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Por qué la industria militar de Corea del Sur es una de las más prósperas del mundo

Según el Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo (SIPRI), Corea del Sur ocupa la octava posición de países exportadores de armamento en el periodo 2017-2021.

Periodista

12 minutos

Imagen de recurso con la bandera de Corea del Sur.

Corea del Sur se ubica entre los ocho países que más armas venden en el planeta. Su diligencia para fabricar y entregar las armas, así como sus precios competitivos y solvencia tecnológica, son claves que explican su emergencia en el escenario armamentístico.

Según el Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo (SIPRI), Corea del Sur ocupa la octava posición de países exportadores de armamento en el escenario internacional en el periodo 2017-2021, con un 2,8% de las ventas internacionales centradas en defensa, por detrás de Estados Unidos, Rusia, Francia, China, Alemania, Italia y Reino Unido (por cierto, que España es el noveno mayor exportador de armas, según esos datos, con un 2,5% de la exportación de arsenal armamentístico, justo por detrás del país asiático). De entre los mayores exportadores de armas del mundo, Corea del Sur (177 %), India (119 %) y Australia (98 %) fueron los que más incrementaron sus exportaciones en los últimos 5 años.

El caso es que Corea del Sur está acaparando mucho protagonismo e inversiones en el escenario militar a escala mundial; hasta el punto de que es el primer país ajeno a la OTAN que suscribe un importante acuerdo de venta de diverso material militar a un miembro significativo de la Organización del Tratado del Atlántico Norte: Polonia, que sólo en 2022 suscribió un acuerdo con Corea del Sur para adquirir casi 1000 tanques, más de 600 piezas de artillería y docenas de aviones de combate. Entre la nómina de naciones clientes del país asiático en el ámbito de defensa también ocupan un papel importante países como Alemania, Reino Unido, Australia, India, Irak, Filipinas y Tailandia, así como diferentes países de América Latina como México, Brasil o Perú.

La efervescencia surcoreana a escala mundial como productor de armamento es tan elevada que el portal InfoDefensa indica que la proyección actual es que Corea del Sur pronto se ubique como cuarto país vendedor a escala planetaria de armas de defensa, solo por detrás de Estados Unidos, Rusia y Francia

No en vano, Corea del Sur ocupa ya el puesto 6 de 145 de los países con mayor industria militar, considerados para la revisión anual de Global Firepower, portal especializado en asuntos militares. Hablamos de un país que tiene una fuerza propia de combate extraordinaria, con cerca de 625.000 soldados del servicio en servicio activo y unos 4 millones en reserva, de acuerdo con los datos aportados al respecto por el gobierno de ese país asiático. Su importancia geoestratégica es crucial también como factor de desarrollo de la Guerra de Ucrania, conflicto en el que la OTAN está incitándole a participar con venta directa de armamento al ejército ucraniano, exhortación a la que de momento la nación asiática se resiste, cumpliendo así el mandato de su constitución, que impide ofrecer armamento a países en conflicto, aunque Corea del Sur ya ha apoyado al pueblo ucraniano con 20 toneladas de artículos de ayuda humanitaria, que se suman a los 40 millones de dólares enviados por el país asiático también en el ámbito del apoyo humanitario. 

Panorámica general de Corea del Sur como potencia militar 

En su historia reciente, Corea del Sur ha pasado de una devastadora guerra y pobreza a convertirse en una economía próspera y una democracia estable. Su historia moderna está marcada por el rápido desarrollo económico, la lucha por la democracia y los esfuerzos por lograr la paz y la estabilidad en la península coreana.

Con esas coordenadas, es más sencillo comprender cómo “Corea del Sur ha desarrollado un sólido complejo industrial de defensa orientado a la exportación, que no sólo satisface las necesidades de defensa nacionales, sino que también abastece al mercado mundial de equipos de defensa”, detalla Rouble Sharma, analista de defensa de la empresa internacional de análisis GlobalData.

“El país ha exportado equipos de defensa a varios países, entre ellos el Reino Unido, India, Irak, Filipinas, Perú y Tailandia, lo que ha permitido a la industria de defensa del país obtener valiosas divisas y fomentar la confianza”, expresa Sharma a través de un correo electrónico enviado a 19FortyFive, un portal centrado en analizar las políticas de defensa y de política exterior de los diferentes países que integran la Comunidad Internacional. 

