Argentina está conmocionada por un terrible crimen que ha tenido lugar en la ciudad de Laboulaye, en la provincia de Córdoba, y que está traspasando fronteras. Se trata del asesinato de Joaquín Sperani, un adolescente de 14 años que fue encontrado muerto el pasado domingo, 2 de julio, tras llevar desaparecido desde la tarde del jueves anterior, 29 de junio.
Ese día Joaquín asistió al colegio y después se le perdió la pista. Lo único que se sabía de él es que había dejado su bicicleta en el colegio y que se fue de allí caminando con el que era su mejor amigo, un chico de su misma edad al que conocía desde la infancia por la amistad que mantenían sus padres. Unas cámaras de seguridad les captaron a la salida, andando juntos y sonrientes. Al parecer, en ese momento fueron a una casa abandonada a tan solo cien metros de su escuela, donde, tras más de 48 horas de búsqueda, se consumó el peor desenlace ya que esa casa fue el lugar en el que se encontró el cuerpo sin vida de Joaquín. Tras el hallazgo del cadáver y de haber dado diferentes versiones y pistas falsas, su amigo se desmoronó y confesó ser el autor del crimen.
"Yo maté a Joaquín", reconoció según informa el diario argentino La Nación.
Joaquín murió de un traumatismo craneal tras recibir más de diez golpes en la cabeza
El cadáver de Joaquín fue encontrado al lado de unos ladrillos y de un hierro, que han sido incautados por la Policía, señala el citado medio. También presentaba claros signos de haber sufrido una muerte violenta, algo que desgraciadamente confirman los resultados preliminares de la autopsia.
Según revelan, recibió más de diez golpes en la cabeza, que le causaron un traumatismo craneal que lo mató en el acto. Además, el primero de los golpes le habría sido asestado por la espalda, pillándole desprevenido y, presumiblemente, impidiendo que opusiera resistencia ya que no hay evidencias de que lo hiciera.
Se desconoce el motivo del crimen y se sospecha que pudiera haber cómplices
En estos momentos la investigación sigue abierta. Todavía se desconoce el motivo del asesinato y se investiga si el asesino tuvo cómplices, algo que sospecha la familia de la víctima.
Mientras tanto, el autor confeso del crimen se encuentra detenido en un centro de menores y está previsto que se le practiquen una serie de estudios diagnósticos, psicosociales y ambientales. Además, no podrá ser sometido a un proceso penal puesto que es menor de 16 años, lo que le hace inimputable. Su caso se va a dirimir a un juzgado penal juvenil para que continúe investigando la causa y esclarezca los hechos.