bajo el sol.
El gobierno del popular Carlos Mazón, presidente de la Generalitat Valenciana, es acusado por los diferentes partidos de izquierda de haber lanzado tarde el aviso de la importante DANA que se avecinaba. Éstos se defienden: cumplieron con el protocolo, se crearon alertas ya el día anterior y el problema de origen proviene de la AEMET, la Agencia Española de Meteorología.
En el otro lado, un Gobierno que decidió seguir con su toma de instituciones, más preocupados por dejar atado el consejo de RTVE, y postergando la ayuda real física del ejército. Una maniobra política que no solo iba en contra de vidas humanas, sino también para provocar más presión y desgaste a ojos de la opinión pública sobre el gobierno valenciano. Dantesco.
El presidente, Pedro Sánchez y el gobierno han salido en tromba a defender a la AEMET. Pero la realidad es solo una. La AEMET preveía el martes que podría llover sobre el sudeste de la Comunidad Valenciana, 180 litros por metro cuadrado. Volvió a fallar. Y esta vez no era un asunto menor, como los recurrentes errores en las notificaciones sobre el tiempo en los dispositivos móviles. El error esta vez fue garrafal. Cayeron más de 500 litros por metro cuadrado, llegan a superar los 600 en municipios como Montroi.
¿Es necesario dirimir responsabilidades en la AEMET? ¿realmente es preciso llevar a cabo una renovación completa, sobre todo técnica y de protocolos, de la agencia? Cuando los errores pueden traer consecuencias tan sumamente graves, la respuesta es evidente.
En este sentido, muchas son las voces que han comparado el dudoso papel de la AEMET con el de referentes como el Servicio Nacional Meteorológico (NWS) de EE.UU. Acostumbrado a lidiar con tornados y enormes temporales que, por supuesto, no llegan a causar tantas pérdidas humanas.
Las sonadas diferencias entre la AEMET y la NWS
Qué duda cabe que los fenómenos meteorológicos extremos están en aumento y los sistemas de alerta temprana y respuesta rápida son esenciales para salvar vidas. En el caso de España, donde eventos como la Depresión Aislada en Niveles Altos (DANA) han causado estragos, es fundamental revisar y mejorar los protocolos actuales. En el caso de Valencia se llega tarde sí, pero es posible volver a evitar tanta destrucción.
La 'DANA del siglo' ha encendido las alarmas sobre la necesidad de mejores sistemas de alerta y actuación en España. La AEMET tiene mucho que aprender del modelo de eficacia y coordinación implementado por el Servicio Nacional Meteorológico (NWS) de Estados Unidos, así como de la sinergia que este mantiene con la Agencia Federal de Gestión de Emergencias (FEMA) y otras entidades de emergencias.
La coordinación y la jerarquía en los sistemas de emergencia
La colaboración entre el Servicio Nacional Meteorológico de EE.UU. y otras agencias federales permite una rápida respuesta a emergencias. Cuando un fenómeno meteorológico amenaza una región, el gobernador del estado afectado tiene la prerrogativa de ordenar evacuaciones. Sin embargo, esta acción se enmarca dentro de un sistema coordinado donde la FEMA, bajo la dirección de la Casa Blanca, toma un papel esencial en la planificación y respuesta nacional.
En EE.UU., los protocolos de comunicación entre el NWS y las agencias de respuesta están extremadamente depurados y cada agente sabe cuál es su papel, minimizando el tiempo de reacción. En España, aunque existe colaboración entre AEMET y la Dirección General de Protección Civil, se necesita una jerarquía de respuesta más clara y rápida. La creación de planes de acción predefinidos entre la AEMET y los organismos de respuesta podría optimizar la gestión de las emergencias, reduciendo la confusión y garantizando una mejor asistencia a los afectados. Una vez más en España, protocolos insuficientes, tardíos y sobre todo que garanticen una respuesta rápida es el problema.
El poder de la tecnología avanzada y de la precisión en las predicciones
La tecnología empleada por el NWS, que cuenta con una red de radares Doppler, satélites meteorológicos avanzados y sofisticados modelos de predicción climática, ha demostrado ser vital para emitir alertas tempranas y detalladas de posibles catástrofes. Estos modelos de predicción ayudan a estimar la intensidad, duración y trayectoria de los fenómenos meteorológicos con un nivel de precisión que permite tomar decisiones informadas en tiempo real.
