El Departamento de Justicia del Gobierno de Donald Trump obtuvo en secreto los registros telefónicos de cuatro periodistas de The New York Times como parte de una investigación sobre la filtración de información clasificada a estos reporteros. La noticia la ha adelantado este miércoles el diario neoyorquino después de que el propio departamento de justicia de la administración de Joe Biden se lo notificara en una revelación similar a las que ha realizado en el último mes a The Washington Post y a CNN.
Ambos medios también revelaron que periodistas suyos habían estado en el foco de este mismo tipo de espionaje por parte del gobierno de Donald Trump con el fin de destapar sus fuentes. En el caso de The Washington Post, fue a tres informadores que cubrieron la investigación sobre la interferencia electoral rusa de 2016. Y en el de la CNN, a su corresponsal en el Pentágono, Barbara Starr.
Tras conocerse estas actuaciones, Joe Biden aseguró que no permitiría que el departamento hiciera lo mismo durante su administración y señaló que este tipo de conductas "están sencillamente mal".
Ahora, se ha sumado el caso de The New York Times, en el que los registros telefónicos incautados cubrían un periodo de casi cuatro meses en 2017 (entre el 14 de enero y el 30 de abril) y pertenecían a los periodistas Matt Apuzzo, Adam Goldman, Michael S Schmidt y Eric Lichtblau, quien ya no trabaja para el medio. El departamento también obtuvo una orden judicial para incautar los registros de correo electrónico ―no su contenido―, aunque finalmente no se hizo con esos datos.
La sospecha de 'The New York Times'
El Departamento de Justicia no ha precisado qué artículo estaba siendo investigado. Sin embargo, The New York Times señala que la alienación de los reporteros durante el periodo en el que se incautó su historial de llamadas apunta a que la investigación estaba relacionada con información clasificada publicada en un artículo del 22 de abril de 2017, firmado por los cuatro periodistas.
Este artículo exponía cómo James B. Comey, entonces director del FBI, manejó las investigaciones durante la campaña electoral de las presidenciales de 2016 acerca del el uso de un servidor privado de correo por parte de la candidata demócrata, Hillary Clinton, y hacía referencia a un documento clasificado obtenido por piratas informáticos rusos en el que un cargo demócrata se mostraba confiado en que la entonces fiscal general del Gobierno de Barack Obama, Loretta Lynch, no imputaría a Clinton. Según el diario, Comey temía que si Lynch anunciaba la decisión de no imputarla y luego Rusia filtraba ese documento, se iba a poner en tela de juicio la legitimidad de la investigación.
El comunicado del editor de 'The New York Times'
Dean Baquet, editor ejecutivo de The New York Times, ha condenado en un comunicado este espionaje de la administración Trump a sus periodistas. "La incautación de los registros telefónicos de los periodistas socava profundamente la libertad de prensa. Amenaza con silenciar las fuentes de las que dependemos para brindar al público información esencial sobre lo que está haciendo el gobierno".
Baquet también se ha referido a la citada declaración del actual presidente de EE.UU. sobre este tipo de prácticas de espionaje del Departamento de Justicia del país: “El presidente Biden ha dicho que este tipo de interferencia con una prensa libre no será tolerada en su administración. Esperamos que el Departamento de Justicia explique por qué se tomó esta medida y qué medidas se están tomando para asegurarse de que no vuelva a suceder en el futuro".