El pasado viernes, 22 de marzo, hombres armados vestidos con ropa de camuflaje abrieron fuego contra los asistentes a un concierto de la banda Picnik en la sala de conciertos Crocus City Hall, en la región de Moscú.
El ataque con armas de fuego fue seguido por un incendio, que, según el Ministerio de Emergencias, afectó un área de casi 13.000 metros cuadrados.
Según las propias autoridades de Moscú, al menos 133 personas han muerto y más de 140 resultaron heridas. Un gran incendio envolvió el techo del complejo y el video que encabeza esta información muestra a los asistentes al concierto, aterrorizados, cubriéndose mientras se escuchan disparos y explosiones.
El presidente ruso Vladimir Putin afirma que los cuatro pistoleros han sido arrestados -además de otras 7 involucrados- y que los sospechosos “intentaban huir a Ucrania”; Kiev responde que las acusaciones de participación ucraniana son "absurdas".
Estados Unidos, por su parte, señala que es creíble que el grupo Estado Islámico pueda estar detrás del ataque, después de que el grupo haya insistido, con imágenes incluidas, que lo había hecho.
Según Al-Manar TV (televisión por satélite de Hezbolá, retransmitida desde Beirut): “En la mañana del 23 de marzo las fuerzas especiales rusas detuvieron a 11 personas, incluidos cuatro terroristas que estaban directamente involucrados en el ataque terrorista. Se están realizando más investigaciones para identificar a los responsables. Uno de los detenidos afirmó que había aceptado realizar el atentado por medio millón de rublos.
Al parecer, los patrocinadores se pusieron en contacto vía Telegram y les proporcionaron las armas.
Los medios informaron que el Renault utilizado por los sospechosos fue descubierto por la noche en la zona del pueblo de Hatsun del distrito de Karachinski de la región fronteriza rusa de Briansk. El coche no se detuvo a petición de los agentes del orden e intentó escapar. Durante la persecución se abrió fuego y el coche volcó. Un terrorista fue detenido en el lugar. Los demás huyeron al bosque. Como resultado de la búsqueda, un segundo sospechoso fue encontrado y detenido alrededor de las 3:50 hora local. Los demás también fueron descubiertos y capturados. Los terroristas fueron trasladados a Moscú.
Según los informes, en el coche se encontraron una pistola Makarov, un cargador de un fusil automático AK y pasaportes de ciudadanos tayikos.
‘Hacemos hincapié en que la parte tayika no ha recibido confirmación de las autoridades oficiales de Rusia sobre la información falsa que actualmente circula sobre la participación de ciudadanos tayikos’, dijo el Ministerio de Asuntos Exteriores de Tayikistán e instó a centrarse en la información oficial de las autoridades rusas.
El FSB confirmó que los terroristas tenían contactos en el lado ucraniano. Según los servicios especiales rusos, las nuevas armas para los terroristas estuvieron preparadas con antelación en un escondite cerca de la frontera.
Lo más probable es que las fuerzas especiales ucranianas estuvieran esperando a los terroristas cerca de la frontera.
Ucrania y los estados de la OTAN están llevando a cabo una campaña informativa para ocultar la culpa ucraniana y señalar al Daesh. Sin embargo, el análisis del ataque levanta muchas dudas al respecto. De hecho, el ataque terrorista estuvo bien planeado y las acciones competentes de los atacantes les permitieron ejecutar la masacre y huir del lugar (pero no llegar a Ucrania); y el ataque no es similar a los métodos terroristas utilizados por los militantes del Daesh. A menudo, estos ataques terroristas masivos se llevan a cabo ‘en una sola dirección’, sin que se planifique ninguna salida de antemano”.
Mientras que la redactora jefa del grupo mediático Rossiya Segodnya (Sputnik), Margarita Simonián añadió que con los primeros interrogatorios de los detenidos, cada vez son más claros los motivos de Occidente para vincular el atentado con ISIS.
De acuerdo con Simonián, tras los primeros interrogatorios resulta obvio por qué el 22 de marzo "los medios estadounidenses gritaban al unísono que [el autor del atentado] había sido el ISIS" "Porque no es ISIS. Es solo que los autores [del atentado] fueron elegidos de tal manera que pudieran convencer a la comunidad internacional de que era ISIS"
"Y el hecho de que incluso antes de las detenciones, antes de [que se vieran] los rostros y los nombres de los autores, los servicios especiales occidentales comenzaron a convencer a la población de que se trata de ISIS", hizo hincapié.
Simonián volvió a subrayar que los autores del atentado no pertenecen a ISIS. "Es un equipo bien coordinado de varias otras siglas, también ampliamente conocidas", concluyó.
La posibilidad de nuevas movilizaciones de reclutas, las consecuencias latentes del caso Navalny el temor a posibles revueltas en la cúpula militar, o una posible fractura social son algunas de las razones que pueden explicar que el Kremlin, son sus tentáculos mediáticos, dirija sus propios temores hacia Ucrania y a la OTAN en busca de unas responsabilidades que en ningún caso piensa asumir como propias.