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Seguridad y salud

Así modelan nuestras expectativas los influencers de la actividad física

Los creadores de contenido en redes fomentan un estilo de vida saludable, pero deben estar atentos a no generar falsas expectativas.

Periodista

11 minutos

Los influencers de la actividad física están en auge.

Crece la reputación y la capacidad de influencia de los creadores de contenido de actividad física en redes como Instagram o TikTok. Por un lado, fomentan la cultura del deporte y el cuidado físico, pero también generan desánimo en su audiencia por sus cuerpos ideales.

El hábito de ir de manera regular al gimnasio ofrece múltiples beneficios para la salud física y mental: mejora la resistencia cardiovascular, aumenta la fuerza muscular y reduce el estrés. Por ejemplo, alguien que asiste con permanencia al gimnasio puede notar una mejora en su capacidad para realizar actividades diarias, como subir escaleras sin agotarse o levantar objetos pesados sin dificultad. En este contexto, los influencers de la actividad física juegan un papel importante al inspirar a sus seguidores con rutinas de ejercicio y consejos nutricionales que promueven un estilo de vida saludable.

Sin embargo, también existe un riesgo asociado, ya que estos creadores de tendencia a menudo muestran cuerpos extremadamente tonificados y casi perfectos, lo que puede generar frustración y baja autoestima en quienes no logran alcanzar esos estándares. En ese sentido, resulta crucial recordar que cada cuerpo es diferente y que la salud y el bienestar no se reducen a una apariencia física idealizada.

En este artículo se relata en primera persona la vivencia de combinar gimnasio y redes por parte de diferentes personas, reflexionando sobre sus pros y contras, al tiempo que se exponen los testimonios de algunos instagramers de referencia, se reflexiona sobre la utilidad y los riesgos que comporta su labor y se señalan algunos de los referentes de vida saludable con más seguidores y predicamento en nuestro país.

En los últimos tiempos se ha registrado el auge de los influencers de fitness en plataformas como Instagram. Se trata de un fenómeno que se aceleró durante la pandemia. Estas figuras, en su mayoría mujeres, motivan a sus seguidores a alcanzar ciertos estándares de salud y belleza a través de rutinas de ejercicio y consejos sobre estilo de vida. Sin embargo, el fenómeno también genera debate sobre la presión social para conseguir cuerpos perfectos y el impacto en la salud mental. En ese sentido, los expertos advierten sobre los riesgos de mensajes simplistas como “si quieres, puedes”, y abogan por una educación que fomente la aceptación corporal más allá de la apariencia.

Los beneficios de ir al gimnasio

En ese contexto, conviene conocer los testimonios de mujeres que han hecho de las rutinas en el gimnasio un eje cardinal de su existencia. En esa sintonía se enmarcan las reflexiones de Vidian Draves, profesora colombiana de 47 años con nacionalidad estadounidense, quien nos relata que lleva “asistiendo al gimnasio por más de 20 años. Voy porque al hacer ejercicio siento muchas sensaciones agradables, incluyendo la felicidad de saber que estoy haciendo algo bueno por mi cuerpo y mi mente. Me aporta bienestar, confianza corporal, y me ayuda a reducir el riesgo de padecer muchas enfermedades”. Esa versión centrada en el bienestar y en el autocuidado contrasta con la visión que tiene Draves de las tendencias que se generan en las redes: “Creo que Instagram no ayuda mucho a tener una imagen real del cuerpo de la mujer, porque muchas de los influencers que aparecen en la plataforma proyectan una vida y realidad que no es cierta. Muchos usan filtros en las fotos y en otros casos se han sometido a procedimientos estéticos para poder seguir subiendo contenido y atrayendo a seguidores. Todo esto genera expectativas falsas del físico. Sin embargo, creo que hoy en día la diversidad de cuerpos está mucho más presente en las redes sociales, y quizás esto ayuda un poco en la aceptación de nuestros cuerpos, aunque pienso que todavía hay mucho trabajo por hacer, sobre todo en enseñar a mujeres jóvenes y adolescentes a tener amor propio. Entender que es importante sentirse valorada y orgullosa sobre lo que somos y lo que hacemos, sin necesidad de que otras personas nos lo digan”.

Las redes sociales pueden tener efectos indeseados en los seguidores de influencers.