La base tecnológica que sustenta el poderío armamentístico surcoreano 

Empresas de referencia en el ámbito tecnológico como Samsung, Hyundai, LG o SK Hynix son referencias globales de la capacidad industrial y empresarial de Corea del Sur. Esa capacidad innovadora es la base de la industria de defensa surcoreana. Hablamos de un valor añadido crucial en un sector tan complejo y competitivo como el militar.

Los factores que explican esa hegemonía tecnológica se centran en la inversión en investigación y desarrollo (I+D) a lo largo de las décadas, la educación de calidad (sobre todo, en áreas vinculadas con la ciencia, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas), así como una infraestructura digital avanzada, con un entramado de telecomunicaciones robusto. Este ecosistema tecnológico ha posibilitado el desarrollo de aplicaciones y servicios digitales innovadores, así como la adopción generalizada de tecnologías emergentes como el Internet de las cosas (IoT) y la inteligencia artificial (IA).

Además, hay un factor decisivo en el desarrollo tecnológico y militar de Corea del Sur. Se trata de la cultura de trabajo duro, disciplina y perseverancia, que ha sido esencial para que se fragüe el éxito tecnológico del país, ya que ha impulsado la innovación constante y la mejora continua en los sectores tecnológicos, en áreas como dispositivos electrónicos, semiconductores, telecomunicaciones, inteligencia artificial, robótica y automóviles, así como en la industria militar. 

Breve historia militar reciente de Corea del Sur

La historia militar reciente de Corea del Sur arranca con la Guerra de Corea, que estalló en 1950 cuando las fuerzas de Corea del Norte invadieron Corea del Sur. Las Naciones Unidas, lideradas por los Estados Unidos, apoyaron a Corea del Sur, mientras que China y la Unión Soviética respaldaron a Corea del Norte. Después de tres años de intensos combates, la guerra terminó en un alto el fuego y la división de Corea en el paralelo 38, con la creación de la Zona Desmilitarizada de Corea (DMZ).

A partir de ese hito, Corea del Sur se centró en la reconstrucción de su economía y en la modernización de sus fuerzas armadas con la ayuda y el apoyo de los Estados Unidos. Después, durante las décadas de 1960 y 1970, Corea del Sur estuvo bajo el gobierno de varias dictaduras militares. Durante ese período, las autoridades surcoreanas invirtieron grandes sumas de dinero en la modernización de las fuerzas armadas y en la adquisición de armamento avanzado.

En ese contexto, se produjo el primer impulso de la industria de defensa surcoreana, que se cimentó con la búsqueda de la autosuficiencia entre 1973 y 1992 con el llamado Proyecto Yulgok. Los objetivos primordiales de este proyecto se centraron en minimizar la dependencia de fuentes externas de abastecimiento, al tiempo que supuso la industrialización en el ámbito militar.

La evolución de la industria de defensa surcoreana discurrió en simultáneo al formidable desarrollo económico e industrial del país. Tanto es así que una modesta empresa como Korea Explosives Co., ideada en 1952 para producir explosivos industriales para la industria de la construcción, es hoy día lo que conocemos como el gigantesco conglomerado Grupo Hanwha. Sus equipos electrónicos suministran a los medios de tierra, mar y aire de las Fuerzas Armadas surcoreanas y está presente en el sector de drones y aeroespacial a escala mundial. 

Otro capítulo altamente reseñable de esa historia militar reciente surcoreana es el Incidente del Árbol de Pino (1976): durante una misión de poda de árboles en la DMZ, dos soldados de Estados Unidos fueron asesinados por soldados norcoreanos. Este incidente llevó a una escalada de tensiones entre las dos Coreas.

En esa historia reciente, ocupan un papel especial los Juegos Olímpicos de Seúl, celebrados en 1988, tremendamente significativo tanto para el país como para su imagen en el escenario mundial. Durante estos Juegos, se desarrollaron medidas de seguridad para garantizar la tranquilidad y la seguridad durante los juegos, y se demostró la capacidad de Corea del Sur para albergar un evento de esta magnitud.

A partir de la década de 1990, Corea del Sur buscó mejorar sus relaciones con Corea del Norte, con algunos avances reseñables: se suscribieron acuerdos de cooperación económica y cultural, y se desarrollaron cumbres entre los líderes de las dos Coreas en 2000 y 2007. Sin embargo, las tensiones y los desafíos persisten.

