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Seguridad y Cambio climático

La crisis global del agua: un desafío urgente para la humanidad

La contaminación y la escasez están convirtiendo este elemento en un bien tremendamente apreciado en todo el planeta, que genera soluciones innovadoras para articular un futuro sostenible en el ámbito de la gestión hídrica.

Periodista

8 minutos

Reflejo de vaso de agua.

La crisis global del agua es uno de los desafíos más urgentes y prioritarios de nuestro tiempo. La clave: la contaminación de fuentes de agua dulce, la sobreexplotación de recursos hídricos y el cambio climático están exacerbando la escasez de agua potable y afectando a la salud y la seguridad alimentaria de miles de millones de personas.

Hablamos de una dinámica de escasez y contaminación de agua que se expresa en una amplia variedad de frentes: desde vertidos industriales y agrícolas hasta la degradación de ecosistemas acuáticos, de manera que las causas son múltiples y complejas. Exploramos las dimensiones de esta crisis, destacando la importancia de la cooperación internacional entre las administraciones públicas y el sector privado y la implementación de soluciones innovadoras para garantizar un futuro hídrico sostenible.

Causas que explican la crisis planetaria del agua

La contaminación es una crisis mundial creciente, que afecta a diversas fuentes de agua dulce debido a múltiples factores. Entre las causas se encuentran los vertidos legales e ilegales de fábricas y plantas de tratamiento deficientes, así como los derrames y fugas de oleoductos o actividades como la fracturación hidráulica. Asimismo, la escorrentía agrícola e industrial transporta fertilizantes, pesticidas y otros contaminantes a las vías fluviales, lo que representa una preocupación global.

Las consecuencias de esta contaminación son significativas para la salud humana y los ecosistemas. El exceso de nutrientes en el agua puede provocar proliferaciones de algas que generan zonas muertas, lo que afecta a la vida acuática. Además, altos niveles de nitratos pueden ser perjudiciales para los bebés, lo que causa el síndrome del bebé azul, una afección en la que la sangre transporta menos oxígeno de lo normal y provoca una coloración azulada en la piel en los más pequeños, que se da generalmente por cardiopatías congénitas o intoxicación por nitratos. No en vano, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), al menos 2.000 millones de personas consumen agua contaminada con heces, lo que puede transmitir enfermedades peligrosas como el cólera y la fiebre tifoidea.

Desde 1970 se han perdido un tercio de los humedales 

El informe High Cost of Cheap Water (El alto coste del agua barata), elaborado por el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), una de las organizaciones de conservación más grandes e influyentes del mundo, destaca que los ecosistemas acuáticos proporcionan servicios valorados en aproximadamente 58 billones de dólares anuales, lo que equivale al 60% del PIB mundial. De este total, 7,5 billones de dólares corresponden al uso directo del agua en hogares, agricultura e industrias, mientras que los servicios indirectos, como la descontaminación, el almacenamiento de carbono y la protección contra fenómenos extremos, suman alrededor de 50 billones de dólares.

A pesar de su importancia, desde 1970 se ha perdido un tercio de los humedales y las poblaciones de especies de agua dulce han disminuido un 83%. Entretanto,  el 54% de los humedales de España está en mal estado y necesita más protección. Esta degradación ha incrementado la escasez de agua y la inseguridad alimentaria, lo que ha intensificado los efectos del cambio climático. WWF subraya la necesidad de que Gobiernos, empresas e instituciones financieras inviertan en la protección y restauración de estos ecosistemas para garantizar un futuro hídrico sostenible. La crisis global del agua es uno de los desafíos más urgentes de nuestro tiempo, y su solución requiere un enfoque integral y colaborativo.

Claves para resolver la crisis del agua

A continuación, se detallan una serie de recomendaciones y puntos cruciales para revertir la dinámica tan nociva de deterioro hídrico en la que estamos inmersos:

Incentivar un uso eficiente del agua. Según el experto David Sedlak, es posible reducir entre un 25% y un 50% el consumo de agua mediante tecnologías existentes y estrategias de gestión probadas.

Articular una infraestructura hídrica sostenible. Se trata de reconceptualizar las infraestructuras actuales, como presas y canales, para optimizar su operación y adaptarlas a las necesidades actuales.

Apostar por fuentes no convencionales de potabilización y aprovechamiento del agua. La desalinización y el reciclaje del agua son soluciones clave para garantizar el acceso a este recurso en regiones con escasez.

Estimular la concienciación y educación. Los expertos destacan la importancia de sensibilizar a la población sobre el valor del agua y fomentar prácticas responsables.

En este contexto, resulta pertinente remarcar el testimonio de David Boyd, relator especial de la ONU sobre derechos humanos y medio ambiente, que subraya que “la crisis del agua afecta a más de tres mil millones de personas y tiene repercusiones graves en derechos fundamentales como la salud y la vida”. Además, este experto pone en valor la necesidad de implementar acciones urgentes para garantizar el acceso equitativo y sostenible al agua.

Por su parte, Juan Pablo Merino, director global de Comunicación, Marca y Asuntos Públicos de Aqualia, destaca que “para valorar cualquier tipo de servicio es necesario conocerlo con cierto nivel de detalle. En el caso del agua, pese a ser un servicio esencial, la mayoría de los ciudadanos no posee unos conocimientos mínimos de todo el esfuerzo humano, económico, técnico y tecnológico-digital que hay detrás de abrir el grifo y que salga agua de calidad 24x7x365”. Por eso, desde este operador de agua mantienen una continua campaña de educación ambiental con el objetivo de poner en valor los servicios de abastecimiento y saneamiento/depuración y utilizarlos de manera responsable.