Efectos nocivos

En una línea parecida se expresa Guacimara García, una traductora tinerfeña de 44 años, que considera que “Instagram no proporciona una imagen positiva sobre el cuerpo de la mujer. De hecho, veo efectos bastantes nocivos porque son cuerpos demasiado poco realistas para el día a día de una persona normal: si tienes hijos, tienes que trabajar, encargarte de tu casa, de la comida, etcétera. No te queda tiempo ni ganas, y esto lo digo tanto para hombres como para mujeres, para construir cuerpos como los de los instagramers, a los que hay que dedicar mucho trabajo, lo que supone muchas horas al día de entrenamiento, además de una dieta especial. Por lo cual, los cuerpos de estos influencers no suponen para nada una imagen realista”.

En parecidos términos se expresa Karen Solis, administrativa ecuatoriana de 35 años, que lleva un mes haciendo gimnasio por prescripción médica: “Siento que las redes sociales te generan más ansiedad e inseguridad sobre tu cuerpo. Aunque muchos te quieran hacer creer que te debes aceptar, al final lo que muestran son figuras estilizadas y te crean la necesidad de seguir ese patrón”.

Nunca es tarde

La historia de Guacimara García muestra que su singladura es un buen ejemplo de que nunca es tarde para ponerse en forma: “Empecé a hacer deporte de manera consistente a los 32 años. Comencé a raíz de la sugerencia de una fisioterapeuta que me lo recomendó por un tema de salud. La verdad es que ir al gimnasio te da endorfinas y entras en un círculo virtuoso en el que te apetece ir más y estás súper motivada. Después, empiezas a ver resultados y eso te motiva. Por ejemplo, compruebas que puedes llevar las bolsas de la compra sin problemas, algo que antes no pasaba. Además, te ves mejor físicamente ante el espejo. Por no hablar del hecho de que me ayuda a desconectarme del estrés del día a día. También me ayuda a mantenerme en forma”.

En ese sentido, Guacimara pone el acento en el valor de la autosuperación: “Me encanta ponerme retos y sentir que puedo cumplirlos, como cuando me pongo más peso en los ejercicios de fuerza que hago. Se trata de competir con uno mismo, que es la forma más sana que conozco de desarrollarte en el gimnasio. En resumen, ir allí me aporta felicidad, satisfacción y autorrealización”.

Cómo madurar en el gym

Uno de los aspectos más destacados entre los adultos que hacen ejercicio con regularidad es que los objetivos con los que empieza uno a ejercitarse varían conforme la persona madura. Buena muestra de ello es el relato de Daniel Molina, ingeniero de 45 años, que cuenta que se inició en el gimnasio “en la universidad, con 20 años. En los primeros años vas por estar en forma y por motivos estéticos. Actualmente, lo hago sobre todo por salud y por el nivel de energía que me aporta en mi día a día”. Interpelado sobre si sigue a algún influencer, Molina apunta que en el pasado ha seguido “de manera ocasional algún perfil para ver rutinas de ejercicios, dietas y también por motivación”.

Una respuesta que contrasta con la de Luis Gómez, creativo en marketing digital, también de 45 años, afincado en Marbella, que sigue actualmente sobre todo a dos instagramers sobre todo “por su modo de vida y porque sus vídeos en general son curiosos. Uno de ellos es un instagramer británico, Mike Thurston, @mikethurston, que tiene más de un millón de seguidores. Me llama la atención por su experiencia vital y porque ha hecho mucho dinero. Es un tipo que vive en Dubái y viene a Marbella; me llama la atención porque entrena en gimnasios que yo conozco. El caso es que te habla de negocios y su historia vital. Y es verdad que da algún toque en forma de consejo de entrenamiento que ayuda. El segundo es español, Pedro R.S., pedrors_oficial_, al que sigo no porque quiera imitar sino porque me interesa cómo ilustra el mundo de la química en los entrenamientos. Es un tipo que compite y explica cómo funciona todo el mundo de los anabolizantes y los esteroides. Me parece un mundo curiosísimo y al final me ha empapado bastante de todos los efectos que provoca y de cómo funciona”.

