'La defensa de España en la era de la incertidumbre', editado por el Centro para el Bien Común Global, de la Universidad Francisco de Vitoria, se ha presentado esta semana en Madrid. En el acto participaron el almirante Fernando García Sánchez, jefe de Estado Mayor de la Defensa (2011-2016); Julián García Vargas, ministro de Defensa (1991-1995); Eduardo Serra, ministro de Defensa (1996-2000); e Ignacio Cosidó, editor de la obra y director del Centro para el Bien Común Global. Moderó Miguel González, periodista de El País.
En las páginas del libro se reflexiona sobre la defensa de Europa, precisamente en un instante de cambio de época, no solo geoestratégico. El ámbito militar también se encuentra en una nueva senda, en una ruta de cambio, porque las operaciones ya son multidominio y han de sincronizarse con el resto de las capacidades del Estado.
Firman los distintos capítulos Fernando García Sánchez, Miguel Martín Bernardi, Juan Rodríguez Garat, Rubén García Servet, Ignacio Bengoechea Martí, Enrique Cubeiro Cabello, Jesús Gutiérrez Gallego, Juan Bautista Sánchez Gamboa, José Miguel Quesada, Jesús de Salvador, Fausto Escrigas Rodríguez, Carlos Frías Sánchez, Ignacio Cosidó y Wenceslao Sánchez.
Nuevo desorden mundial
Ignacio Cosidó, impulsor, editor y coordinador, comenzó la intervención apelando a “poner de acuerdo a las fuerzas políticas en un gran consenso sobre defensa”. “Vivimos —dijo— un momento de quiebra absoluta del orden mundial liberal. Estamos en un nuevo desorden, sin reglas, unilateral, más enfocado a la competencia que a la cooperación. Además, el tradicional vínculo trasatlántico se encuentra en grave crisis y tenemos a Europa en guerra. Y España, en buena medida, está desnuda, carece de capacidad de defensa”.
En cuanto a las bondades de la obra, Cosidó comentó que “si alguna cualidad tiene este libro es la oportunidad, porque en este desorden se echa de menos un debate sobre la defensa y la seguridad y el papel de España se limita a aspirar a dedicar el 2% del PIB a la defensa”.
Cambios en el marco estratégico
Por su parte, el almirante García Sánchez señaló que el marco estratégico “avanza a gran velocidad, con un movimiento vertiginoso y con gran desplazamiento de los intereses”. Sostuvo, no obstante, que tiene su parte buena: “Nos estamos poniendo las pilas en asuntos en los que estábamos adormecidos”.
En estos tiempos de flagrantes incumplimientos de tratados y convenios, reseñó otros puntos de interés en el horizonte: “Las posibilidades de la tecnología disruptiva, la simplificación de las administración y el pragmatismo en las relaciones internacionales”. Llamó la atención además García Sánchez sobre “el problema de la desconexión en la cadena que une política, estrategia, plan, programa y presupuesto”.
El indicador del porcentaje del PIB
¿Pero es efectivo el porcentaje del Producto Interior Bruto (PIB) dedicado a la defensa como variable? Eduardo Serra consideró que “es un pésimo indicador, pero no veo otro posible, porque no sabemos ni quiénes somos”. “Realmente es de agradecer que no hayan invitado a Europa a las conversaciones sobre Ucrania”, apuntó en relación a la desunión que se palpa en la UE. Cree que debe producirse “una súper revolución del asunto militar”. ¿Y cuánto debe gastarse? Lo tiene claro: “Mucho”.
Julián García Vargas estimó que es “insensato decir que se va a llegar al 2%, y mucho menos al 5%, porque nadie lo va a permitir, ni siquiera en Estados Unidos, donde van por el 3,36%”. “Solo Rusia supera ese 5%, pero es que está en guerra”, añadió.
Aboga García Vargas por sustituir el 2% por determinados parámetros: “Calidad del armamento y los oficiales o las bases logísticas que se prestan a otro país…”. En cuanto a la política de defensa y seguridad europea, propuso “recuperar la Unión Europea Occidental (UEO), que participó en la guerra de Yugoslavia”.