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Internacional

Corea del Norte paga un alto precio en la guerra de Ucrania: 3.000 bajas en combate

Los soldados norcoreanos están adiestrados para luchar hasta las últimas consecuencias, rechazando rendirse incluso cuando podrían hacerlo.

Experto en migraciones y analista internacional.

3 minutos

La 'ayuda' de Corea de Norte a Rusia en la guerra de Ucrania se salda de momento con 3.000 bajas.

La sorpresiva llegada de unos 11.000 soldados norcoreanos al frente ucraniano el pasado octubre de 2024 nos dejó con la duda del resultado de esta internacionalización del conflicto por parte de Moscú. Parecía claro que estos soldados, conocidos por su disciplina extrema, y que seguramente no tenían información de a donde se dirigían ni el motivo, serían usados por el Kremlin como “carne de cañón” en la región rusa ocupada del Kursk para intentar recuperar esta zona.

La llegada de Corea del Norte al conflicto

Pues se acaba de anunciar que estos soldados norcoreanos enviados por Pyongyang para apoyar a su aliado Rusia han sufrido importantes bajas, con miles (unos 3.000) soldados muertos o heridos desde su despliegue al pasado 2024. Estas cifras supondrían que las tropas norcoreanas habrían sufrido un 27% de bajas en combate durante estos meses de combate en el frente ucraniano, pero ojo, las cifras presentadas se basan en declaraciones recientes del presidente ucraniano Volodymyr Zelensky y en análisis de expertos militares.

Las tropas norcoreanas se concentraron en la región de Kursk, en Rusia. Esta zona fue parcialmente tomada por las fuerzas ucranianas en 2024 como parte de un esfuerzo para frenar los avances rusos en el este de Ucrania. Inicialmente, Kiev logró recuperar unos 900 km² de territorio, pero los contraataques rusos y norcoreanos han conseguido el retroceso ucraniano. En la actualidad, Ucrania controla menos de la mitad de ese territorio, unos 420 km², y ha perdido 60 km² adicionales en la última semana.

Rusia intensifica su ofensiva con drones

Y todo esto ocurre en un contexto de guerra que se sigue complicando para Kiev puesto que  las fuerzas rusas continúan avanzando en la línea del frente oriental de Ucrania, capturando Kurakhove y avanzando en áreas cercanas a Chasiv Yar (10 km al oeste de Bajmut), Pokrovsk, Cherovets y Velyka Novosilka. Se estima que las tropas rusas están a solo 3 km del centro de Velyka Novosilka y amenazan con cortar la principal ruta de suministro de la ciudad.

Ya desde verano de 2024, Rusia está sacando ventaja de la mayor cantidad de soldados que tiene disponibles en comparación con Kiev. Su objetivo podría ser conquistar la mayor cantidad de territorio posible antes de que Donald Trump intente parar la guerra en un (forzado) acuerdo de paz entre ambos países. Esta estrategia de superioridad numérica está acompañada de una intensa campaña ofensiva con drones (es irónico que esta estrategia la comenzara Ucrania en el conflicto) utilizando drones suicidas, conocidos como Shahed y proporcionados por Irán.

Solo en lo que llevamos de este primer mes de 2025, Rusia ha lanzado aproximadamente 1.000 de estos aparatos, y podría llegar a usar hasta 2.000 en los escasos días que quedan de enero. Tan solo en el mes pasado de diciembre, lanzaron unos 1.700 drones similares para dañar infraestructuras clave como plantas eléctricas e infraestructuras básicas. Aunque Ucrania ha logrado reparar parte de los daños, solo el 70% de estas instalaciones está funcionando plenamente.

Un aliado no tradicional para Moscú

Después de firmar un tratado de seguridad y conformar una alianza Rusia-Corea del Norte (por lo que los coreanos recibirán tecnología militar, entre otras cosas), los asiáticos decidieron enviar tropas para ayudar a Rusia en esta guerra (lo que dice mucho también de las carencias rusas en este conflicto). Esto ha sido un hecho sin precedentes, ya que por primera vez en muchos años un país del Asia-Pacífico se involucra directamente en un conflicto entre dos naciones europeas.

Estos soldados tienen una ideología extrema que los obliga a luchar hasta las últimas consecuencias, rechazando rendirse incluso cuando podrían hacerlo. Este comportamiento ha sido descrito como tácticas suicidas, aunque podría estar relacionado con el miedo a las represalias de su propio Gobierno si fueran capturados.

¿Qué papel jugará Estados Unidos?

Donald Trump acaba de ser investido como presidente de los Estados Unidos y todas las miradas están puestas ya en cómo va a parar la guerra entre Rusia y Ucrania. El díscolo presidente ha prometido detenerla, pero nadie sabe muy bien cómo va a hacerlo sin perjudicar a Europa y menoscabar la dignidad de Putin. Mientras tanto Europa continúa su apoyo a Kiev financiera y militarmente por si acaso Trump no encuentra la fórmula mágica y esta guerra continua a lo largo de 2025.