La mayor digitalización que ha provocado la pandemia de la COVID-19 ha tenido muchos consecuencias positivas, pero también otras que no lo son tanto.
El Centro Europeo de Tráfico de Migrantes (EMSC o European Migrant Smuggling) Center, dependiente de la Europol, ha publicado un informe en el que se explica como los traficantes de personas han comenzado a usar las nuevas tecnologías para cambiar la manera en la que reclutan, transportan y explotan a las víctimas.
Entre otras cosas, se han servido del anonimato que ofrece Internet para apuntar a personas vulnerables y luego explotarlas a través de páginas web de acompañantes e incluso plataformas de dating.
“Las redes de tráfico de migrantes y trata de personas son muy dinámicas y utilizan cualquier crisis como una oportunidad para incrementar sus ganancias ilegales. Más digitalizados que nunca, abusan de las plataformas de redes sociales, aplicaciones móviles y herramientas de comunicación encriptada para ofrecer sus servicios ilegales, organizar su logística y asegurar sus ganancias", señala Catherine de Bolle, directora ejecutiva de la Europol.
"El rápido intercambio de información, la cooperación transfronteriza y las remisiones en línea, facilitadas por Europol, han demostrado ser fundamentales para combatir a estos contrabandistas y traficantes", añade la responsable.
En los últimos seis años se han llevado a cabo más de 800 investigaciones prioritarias esta línea. De Bolle asegura que la Europol fortalecerá aún más su asociación con las autoridades de los Estados miembros y otros organismos de la UE y "forjará nuevas alianzas en Europa y más allá para frenar estos delitos, tanto en el espacio digital como físico”.
La tecnología está acelerando los cambios
Por su parte, el director del Centro Europeo de Tráfico Ilícito de Migrantes, Robert Crepinko, insiste en que “existen numerosas razones para creer que la comunidad de aplicación de la ley nunca ha estado mejor conectada, mejor capacitada o mejor equipada para contrarrestar las actividades delictivas de los traficantes de migrantes y los traficantes de personas".
No obstante, Crepinko reconoce que "aún queda mucho por hacer. En particular, los rápidos avances tecnológicos están obligando al EMSC de Europol a unir fuerzas para dar forma a nuevas técnicas de investigación".
El año pasado el Centro Europeo de Tráfico de Migantes reportó 6.139 nuevos casos de tráfico de migrantes y trata de seres humanos apoyados por la Europol, dedicó 55 días de acción sobre el terreno, elaboró 1.246 informes operativos e identificó 26 objetivos e alto valor.