En una guerra en la que las trincheras y tanques son protagonistas, no podía faltar la figura de los partisanos. Y sí, Ucrania también tiene los suyos. Un partisano es un combatiente irregular que opera detrás de las líneas enemigas, generalmente en zonas ocupadas, para hostigar a las fuerzas invasoras mediante tácticas de guerrilla, sabotaje y espionaje. Los partisanos suelen estar formados por civiles o fuerzas paramilitares que no pertenecen a un Ejército regular. Actúan en pequeños grupos móviles y dependen del conocimiento local del terreno y del apoyo de la población civil.
Estrategia operativa
Al igual que la Resistencia francesa en la Segunda Guerra Mundial, que fue un movimiento clave que luchó contra la ocupación nazi en Francia mediante sabotajes, espionaje y ataques sorpresa, y fueron cruciales en operaciones de sabotaje del transporte alemán antes del Día D, la estrategia operativa de los partisanos ucranianos podría salir directamente de un manual de la Segunda Guerra Mundial, utilizando el gran conocimiento de los lugares de su territorio y el elemento sorpresa para hostigar a las fuerzas ocupantes rusas. En este caso no son partisanos de la resistencia francesa ni yugoslava de Tito, es un grupo guerrillero ucraniano llamado Atesh, que afirma tener un gran éxito al interrumpir y evitar las actividades militares rusas, aunque los rusos niegan de su existencia.
Atesh ha emergido en el conflicto del Oriente ucraniano como una fuerza creciente. Fue formado por partisanos étnicos ucranianos, rusos y tártaros de Crimea] en el territorio ucraniano ocupado por Rusia en Crimea en el verano de 2022, tras la invasión de febrero de ese año]. Atesh viene de la palabra tártara de Crimea para “fuego”. La organización emitió una declaración en la red social Telegram en la que afirmaba que su objetivo era luchar en favor de Ucrania y que lo haría de cualquier forma posible. Eso incluye actuar como agentes dobles dentro del Ejército ruso.
Lista de éxitos
Los combatientes de la resistencia Atesh son personas locales motivadas “en parte por el odio al Kremlin, en parte por ofertas de dinero de agentes ucranianos”, y han creado un movimiento de resistencia subterráneo que ha obligado a las tropas rusas a retroceder en algunas ocasiones.
Entre sus éxitos se enumeran el daño a líneas ferroviarias utilizadas para transportar suministros militares, el asesinato de soldados, facilitar información valiosa a la inteligencia ucraniana, además de los ataques continuos a la Flota del Mar Negro de Rusia y a bases militares en la región. Las continuas acciones de estos partisanos y el éxito de muchas de ellas, sumado el secretismo necesario para que esta organización alcance sus objetivos, parece haber creado un “sentimiento de paranoia” entre los militares de Moscú.
Operación psicológica
Pero también al igual que pasaba con los partisanos franceses en la Segunda Guerra Mundial, los miembros del Atesh están siendo buscados y detenidos de una manera desesperada, pero también despiadada por el FSB, el temido servicio de seguridad y contrainteligencia de Rusia, que han registrado pueblos enteros en busca de estos partisanos. Sin embargo, dentro de Rusia, los blogueros militares prorrusos han negado que exista alguna amenaza y afirmaron que Atesh no es más que una “invención en línea de la inteligencia ucraniana, diseñada para exagerar los niveles de resistencia”. Según esta versión rusa, el grupo es una forma de operación psicológica por parte de Kiev para desalentar a los soldados del Kremlin y elevar la moral entre los soldados y la población ucraniana.