Hoy día Corea del Sur padece una sería amenaza nuclear por parte de Corea del Norte, que en los últimos años ha dedicado múltiples recursos a desarrollar su programa de armas nucleares, que se han concretado en diferentes pruebas nucleares de Corea, por no hablar de las pruebas de misiles balísticos del vecino coreano del norte. 

Por qué Corea del Sur se ha convertido en una referencia en la industria armamentística 

El más importante de estos elementos tiene que ver con la necesidad esencial de defensa, sustentada en la supervivencia: Corea del Sur se encuentra en una región geopolíticamente compleja, con tensiones en la península coreana con su vecino Corea del Norte y una vecindad cercana con países de gran potencial en defensa como China y Japón. Debido a estas circunstancias, el país ha tenido una necesidad acuciante de desarrollar una industria de defensa fuerte y confiable para proteger su seguridad nacional.

El extraordinario desarrollo de la industria militar surcoreana tiene que ver con una importante inversión en investigación y desarrollo, impulsada por el gobierno surcoreano. Así como el ya reseñado desarrollo de una tecnología avanzada, lo que se ha traducido en la fabricación armamentística de vanguardia: aviones de combate, buques de guerra, sistemas de misiles, sistemas de comunicaciones y otros equipos militares sofisticados.

Y en lo que se refiere a la cooperación internacional, Corea del Sur ha buscado asociaciones y colaboraciones con otros países en el ámbito de la defensa. Ha establecido acuerdos de transferencia de tecnología y cooperación con países como Estados Unidos y varios países europeos, lo que ha facilitado el acceso a tecnologías y conocimientos avanzados en la industria armamentística.

Si bien Corea del Sur es reconocida en la industria armamentística, es importante señalar que la promoción de la paz y la estabilidad en la región también han sido prioridades para el país. En esa dirección, el denominado Tigre Asiático ha buscado un equilibrio entre la construcción de una sólida capacidad de defensa y la promoción de la diplomacia para mantener la seguridad y la estabilidad regional.

Cifras recientes de ventas de armas surcoreanas 

En 2022, las empresas armamentísticas de Corea del Sur suscribieron contratos por valor de 20.000 millones de dólares en contratos de exportación de armas, considerablemente por encima del objetivo de 15.000 millones en ventas militares planteado por el gobierno surcoreano. 

Cómo analizan en este video de VisualPolitik, existen 4 factores fundamentales que explican la creciente demanda de armas surcoreanas, que han convertido a este país asiático en un actor hegemónico en el concierto armamentístico internacional. A saber: 

  1. Rapidez en las entregas. Menos de tres meses después de firmar la venta de tanques K2 y obuses autopropulsados K-9 a Polonia, Corea del Sur ya estaba entregando las primeras unidades de los mismos al país europeo. En ese sentido, Andrzej Duda, presidente polaco, considera que "el rápido ritmo de entrega es de crucial importancia para afrontar la agresión rusa y la guerra en Ucrania".  Corea del Sur puede concretar esas entregas tan ágiles gracias a su enorme potencia industrial en un sector militar muy activo. En ese sentido, resulta pertinente señalar que Corea del Sur es el segundo mayor productor de semiconductores, justo por detrás de Taiwán, lo que repercute en su formidable músculo como fabricante militar. La síntesis de esta fortaleza de venta de Corea del Sur se resume en la asequibilidad y la velocidad con la que las principales empresas de armas, como Hanwha Defense, Korea Aerospace Industries y Hyundai Rotem, pueden enviar pedidos.
  2. Los surcoreanos son muy flexibles para autorizar la fabricación de sus armas en el extranjero mediante licencias. Este factor les permite ganar una parte significativa de los concursos y contratos de armas que hoy día se generan en el mundo. En ese sentido, resulta muy ilustrativa la cláusula de fabricación de armas suscrita con Polonia, que contempla que en fases posteriores se elaboren las armas en el propio país destinatario de los envíos. Evidentemente, resulta mucho más fácil de justificar un desembolso importante en defensa, si el grueso de esas armas se fabrican en el propio país…en el sentido de que con esa radicación del armamento en el propio país comprador los gobernantes de esos países pueden argumentar que fomentan el empleo y  la base industrial de su país, al tiempo que estimulan un desarrollo industrial más rápido. Hablamos, en suma, de una estrategia  win-win (de beneficio mutuo) de los países implicados: que fortalece la base industrial armamentística del país comprador, crea puestos de trabajo y genera importantes beneficios para el país vendedor de armamento.
  3. Precios altamente competitivos. Las armas surcoreanas son más baratas que las de sus competidores directos como Estados Unidos o Francia, por citar a dos de los más relevantes. 
  4. Niveles de sofisticación y complejidad muy cercanas a las estadounidenses. Tras siete decenios de colaboración estrecha con el entramado militar estadounidense, la consistencia y calidad del armamento surcoreano guarda muchas similitudes con el producido en la tierra del Tío Sam, considerado como el más fiable y poderoso del mercado. El caso es que los orígenes de la industria de defensa surcoreana fueron humildes, ensamblando localmente o produciendo bajo licencia material estadounidense. Desde que empezó a funcionar el armisticio entre las dos Coreas, el Ejército de Estados Unidos mantuvo una importante presencia militar en Corea del Sur para garantizar la seguridad frente al vecino del norte. Este acuerdo ha representado que, como contraprestación, la mayoría del material militar importado por Corea del Sur procede de Estados Unidos. En ese sentido, resulta significativo que el catálogo de vehículos militares de KIA contenga vehículos que remiten a la industria militar estadounidense: como el todoterreno KM450, una versión surcoreana del todoterreno M715 que la empresa que hoy conocemos como Jeep introdujo en los años sesenta.

