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Internacional

Suiza, ¿miembro número 33 de la OTAN?

Un informe de su Ministerio de Defensa sugiere que el país debe replantearse su neutralidad y colaborar con la OTAN y la Unión Europea.

Experto en migraciones y analista internacional.

3 minutos

Caza F/A 18 suizo. Foto: Defensayaviacion.info

En los últimos años, Suiza se ha enfrentado a un creciente debate sobre su tradicional postura de neutralidad, especialmente después de la invasión rusa a Ucrania y las muy cambiantes dinámicas de seguridad en Europa de los últimos tiempos. Un reciente informe elaborado por un grupo de expertos de su Ministerio de Defensa sugiere que Suiza debe replantearse su neutralidad para poder colaborar más estrechamente con la OTAN y la Unión Europea (UE) en cuestiones de seguridad. Esta revisión de su neutralidad estaría motivada por la necesidad de proteger mejor al país y adaptarse a un entorno global más incierto y peligroso, pero también a motivos económicos.

Exportación de armas

En esta propuesta no todo versa sobre auto protegerse y adaptarse a los nuevos e inseguros tiempos, sino que también va de dinero. Entre las sugerencias incluidas en este informe, se destaca la recomendación de eliminar la prohibición de exportación de armas a países en conflicto, una prohibición que ha restringido la capacidad de Suiza de vender armas a Estados afines, y que ha impactado en su capacidad para colaborar, por ejemplo, con otras naciones en el apoyo militar a Ucrania. En 2022, las exportaciones de armas suizas cayeron un 27%, con un valor total de 746 millones de euros, en gran parte debido a esta política restrictiva. En esta situación, algunos expertos proponen una mayor integración de la industria militar suiza en los programas de armamento de la OTAN y la UE, además de un incremento en el gasto en defensa al 1% del PIB para 2030. Actualmente, Suiza gasta el 0,76% de su PIB en defensa, menos que cualquier miembro de la OTAN excepto Islandia, que carece de un Ejército permanente.

Durante los últimos tres años, Suiza también ha realizado compras estratégicas para mejorar sus capacidades defensivas. Un ejemplo notable es la adquisición del sistema de misiles Patriot PAC-3 de Lockheed Martin, con una inversión aproximada de 700 millones de dólares. Esta adquisición forma parte de un esfuerzo mayor para modernizar las defensas aéreas del país, que incluye tanto misiles como sistemas antiaéreos avanzados. El acuerdo, aprobado por el Gobierno suizo en 2022, también incluye tecnologías de lanzamiento y soporte logístico, con el objetivo de fortalecer la integridad territorial de Suiza. Esta medida confirma el compromiso del país con la modernización de su capacidad militar frente a posibles amenazas futuras y facilitaría también cualquier tipo de acercamiento a la Alianza Atlántica.

Banderas de OTAN y Suiza. Foto: Keystone / Lukas Lehmann

Neutral desde 1515

Pero desde luego este es un debate muy controvertido en Suiza porque la colaboración militar con la OTAN y la UE los sacaría de su longeva neutralidad que data de 1515. Como en cualquier debate nacional, mientras algunos sectores apoyan estas iniciativas, argumentando que ayudarán a mejorar la seguridad nacional, otros grupos, especialmente pacifistas y nacionalistas, se oponen a cualquier movimiento que ponga en riesgo la neutralidad suiza. Aun así hay que tener claro algunas cosas, porque ya no se trata solo de una amenaza de guerra convencional o militar, porque ahora entran a jugar las amenazas de guerra híbrida, como la desinformación y los ciberataques, que ya afectan al país (y a cual no?), lo que refuerza la necesidad de una política de “defensa global”, según el informe de los expertos. Esta política busca preparar a toda la sociedad, y no solo a las fuerzas armadas, para posibles conflictos futuros​.

Cambio de circunstancias

Este cambio en la política de defensa suiza refleja una respuesta a la evolución de la seguridad en Europa y las crecientes expectativas internacionales. Aunque Suiza no ha sido históricamente un país involucrado en guerras, las circunstancias actuales han impulsado al Gobierno a reconsiderar su rol en la defensa europea y sus alianzas estratégicas. Además, Suiza podría ser vista como oportunista si no coopera con los Estados europeos. Si espera recibir apoyo de los socios europeos, necesita contribuir a cambio.

Este posible cambio de política en Suiza es otro signo de cómo la agresión de Rusia a Ucrania en 2022 está transformando el panorama de seguridad en el viejo continente. La invasión llevó a Suecia y Finlandia a abandonar su neutralidad y unirse a la OTAN y ahora Suiza se replantea su acercamiento a la Alianza Atlántica y la UE. Pase lo que pase en el frente oriental ucraniano, Europa no volverá a ser jamás la misma.