Ejemplos de instagramers

Toda esta fiebre por el trabajo en el gimnasio a través de las redes estalló durante la pandemia del coronavirus, en 2020, y ha catalizado el auge de influencers de gimnasio, de manera que alguno de estos perfiles ha subido como la espuma, especialmente en el ámbito femenino. Verónica Costa, conocida como Vikika, una de las pioneras en este ámbito, describe que en los inicios de su cuenta “me gustaba compartir mis rutinas, mis recetas... A la gente esto le parecía algo increíble porque ni había tanta conciencia con la alimentación, ni era habitual ver a mujeres entrenando en una sala de pesas”. Costa destaca que la pandemia fue un punto de inflexión, y subraya que “muchas personas se dieron cuenta de lo importante que es también el entrenamiento en el ámbito mental, y yo me alegro de haber sido parte de ello”.

Los creadores de contenido despiertan excesivas expectativas.

Paula Butragueño, otra influencer que cada vez congrega a más público con sus videos, comenta que el panorama ha cambiado radicalmente: “!En el matrimonio estaba muy establecido el tiempo de deporte del hombre, pero no tanto el de la mujer!”. Afortunadamente la tendencia ha cambiado en los últimos tiempos. “Él tenía sus partidos de fútbol, de tenis… pero ella no sacaba tiempo para este tipo de actividades”, reflexiona para el diario El País. Butragueño emplea su perfil de Instagram, en el que aglutina a 125.000 seguidores, para aportar herramientas prácticas, sesiones en directo y recomendaciones para armonizar cuerpo y mente, al tiempo que comparte su estilo de vida con su comunidad.

Los riesgos

¿Cuáles son los riesgos que comporta esa creciente entronización de los creadores de contenidos vinculados al cuidado del cuerpo? Seguramente tenga que ver con un despertar excesivo de las expectativas de los más jóvenes y vulnerables. Eso sostiene Guacimara García cuando apunta que “en mi gimnasio veo a algunos adolescentes que apenas tendrán dieciséis años machacándose con unas pesas muy desproporcionadas para las posibilidades de sus cuerpos y edad. La verdad es que me preocupa mucho ese fenómeno, y creo que esa falta de cuidado seguramente tenga su fundamento en las redes que consumen a diario”. Vikika misma reconoce este peligro, y admite que desde estas cuentas “no son conscientes del impacto que tienen en otras personas, sobre todo en los y las jóvenes con menor capacidad crítica”.

Anabel Hernández y Julia Palazón son otras dos influencers del mundo fitness con una audiencia más que considerable que armonizan su labor en las redes con trabajo y estudios. Ambas comparten cómo equilibran sus ajetreadas vidas con el ejercicio físico en el diario ABC. Hernández, por ejemplo, compatibiliza su labor en las redes con el trabajo en la moda y viaja constantemente: “Es muy difícil con nuestro trabajo organizarse o tener el hábito de cada día hacer ejercicio, pero siempre encuentro un hueco para ir al gimnasio o, si estoy en un hotel, intento que tenga gimnasio o voy a la playa o a algún parque cercano”. Palazón, por su parte, afronta el reto de compaginar sus estudios de “Enfermería y turnos largos de trabajo con su pasión por el CrossFit: “Entre que estoy muerta después de trabajar 12 horas, llegar a casa y merendar... me resulta imposible los días que tengo turno. Aun así, intento hacer ejercicio todos los días”.

Ambas destacan la importancia de la alimentación y el descanso en su rendimiento físico. Hernández explica: “Para mí, el 80% es la alimentación... No como nada de grasas saturadas ni de ultraprocesados”. Palazón coincide y añade: “El vientre plano es la alimentación... pero está la forma de ese vientre plano, que ahí es donde entra el tema de fortalecerlo”. También subrayan que la motivación y el hábito son esenciales para no desistir del ejercicio, incluso en los días más difíciles. En ese sentido, Hernández dice que “querer es poder. Los días que tienes menos ganas de entrenar cuentan doble”, mientras que Palazón señala que a veces “me apunto a la clase sin pensar en si me apetece o no... pero muy pocas veces son las que no me apetece entrenar”.

