En medio de gran incertidumbre y las resonancias del pasado, en Siria se ha producido un cambio brutal en el panorama geopolítico y humanitario tras la reciente victoria del grupo Hayat Tahrir al-Sham (HTS). Esta noticia ha producido una mezcla de esperanza y temor entre muchos sirios que han experimentado años de guerra y sufrimiento: algunos vislumbran la oportunidad de regresar a sus hogares mientras otros aún temen que el conflicto no haya llegado a su fin por completo. Solo hay que imaginar a cualquiera de los millones de refugiados sirios en Turquía y Europa devorando las noticias para saber si algún día podrán retornar a la tierra que una vez llamaron hogar. Turquía y Europa, en muchos casos, estarán “deseosos” de que estos refugiados vuelvan a su país.
¿Volverá Siria a ser un lugar seguro para sus ciudadanos?
Tras 13 años de guerra y más de medio siglo de gobierno brutal por parte de la familia al-Assad, la caída del régimen representa una chispa de esperanza para ciudadanos y familias sirias desplazadas o refugiadas (la ONU estimó que 16,7 millones de sirios, de una población total de 23,5 millones, necesitarán asistencia en 2024, el mayor número desde el inicio de la guerra civil en 2011; sin embargo el daño que este conflicto ha dejado a su paso es desolador.
Ciudades completas se encuentran en ruinas mientras que servicios fundamentales como el agua, la electricidad y la atención médica siguen siendo un lujo prácticamente inalcanzable. Regresar a Siria implica tener fe en un futuro incierto y apostar por la esperanza a pesar de las dudas que surgen al considerar la oferta de estabilidad y seguridad hecha por HTS (hablamos, no lo olvidemos, de un grupo armado y catalogado como organización terrorista por muchos Estados).
Sin embargo, el riesgo de una crisis migratoria parecida a la que asoló Europa en 2015-2016 permanece presente. Si surge un nuevo conflicto o la situación actual empeora, miles de personas podrían volver a huir nuevamente, y Turquía, completamente desbordada con millones de refugiados sirios (y también con una paciencia más que inexistente para acogida de nuevos refugiados y migrantes), ha reforzado sus fronteras para evitar otra oleada masiva.
Para evitar esto, la reconstrucción de Siria es una tarea titánica que parece aún lejana. Sin infraestructuras ni servicios básicos es muy difícil que todavía veamos a muchos refugiados volviendo a sus pueblos y ciudades.
España y la UE: ¿preparadas para una nueva crisis migratoria?
Europa, que anda a la gresca entre sus Estados precisamente por el tema de la migración irregular (ojo, los refugiados son otra cosa, pero igualmente plantea desafíos) también observa, consciente (y asustada) el que una nueva crisis migratoria podría golpear sus fronteras una vez más. En 2015-2016, la llegada masiva de refugiados sacudió el continente, dejando una huella imborrable en la política y la sociedad.
España, que entonces no fue un destino principal, podría jugar un papel más relevante ahora. Países mediterráneos como Italia y Grecia podrían exigir una distribución más justa de los refugiados, obligando a España a participar más activamente, o simplemente las mafias de traficantes de personas cambiarán las rutas y los refugiados entrarán por Marruecos, Senegal o Mauritania hacia Canarias o la península. Pero sobre todo podría repetirse una crisis política en la UE sin parangón, y que ya tuvo a Schengen contra las cuerdas y que supuso la salida del Reino Unido de la Unión Europea.
Si la crisis migratoria llegara a España, ¿cómo responderán los partidos políticos y qué impacto tendrá en las próximas elecciones? Las rutas migratorias establecidas durante crisis anteriores podrían reactivarse y el debate político en podría volver a la palestra política nacional e intensificarse.
El futuro de Siria sigue siendo un enigma que ha sido capaz de borrar de los medios de comunicación mundiales a la guerra de Ucrania y Rusia, y cuyo futuro a corto y medio plazo esta aun por escribir. Si HTS logra consolidar el control y estabilizar el país, más refugiados podrían regresar. Pero si la violencia persiste y la reconstrucción se estanca, una nueva crisis podría ser inevitable. Ante este posible escenario, Europa y especialmente España deberán prepararse para actuar con humanidad y determinación, recordando que detrás de cada cifra, hay ciudadanos sirios que solo huyen de la guerra, al igual que haríamos tu y yo.