En comparación, AEMET ha avanzado en los últimos años en la mejora de su tecnología, pero aún necesita muchísima más inversión en infraestructura avanzada para poder predecir eventos como la DANA con la misma precisión. En cambios, sí hay otras partidas e inversiones para intereses propios del gobierno de turno.
La inversión en tecnología permitiría a AEMET emitir alertas tempranas más precisas y segmentadas, una capacidad que puede marcar la diferencia entre una evacuación exitosa y una tragedia como la de Valencia. Aprender del NWS implica reconocer la importancia de la precisión en la predicción y de contar con sistemas avanzados de radar y monitoreo.
Alerta temprana y comunicación: claves para salvar vidas
Un aspecto crucial del NWS es su capacidad para emitir alertas tempranas de manera efectiva, utilizando diversos canales para llegar al mayor número de personas posible. Desde mensajes en redes sociales hasta alertas de emergencia en móviles y sirenas en áreas de riesgo, el sistema de EE.UU. tiene una fuerte presencia en la vida cotidiana de los ciudadanos. No así en España.
Estos mensajes no solo advierten sobre el fenómeno en sí, sino que también contienen recomendaciones específicas sobre cómo actuar, dónde refugiarse y cuándo evacuar.
Qué duda cabe que AEMET podría beneficiarse de una estrategia más proactiva y accesible de comunicación de riesgos, especialmente en redes sociales y aplicaciones móviles. La información detallada y los mensajes constantes ayudarían a concienciar a la población y a prepararla para los efectos de fenómenos climáticos extremos. Aprender del NWS significa priorizar la accesibilidad de las alertas y la claridad de las instrucciones para que los ciudadanos puedan actuar rápidamente.
La importancia de la simulación y la preparación
Uno de los puntos fuertes del NWS es su capacidad para ejecutar simulacros y ejercicios de preparación para emergencias. Estos ejercicios, realizados a nivel local y estatal, enseñan a la población a actuar ante desastres naturales, mejorando las habilidades de evacuación y respuesta en caso de emergencia. Además, el NWS realiza entrenamientos regulares con las agencias federales y locales para garantizar que todos los implicados sepan cómo responder en una crisis real.
Para España, sería de gran ayuda que AEMET colaborara en la organización de simulacros y campañas de preparación en zonas vulnerables a eventos como la gota fría. Estos ejercicios ayudan a identificar posibles fallas en los sistemas de alerta y a mejorar la coordinación entre organismos. La educación y la preparación son claves para evitar pérdidas humanas y garantizar que la ciudadanía sepa cómo actuar de manera adecuada ante un fenómeno extremo. De nuevo, es un tema alejado de la agenda política.
Un plan de acción conjunto y la importancia del entendimiento
El caso de éxito más reciente del NWS y la FEMA en EE.UU. fue durante el paso del denominado "huracán del siglo", que, aunque causó daños materiales valuados en 60.000 millones de euros, dejó solo 16 víctimas mortales.
Este resultado fue posible gracias a la acción conjunta y sincronizada entre las agencias y a un plan de evacuación que priorizó la seguridad de los ciudadanos. La importancia de estas llamadas de coordinación es innegable y no debe tratarse como un simple acto de cortesía, sino como una medida efectiva y planificada de gestión de crisis.
Para España, este modelo de colaboración entre agencias debería ser una prioridad. AEMET debe trabajar estrechamente con Protección Civil, cuerpos de emergencia y gobiernos locales para crear planes de acción que se activen en caso de fenómenos como la DANA. Además, establecer conexiones con autoridades meteorológicas internacionales podría mejorar la capacidad de respuesta en eventos extremos.
La Agencia Estatal de Meteorología de España tiene una excelente oportunidad de aprender del modelo eficaz del Servicio Nacional Meteorológico de EE.UU., que ha demostrado ser un sistema bien engranado y efectivo en situaciones de crisis. La implementación de tecnología avanzada, una estrategia de comunicación clara y accesible, simulacros de preparación y un plan de acción conjunto con otras agencias podrían salvar cientos de vidas en España en caso de fenómenos extremos.
Las catástrofes naturales no pueden evitarse, pero sí pueden gestionarse de manera que el impacto sea mínimo en vidas humanas y en la sociedad. La reciente tragedia en Valencia, pone más que nunca la efectividad y la credibilidad de la AEMET en entredicho.