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China replica portaviones de EE.UU. en el desierto para entrenar a su Armada

La creación de la réplica del USS Gerald R. Ford es un mensaje directo a EE.UU. y a sus posibles incursiones navales en Taiwán o el Mar de la China Meridional.

Experto en migraciones y analista internacional.

6 minutos

Réplica del portaaviones norteamericano tipo Gerald R. Ford en una base militar del desierto chino, según la inteligencia artificial.

China ha construido una réplica a escala real del portaaviones USS Gerald R. Ford de la Marina de los Estados Unidos en el desierto de Taklamakan, provincia de Xinjiang. Este movimiento del gigante asiático demuestra los esfuerzos de China para recrear escenarios del mundo real con el objetivo de probar y refinar sus estrategias y tecnologías militares contra posibles incursiones navales de los EE.UU. en Taiwán o el Mar de la China Meridional donde se acumula mucha tensión geopolítica entre las dos potencias, y que podría ser también, el lugar de los primeros enfrentamientos armados entre Estados Unidos y China.

El descubrimiento fue fotografiado el pasado 1 de enero por Planet Labs, que es un proveedor mundial de imágenes por satélite y soluciones geoespaciales. La empresa diseña, construye y opera la flota de satélites de observación de la Tierra que captan imágenes y recopilan datos.

La réplica es una silueta detallada y a escala real del USS Gerald R. Ford, de aproximadamente 1.085 pies de largo e incluye características como la isla del barco, pistas de catapultas y diseños estructurales únicos (como espolones y una popa cuadrada) que imitan al verdadero portaaviones, incluyendo la Simulación de Guerra Electrónica y Radar, ya que la réplica está equipada con mástiles que funcionan como reflectores de radar, creando una firma de radar realista del portaaviones. Estos mástiles también pueden usarse en varias configuraciones para simulaciones de guerra electrónica y el desarrollo de nuevos buscadores de radar, sensores y contramedidas.

Implicaciones estratégicas

El USS Gerald R. Ford es solo uno de los tres portaviones nucleares de la clase CVN y se convirtió en su botadura en el barco más caro jamás fabricado. Aunque esta estrategia china para adiestrarse en combatir a la Armada americana no es nueva, porque habían realizado ya réplicas de otros buques norteamericanos, sí que parece que han invertido más medios y personal con esta replica para estudiar a fondo el buque y sus posibilidades de cara a un enfrentamiento naval.

Mar Mediterraneo (31 Dic. 2023) Ships from the Gerald R. Ford Carrier Strike Group, the Bataan Amphibious Ready Group and the Hellenic Navy frigate HS Navarinon (F 461) sail in formation. Fuente: US Navy.

Se confirma la estrategia A2/AD de China

La estrategia A2/AD es un sistema de defensa en capas que un país utiliza para proteger su territorio o intereses estratégicos, complicando que las fuerzas enemigas se acerquen o actúen eficazmente en esa área usando una combinación de misiles, submarinos, aviones, y otros sistemas para amenazar a cualquier enemigo que haya logrado entrar en la región, haciéndoles difícil operar o moverse sin ser detectados o atacados.

La construcción de esta réplica es un claro indicador del énfasis de China en negar el acceso a los portaaviones (y su enorme séquito) de EE.UU. cerca de sus costas. Se alinea con la estrategia A2/AD más amplia, que involucra una gama de capacidades diseñadas para prevenir que los adversarios entren u operen libremente dentro de un área específica, particularmente en el Pacífico Occidental.

Se confirma el enfoque chino en Capacidades Antibuque

Las capacidades antibuque, en el contexto de la estrategia militar, se refieren al conjunto de métodos, tecnologías y tácticas empleadas para detectar, rastrear, dañar o destruir naves enemigas, especialmente en un escenario de conflicto naval. Este concepto es un componente crítico en la guerra moderna, dado el papel crucial de las fuerzas navales en la proyección de poder y en la defensa de intereses nacionales, y conformaría una de las capas más importantes del citado A2/AD citado anteriormente.

Comparativa de la réplica china y el portaaviones original USS Gerald R. Ford. Fuente The Drive.

