La instalación de estos sistemas de seguridad se ha disparado más de un 35% en los últimos cinco años, según datos recabados por Roams, asesor digital que se ha lanzado recientemente en el sector de las alarmas, uno de los servicios más demandados en los últimos tiempos. Y es que, según esta compañía, si en 2016 algo más de millón y medio de viviendas contaban con una alarma, en 2020 ese número ascendió hasta los dos millones y medio.
Teniendo en cuenta que el número medio de hogares en España en 2020, según el INE, era de 18,7 millones, un 7,3% de las viviendas de nuestro país disponen de una alarma en su interior.
Cada vez son más las familias que se disponen a instalar este tipo de dispositivos en el interior de sus hogares, sobre todo, en segundas residencias que suelen permanecer más tiempo vacías.
"El refuerzo en las medidas de seguridad con la contratación de una alarma para la vivienda parece tener relación directa con la disminución de robos que se viene dando en los últimos años", manifiestan desde Roams.
Y es que el número de este tipo de delitos se ha reducido considerablemente, según indica esta empresa. Si en 2016 los robos y hurtos en domicilios españoles durante los primeros tres meses del año ascendían a 200.283, en 2020 se situaban en 159.688, lo que supone una disminución del 20% en ese periodo de tiempo. Si tenemos en cuenta 2021 (del que por ahora solo se pueden extraer datos del primer trimestre del año), la cuantía merma hasta los 112.577. Esto significa que se reduce en prácticamente la mitad esta cantidad de 2016 a 2021, concretamente un 43,8%.
El auge de la ocupación ilegal
En preocupaciones por la seguridad, además del robo en domicilios se suma ahora el auge de la okupación ilegal en viviendas. De hecho, el número de denuncias por ocupación ilegal en inmuebles en España se ha incrementado con el paso de los años, de las poco más de 9.900 denuncias en 2016 a las casi 15.000 en 2019, según los datos extraídos del Ministerio del Interior.
Es decir, que en ese período de tiempo, el número de denuncias aumentó en más de un 30%. Algo que tiene una relación directa con el boom de la alarma anti okupa que tan de moda se ha puesto últimamente.
“Cada vez son más las personas que deciden poner una alarma, sobre todo, para sus segundas residencias con el fin de sentirse tranquilos y quitarse de problemas cuando no están en ellas”, señalan desde Roams.