Villano Fitness, un trabajo mal enfocado

Villano Fitness, cuyo nombre real era Alfredo Martín, fue un reconocido fisicoculturista, popular en redes sociales, donde compartía rutinas de entrenamiento y consejos sobre el desarrollo físico. Luis Gómez, una de las personas que ha dado su testimonio para este reportaje, reconoce “mi admiración por su capacidad didáctica para explicar el mundo de la química en el gimnasio”, al tiempo que reconoce su pena por su trágico final, que considerable “esperable” debido a que consumía “10 veces más que la cantidad más alta que de promedio se emplea en ese mundo para ciclarse”. Su trabajo era valorado por su dedicación y por inspirar a muchos a mejorar su condición física. Sin embargo, su muerte trágica en 2023 ilustra los peligros de un enfoque extremo en el desarrollo muscular, especialmente cuando se acompaña del uso imprudente de esteroides y anabolizantes.

¿Por qué hacer trabajo de gimnasio de forma continuada? Las razones fluctúan de una persona a otra. Las motivaciones incluyen las vinculadas al cuidado estricto de la salud, como es el caso de Karen Solis: “Necesito hacer ejercicio para fortalecer ciertas partes musculares y el traumatólogo pidió que siga haciendo ejercicios para robustecerme”. Hay otras más variadas, como las que expone Luis Gómez, quien asegura que lleva “10 años yendo al gimnasio. Aunque cuando más he notado la calidad de este trabajo ha sido en los últimos 3, cuando he realizado un trabajo más específico. El 90% de la motivación que me lleva al gimnasio es por verme mejor. Además, siento que es bueno para cumplir mis objetivos vitales”.

Los principales referentes a escala mundial

Entre los diez Instagramers más seguidos del mundo se encuentran figuras como Kayla Itsines (@kayla_itsines), entrenadora personal a la que siguen 12 millones de seguidores, que ha revolucionado el mundo del fitness con su programa BBG (Bikini Body Guide); también despuntan Joe Wicks, que es conocido por sus recetas saludables y rutinas de entrenamiento de alta intensidad y Chris Hemsworth (@chrishemsworth), el famoso actor australiano conocido por encarnar a Thor, que cuenta con más de 50 millones de seguidores. Hemsworth comparte videos de su entrenamiento para mantenerse en forma y prepararse para sus papeles en el cine. Estos influencers han logrado construir una comunidad consistente, gracias a su enfoque en promover el bienestar físico y el ejercicio.

También merecen mención propia 10 de los instagramers de fitness y deporte más populares en España, según un artículo de Marketing4eCommerce: Patry Jordán (@gymvirtual_com); Sergio Peinado (@sergiopeinadotrainer); Verónica Costa (@vikikacosta); David Marchante (@powerexplosive); Rubén García (@rvbengarcia); Nieves Bolós (@niieves_fit); Espe Palacios (@espeworkout); Elena Malova (@elenamalova_com); Cocó Constans (@fitcoco); Vanesa Lorenzo (@vanesalorenzo_)

A modo de síntesis, ¿cuáles serían las líneas maestras que deberían guiar la labor de los instagramers y creadores de contenido vinculados al ámbito del gimnasio y el autocuidado físico? Daniel Molina, con 25 años de experiencia trabajando su cuerpo en el gimnasio lo tiene claro: “Creo que esa labor debe ser desarrollada por personas con conocimiento y experiencia sobre el contenido que publican. Lo adecuado es que divulguen Información con base científica y responsable en la medida que sea sostenible y realista”. Frente a ese ideal, Luis Gómez, que también atesora una nutrida experiencia de cuidado físico, se lamenta de “cómo muchos de estos influencers están influyendo de manera negativa a miles de jóvenes que ven cuerpos perfectos irreales, creados por medios de sustancias químicas (aunque a veces esos creadores de contenidos niegan lo evidente y vayan de naturales). El caso es que esa pequeña epidemia se traduce en que miles de jóvenes les han perdido el miedo a los esteroides y se están empezando a obsesionar con el físico hasta el punto de no cuidarlo o incluso maltratarlo. Se trata de un fenómeno muy grave, porque los efectos secundarios de emplear esos anabolizantes pueden ser terribles, llevando a la muerte en los casos más extremos”.

Lo ideal sería que esos creadores de contenido promovieran la aceptación del propio cuerpo y recalcaran que el bienestar no se limita a la apariencia física. De este modo, se podrá construir una comunidad de influencers y personas que van al gimnasio que se enfoque en la salud integral y en metas alcanzables para todos.