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Libros de geopolítica y seguridad

Cómo evitar ser arrastrados por el tsunami tecnológico que viene

‘La ola que viene: Tecnología, poder y el gran dilema del siglo XXI’, de Mustafa Suleyman y Michael Bhaskar, aborda la realidad de encontrarnos en el umbral de una nueva era revolucionaria digital.

Analista geopolítico especializado en el este de Europa. Ha ocupado puestos en la OTAN, OSCE y Unión Europea.

5 minutos

"La ola que viene" de Mustafa Suleyman y Michael Bhaskar.

En un mundo donde la inteligencia artificial (IA), la biotecnología y la computación cuántica parecen ser las llaves hacia un futuro transformador, ¿qué lugar ocupa nuestra humanidad? Esa es la pregunta que Mustafa Suleyman y Michael Bhaskar intentan responder en su fascinante libro La ola que viene: Tecnología, poder y el gran dilema del siglo XXI, un título que promete tanto como inquieta. Pero ¿realmente cumple con sus expectativas? Con un estilo accesible y una prosa clara, los autores nos llevan por un recorrido que combina predicciones visionarias, ejemplos históricos y un urgente llamado a la acción para no ser arrastrados por el tsunami tecnológico que ya asoma en el horizonte. ¿Es esta una obra que debemos leer todos los que deseamos comprender el futuro? Sin lugar a dudas, aunque no sin sus puntos controvertidos.

La tesis principal del libro se basa en reflexionar sobre la nueva realidad de encontrarnos en el umbral de una nueva era revolucionaria digital. Los autores argumentan que las tecnologías emergentes podrían resolver problemas tan arraigados como el cambio climático o las pandemias, pero también tienen el potencial de instaurar sistemas de vigilancia y aumentar las desigualdades globales que pongan en peligro aspectos en materia de libertades individuales.

Por ejemplo, se explora cómo la inteligencia artificial ya está transformando sectores como la salud, la educación y el transporte, lo cual podría ser positivo, pero también plantea riesgos: ¿qué sucede si estas herramientas caen en manos equivocadas? ¿Estamos preparados para afrontar los dilemas éticos que surgen cuando los algoritmos toman decisiones vitales sin el control final humano?

Uno de los aspectos a destacar del libro es su capacidad para combinar escenarios especulativos con ejemplos concretos. Es el caso cuando los autores mencionan cómo las empresas ya utilizan sistemas de IA para predecir patrones de compra, pero ¿qué pasa cuando los mismos sistemas de IA son empleados para predecir comportamientos sociales o políticos? En China, con la justificación  de potenciar y contribuir a la seguridad nacional, el uso de tecnologías de vigilancia basadas en IA para mantener el control social ya es una realidad. ¿Nos dirigimos hacia un modelo similar en otras partes del mundo? Los escritores no evitan hacer preguntas difíciles, aunque las respuestas a veces sean más difusas de lo que se desearía.

Por otro lado, el libro también hace un esfuerzo por vincular estas reflexiones con ejemplos históricos, mostrando cómo, en otras épocas, innovaciones tecnológicas como la máquina de vapor o la electricidad también generaron tanto oportunidades como temores. La comparación con la Revolución Industrial es particularmente pertinente: así como esa era trajo un cambio irreversible en las estructuras laborales y sociales, la ola tecnológica actual podría redefinir cómo vivimos, trabajamos y nos relacionamos. Sin embargo, mientras que la Revolución Industrial se desarrolló a lo largo de varias décadas, los cambios actuales parecen estar ocurriendo a una velocidad vertiginosa, dejando poco tiempo para la adaptación.

Aunque no todo es alarmismo en la publicación. El libro también destaca el inmenso potencial positivo de estas tecnologías. Así nos trae como ejemplo que la biotecnología podría erradicar enfermedades genéticas o producir alimentos sostenibles para una población mundial en crecimiento. La obra también incide en el papel de la IA en la lucha contra el cambio climático, ayudando a optimizar el uso de energías renovables y reducir las emisiones de carbono. Pero los autores plantean que, sin una regulación y control por parte de las autoridades competentes en dicha materia, podría conducir a una situación que afectara a la sostenibilidad ambiental y al bienestar de las comunidades directamente afectadas. ¿No es acaso paradójico que las mismas tecnologías que podrían salvar al mundo también tengan el potencial de destruirlo?

Una de las reflexiones más provocadoras del libro gira en torno al concepto de poder tecnológico. Los autores argumentan que el acceso y control sobre estas innovaciones podría concentrarse en un pequeño grupo de corporaciones y gobiernos que lideren las nuevas capacidades tecnológicas globales, dejando al resto en una posición de vulnerabilidad. Comparan este escenario con el monopolio que tenían los imperios coloniales sobre los recursos naturales en el siglo XIX, advirtiendo de que podría surgir una nueva forma de colonialismo tecnológico. ¿Estamos preparados para enfrentar esta desigualdad?

El libro también introduce ideas intrigantes sobre cómo podría evolucionar la relación entre humanos y máquinas. Es el caso en donde se plantea la posibilidad de que, en un futuro no muy lejano, la IA no solo sea una herramienta, sino también un socio en la toma de decisiones. Esto podría tener implicaciones profundas para la propia autonomía de la persona en materia de toma de decisiones e incluso en lo referente a cuestionar valores democráticos.

A pesar de su enfoque reflexivo que invita a su lectura, el libro deja aspectos incompletos al no incluir propuestas claras y aplicables. Los escritores son expertos en describir los problemas y oportunidades, pero falta desarrollar y ofrecer propuestas prácticas. Por ejemplo, aunque se menciona la necesidad de un marco regulatorio global para las tecnologías emergentes, el libro no profundiza en cómo podría lograrse en un mundo tan polarizado. Además, algunos lectores pueden sacar conclusiones críticas por su enfoque excesivamente optimista respecto a la capacidad de las democracias liberales para manejar estos desafíos, especialmente cuando hay tantos ejemplos recientes de tecnologías utilizadas para socavar los derechos civiles.

Pese a estas limitaciones, el texto es una obra profundamente relevante. Suleyman y Bhaskar nos recuerdan que, si bien no podemos detener el avance tecnológico, sí podemos influir en su dirección. ¿Estamos dispuestos a hacer lo necesario para garantizar que estas innovaciones beneficien a todos y no solo a unos pocos? Este es el gran dilema del siglo XXI, y los autores nos desafían a hacerle frente con valentía y visión. En comparación con obras similares como Homo Deus, de Yuval Noah Harari o The Big Nine, de Amy Webb, esta publicación adopta un tono más equilibrado, buscando el punto medio entre el optimismo y el escepticismo.

En definitiva, La ola que viene: Tecnología, poder y el gran dilema del siglo XXI es una lectura esencial para cualquiera interesado en comprender cómo las tecnologías emergentes están moldeando nuestro presente y futuro. Es un libro que invita tanto a la reflexión como a la acción, aunque no sin dejar algunas preguntas sin respuesta. ¿Es esto una debilidad o, por el contrario, un recordatorio de que el futuro depende de nosotros? Esa es una decisión que cada lector deberá tomar por sí mismo. En cualquier caso, Suleyman y Bhaskar han cumplido con su objetivo principal, hacernos pensar en cómo navegar la ola antes de que sea demasiado tarde.