Las capacidades antibuque en las que el gigante asiático estaría trabajando y desarrollando con respecto a Estados Unidos serían:

  • Misiles antibuque: Son probablemente el componente más visible y discutido de las capacidades antibuque. Estos misiles pueden lanzarse desde una variedad de plataformas, incluyendo barcos, submarinos, aviones y sistemas terrestres. Son diseñados para buscar y destruir buques enemigos a distancias considerables. Los misiles antibuque modernos suelen estar equipados con sistemas de guía avanzados, como el radar activo, el seguimiento por infrarrojos y, en algunos casos, sistemas de orientación terminal que les permiten evadir defensas y ajustar su trayectoria en la fase final del ataque.
  • Submarinos: Los submarinos, especialmente los equipados con torpedos y misiles antibuque, son una amenaza significativa para las flotas superficiales. Su capacidad de operar de manera oculta los convierte en una herramienta estratégica para el ataque sorpresa y la interdicción de rutas marítimas.
  • Aviones: Los aviones de patrulla marítima y los cazabombarderos con capacidad de lanzar misiles antibuque son fundamentales en la guerra naval. Pueden patrullar grandes áreas, identificar objetivos y lanzar ataques rápidos contra buques enemigos.
  • Sistemas de defensa costera: Estos sistemas incluyen lanzadores de misiles antibuque basados en tierra, que pueden proteger la línea costera y las aguas territoriales. Su presencia puede restringir el movimiento de flotas enemigas y proteger infraestructuras clave.
  • Minas marinas: Aunque menos glamorosas que los misiles o los submarinos, las minas marinas son una herramienta efectiva y económica para la guerra antibuque. Pueden ser desplegadas para negar o restringir el acceso a áreas críticas, como canales o puertos.
  • Guerra electrónica y cibernética: La capacidad de interferir con los sistemas electrónicos y de navegación de los buques enemigos es un aspecto crecientemente importante de las capacidades antibuque. Esto puede incluir desde el jamming[i] (interferencia) de las comunicaciones y los radares hasta ataques cibernéticos dirigidos a sistemas de control de los buques.

Se confirma la modernización y expansión continuas del Ejército Chino:

El PLA (Ejército de Liberación Chino) está llevando a cabo un proceso de modernización integral, mejorando significativamente sus capacidades navales. Esto incluye el desarrollo de nuevas capacidades antibuque y el aumento del tamaño y las capacidades de sus flotas de buques de guerra y submarinos.

Entre los desarrollos tecnológicos más importantes que está llevando a cabo el Ejército Chino encontramos las Capacidades Mejoradas de Vigilancia y Objetivo, con importantes avances de China en la vigilancia basada en el espacio y la recopilación de inteligencia y que han aumentado su capacidad para monitorear y apuntar a los portaaviones de EE.UU. El PLA está utilizando satélites con tecnología de cámaras avanzadas y radar basado en el espacio para cobertura a prueba de clima y las 24 horas. También se están utilizando drones, que se están convirtiendo en un componente crítico de la estrategia militar de China, aumentando su capacidad para detectar y rastrear portaaviones y otros buques de guerra. Pekín también confirma que trabaja con una Simulación Militar Avanzada de radar y guerra electrónica, reflejando el enfoque de China en mejorar sus capacidades de misiles antibuque y contramedidas electrónicas, todo ello orientado a contrarrestar las capacidades norteamericanas.

Las implicaciones regionales y globales de las tensiones entre China y Estados Unidos son obvias creando potenciales escenarios para el conflicto de alta intensidad en el Pacifico, involucrando o provocado por Taiwán o también en el Mar de la China Meridional, donde son frecuentes las escenas de tensión con buques y aviones norteamericanos en la región.

Por otra parte, el mensaje a la Marina de EE.UU. es claro. La creación de la réplica del USS Gerald R. Ford es un mensaje directo a EE.UU., enfatizando el enfoque de China en contrarrestar las capacidades navales estadounidenses en cualquier conflicto futuro.

En conclusión, parece claro el enfoque estratégico A2/AD de China con la construcción de una réplica a escala real del USS Gerald R. Ford, ya que esta clase de buques podría representar una parte crítica de la estrategia naval de Washington en el Pacifico. Pekín confirma su estrategia de negación de acceso y área (la Armada americana, cuanto más lejos mejor), destinada a contrarrestar las capacidades navales de EE.UU. y se prepara para “defenderse” en el caso de que se decida a invadir Taiwán, o ejerza de “matón” en el Mar de la China Meridional, donde poco a poco va extendiendo su poder y fuerza, a costa de los intereses económicos de otros países como Filipinas, Japón, Indonesia, Vietnam o incluso la India y Australia.