Níger, Mali y Burkina Faso, ahora liderados por regímenes militares desde sus respectivos golpes de estado, establecen una alianza militar de la que caben destacar cuatro hitos acontecidos en tan solo cinco días.
El primero de ellos, el pasado jueves, 14 de septiembre, día en el que el presidente de la República francesa Emmanuel Macron afirma que “el enviado de Francia a Níger, Sylvain Itté, vive como un rehén en la embajada francesa” y acusó a los gobernantes militares de bloquear las entregas de alimentos a la misión.
El segundo, un día después, el viernes 15, cuando Burkina Faso expulsa al agregado militar de la embajada francesa por "actividades subversivas".
El tercero, el sábado 16 los líderes militares de Mali, Burkina Faso y Níger firman una carta por la que se crea la Alianza de los Estados del Sahel para "crear una arquitectura de defensa colectiva". Esto se produce cuando Níger está bajo amenaza de intervención militar por parte de la Comunidad Económica de los Estados de África Occidental (CEDEAO) y entre rumores de concentración fuerzas francesas en Benín, país casi limítrofe con la capital de Níger.
La alianza militar defensiva ha sido rubricada en la capital de Mali, Bamako, por los jefes de las juntas militares de Burkina Faso, capitán Ibrahim Traoré; de Mali, el coronel Assimi Goïta, y de Níger, el general Abdourahamane Tiani.
Y en cuarto lugar, ayer domingo, 17 de septiembre, la recién creada Alianza de Estados del Sahel (Malí, Burkina Faso, Níger) advirtió que cualquier ataque a uno de los países miembros será considerado un ataque a los demás participantes, según los estatutos de la unión, que cuenta con unos 60-70.000 soldados permanentes).
"Cualquier ataque a la soberanía e integridad territorial de una o más partes contratantes será considerado como una agresión contra las otras partes y generará un deber de asistencia y socorro para todas las partes, [...] incluido el 'uso de la fuerza armada", afirma la Carta Liptako Gourma.
La agresión "también incluye cualquier ataque contra las fuerzas de defensa y seguridad de una o más partes contratantes, incluso cuando se despliega a título nacional en un teatro de operaciones fuera del área de la alianza". También incluye "cualquier ataque y en cualquier lugar contra los barcos o aeronaves de una o más partes".
La creación de esta nueva alianza se ha producido en un contexto de crecientes tensiones entre sus miembros fundadores, por un lado, y la CEDEAO, por el otro, así como del deterioro de las relaciones entre los tres países militares y Francia, antigua potencia colonial.
Después del golpe de Estado en Níger el 26 de julio, la CEDEAO amenazó repetidamente con una intervención armada e impuso fuertes sanciones económicas al país. La organización cree que las autoridades militares deben "restablecer inmediatamente el orden constitucional" y liberar al depuesto presidente Mohamed Bazoum para reintegrarlo en sus funciones.