Iniciativas destacadas para mejorar la gestión hídrica

Al investigar iniciativas que generen esperanza en el ámbito hídrico, se puede detectar que la innovación tecnológica es un área con mucho potencial de desarrollo y que está ayudando a implementar soluciones como drones con cámaras térmicas para identificar pérdidas de agua. En este sentido también es clave fomentar la colaboración global, como la impulsada por la iniciativa Aquapreneur, que conecta startups con expertos y responsables políticos para fomentar soluciones innovadoras en el sector del agua.

Y no podemos olvidar el interés que suscitan otras prácticas tradicionales adaptadas. Por ejemplo, en Burkina Faso, Yacouba Sawadogo ha desarrollado técnicas agrícolas que aprovechan eficientemente el agua de lluvia, lo que beneficia a comunidades afectadas por la sequía.

¿Cuál es la crisis mundial del agua?

La crisis mundial es un desafío global que afecta a miles de millones de personas debido a la escasez de agua potable y la falta de acceso a saneamiento adecuado. Actualmente, alrededor del 26% de la población mundial no tiene acceso a agua potable, y el 46% carece de sistemas de saneamiento gestionados de forma segura.

¿Qué causa la crisis de agua?

La crisis del agua tiene múltiples causas interrelacionadas. Entre las principales se encuentran el cambio climático, que altera los patrones de lluvia y reduce las fuentes de agua dulce; la sobreexplotación de recursos hídricos en la agricultura, la industria y el consumo humano; la contaminación de ríos, lagos y acuíferos por desechos industriales y agrícolas; y el crecimiento poblacional, que incrementa la demanda de agua en regiones donde los recursos son limitados. Estos factores combinados generan un estrés hídrico que afecta tanto a las personas como a los ecosistemas.

¿Qué pasará en 2050 con el agua?

Para el año 2050, se prevé que la demanda de agua aumente hasta un 55%, especialmente en sectores como la industria, la producción eléctrica y el uso doméstico. Esto podría llevar a que entre 4.800 y 5.700 millones de personas vivan en áreas con estrés hídrico durante al menos un mes al año. Además, los acuíferos están en peligro, con un tercio de ellos agotando sus reservas. Sin embargo, se espera que el número de personas sin acceso a agua potable disminuya significativamente, de manera que pase de 750 millones a 250 millones. La gestión sostenible y la innovación tecnológica serán clave para enfrentar estos desafíos.

Métodos educativos para concienciar sobre el valor del agua

Entretanto, se están utilizando diversos métodos educativos para concienciar sobre la crisis del agua, como programas escolares que integran la educación ambiental en los currículos, campañas comunitarias con talleres y actividades interactivas, y tecnologías digitales como aplicaciones y juegos educativos que fomentan el aprendizaje sobre la gestión sostenible del agua. También se promueven proyectos prácticos, como la recolección de agua de lluvia, para aprender de forma experiencial, y la colaboración con líderes locales que actúan como embajadores para transmitir mensajes clave. Estos enfoques combinan información y acción para inspirar un cambio real en el uso responsable del agua.

El proyecto revolucionario del agua liderado por Matt Damon

Como detonante para construir este reportaje, nos hemos inspirado en este artículo publicado en Time, escrito por Matt Damon y Gary White (ambos cofundadores de Water.org), que aborda “la clave para resolver la crisis global del agua”. El reportaje expone cómo “más de 2.2 mil millones de personas carecen de acceso a agua segura” y cómo la carencia de servicios de saneamiento afecta a la salud, la educación y las oportunidades económicas a escala mundial.

El texto profundiza en que el problema no se limita únicamente a la escasez física de agua, sino que “incluso donde el agua está disponible, el acceso puede ser poco fiable y costoso”. Este lastre provoca que comunidades vulnerables tengan que lidiar con sistemas de salud comprometidos, expongan a sus familias a enfermedades de origen hídrico y perpetúen ciclos de pobreza, al tiempo que se agotan recursos como el agua subterránea, tal como sucede en lugares como Ciudad de México.

Según Damon y White, “lograr el acceso seguro al agua y saneamiento para todos requiere una inversión de 114.000 millones de dólares anuales”, frente a los 28.400 millones invertidos actualmente. Además, se resalta la necesidad de unir el espectro de capital, desde la filantropía hasta las inversiones de impacto, para cerrar la “brecha de 85.6 mil millones de dólares”, lo cual generaría un retorno económico de 4 dólares por cada dólar invertido, según el Banco Mundial.

Un caso ilustra el valor de esa inversión: Zipporah, una joven agricultora de Kenia que, gracias a un préstamo para instalar un tanque de captación de agua de lluvia, “pudo equilibrar su labor en el campo con su educación”. Su experiencia ejemplifica el impacto transformador de las soluciones implementadas y refuerza la idea de que la unión de capital filantrópico e inversión privada es esencial para dotar a millones de familias de acceso a agua segura y mejorar sus condiciones de vida.

En conclusión, la resolución de la crisis del agua debe ser una prioridad para la comunidad humana. La cooperación internacional y la priorización de recursos son esenciales para afrontar este desafío global. Iniciativas como la protección y restauración de ecosistemas acuáticos, la implementación de tecnologías de desalinización y reciclaje de agua, y la educación sobre el uso responsable del agua son pasos cruciales. Al unir esfuerzos, Gobiernos, empresas e instituciones financieras pueden garantizar un futuro digno, saludable y esperanzador para toda la población humana, independientemente de su ubicación geográfica. Y es que la crisis del agua no solo afecta a nuestra supervivencia, sino también nuestra capacidad para prosperar y construir un mundo más justo y sostenible.