Datos que dimensionan la industria militar surcoreana actual 

Una de las claves del despegue de la industria surcoreana es que el Ministerio de Defensa, su principal cliente, maneja un presupuesto elevado. La amenaza de Corea del Norte ha fundamentado desde siempre una importante inversión en defensa. Entre 1960 y 2021, la media del Producto Nacional Bruto empleado en defensa fue del 3,94% y el porcentaje más bajo en ese capítulo de defensa se alcanzó en 2022 con un 2,32%. Esto es, el año que Corea del Sur gastó un mínimo en décadas todavía superó el objetivo mínimo que la OTAN ha establecido para sus miembros (y que apenas cumplen siete de los 31). No en vano, nos estamos refiriendo al sexto ejército más poderoso del mundo con 965.000 soldados activos y 4.000.000 en la reserva, según informa el Canal France 24.

La amenaza del programa nuclear, en el horizonte 

Corea del Norte está desarrollando armas nucleares cada vez más sofisticadas. Hasta el punto de que los analistas militares estiman que parte de ese arsenal nuclear podría dañar potencialmente ciudades de Estados Unidos. Un peligro que pone en cuestión si, en un hipotético escenario de agresión norcoreana a Corea del Sur, Washington asistiría con su ejército a Corea del Sur.

Conscientes del peligro nuclear que late en Corea del Norte, Seúl está presionando a la Comunidad Internacional para ser más participe en la planificación y ejecución en torno al uso de armamento nuclear. En ese escenario, se especula con la posibilidad de que Corea del Sur tuviera armas nucleares estadounidenses estacionadas en su territorio, o haya suscrito un acuerdo para compartir armamento nuclear, similar al de Europa, gracias al cual Corea del Sur podría usar armas estadounidenses en caso de guerra.

Una opción menos drástica sería crear un grupo conjunto de planificación nuclear. La decisión de desarrollar un arsenal nuclear es altamente crítica. No en vano, el orden internacional actual se sustenta en la no proliferación de armas nucleares, y aquellas naciones que amenazan este orden, como Irán y Corea del Norte, han pagado un precio alto por ello, en forma de severas sanciones económicas por parte de la Comunidad Internacional, que han agudizado su aislamiento político y económico.

Ingredientes de Corea del Sur para regular la creciente militarización mundial 

En cualquier caso, parece que Corea del Sur ha logrado hacer de la necesidad una virtud, elevando su industria militar a una de las más reputadas y prósperas, cuyo desarrollo puede funcionar como factor de equilibrio y cohesión de la Comunidad Internacional en un entorno multilateral con numerosas amenazas y retos para escenarios de paz y desarrollo político y económico a escala internacional. Sirva un dato como referencia de esa creciente militarización del mundo, según el Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo (SIPRI), el gasto militar mundial total aumentó un 3,7% en términos reales en 2022, hasta alcanzar un nuevo máximo de 2,24 billones de dólares. Corea del Sur, en su faceta de democracia consolidada y potencia tecnológica emergente, puede ayudar a regular el uso de ese armamento de una manera proporcionada a las necesidades de defensa de cada nación.