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Sucesos

"Me los han matado": el clamor de Dolores, la madre que perdió a su familia en la DANA

Dolores perdió a su marido y a sus dos hijos por la terrible DANA. Desde entonces, su única razón para seguir adelante es que se haga justicia.

3 minutos

Dolores Ruiz Sánchez, quien perdió a su marido y a sus dos hijos por la DANA, en una entrevista a Ana Pastor para el programa "Conspiranoicos" de La Sexta

Dolores Ruiz Sánchez sobrevivió a la terrible DANA del 29 de octubre estando agarrada durante horas a la reja de una ventana de su casa, situada en un área de campo entre Chiva y Cheste. Se aferró a la vida sin saber cómo sacó fuerzas, mientras la riada arrasaba todo a su paso, incluida su familia. En apenas cinco minutos, vio como el agua se llevaba a su marido, Eleuterio, y a sus dos hijos, Jesús Andrés y Javier, dejando tras de sí un vacío irreparable. Desde entonces, su única razón para seguir adelante es que se haga justicia.

Su testimonio es uno de los recogidos en el auto de la jueza que investiga la gestión de la DANA, un proceso que busca esclarecer si se pudieron evitar tragedias como la suya. Además, Dolores está compartiendo su dramática historia con diversos medios de comunicación para visibilizar su lucha y exigir que se depuren responsabilidades.

En una reciente entrevista concedida a la periodista Ana Pastor para el programa Conspiranoicos, ha relatado el horror que vivió aquella fatídica tarde del 29 de octubre y ha vuelto a reclamar justicia, por enésima vez y porque, como ella dice, "es lo que me sigue dando vida".

"Cuando se haga justicia podré descansar un poquito. Mi corazón no va a descansar de sufrimiento, pero de tener un poco de paz, sí. De haber hecho justicia por mi marido y por mis hijos, que me los han matado. Esa es la palabra. Me los han matado, me los han arrebatado, mi vida entera", declara emocionada.

El día anterior, 28 de octubre, Dolores cumplió 70 años y lo celebró junto a su familia. Nada hacía presagiar que, apenas 24 horas después, la DANA borraría todo rastro de felicidad.

Según ha contado, eran alrededor de las 18h cuando su hijo menor, Javier, de 42 años, les alertó de que el agua estaba bajando con mucha fuerza y les instó a salir de casa. Nada más abrir la puerta, la riada les sorprendió. Javier consiguió subir a sus padres a una ventana para protegerlos, pero en medio del caos, el perro de Javier se escapó y él decidió ir a buscarlo, al igual que su hermano Jesús Andrés, de 46 años, que no dudó en ayudarle. "Mi marido, a continuación, fue a por sus hijos", añade.

Ella siguió enganchada a la ventana durante horas, mientras su hermana la alumbraba con una linterna desde la terraza de su casa. Finalmente, Dolores pudo ir hasta allí, pese a que apenas "tenía fuerzas ni para subir las escaleras". En aquel momento, tampoco tenía fuerzas para contar lo que había pasado, recuerda Dolores, que tan solo llegó a decir a su hermana, cuando le preguntó por su marido y sus hijos, que ya no estaban. "No podía ni hablar".

Días de agonía hasta recuperar los cuerpos

En medio del shock, Dolores pensaba que su familia era la única afectada por la DANA. No fue consciente de la magnitud del desastre hasta que vio las noticias en casa de su hermano. Nadie acudió a preguntarle qué había pasado ni a darle apoyo. Y, durante días, esperó con angustia noticias sobre el paradero de su marido e hijos.

El 8 de noviembre, apareció el cuerpo de su hijo mayor en una rotonda de Cheste. Al día siguiente, hallaron a su marido en Ribarroja. Y el 11 de noviembre encontraron a Javier en Paiporta. "Qué muerte tan horrorosa. Hasta que no aparecieron todos no quería enterrarlos. Así lo hice el 17 de noviembre, los enterré a los tres juntitos".

Sin apoyo de los políticos, pero con una promesa firme

Dolores ha hecho la promesa de hacer justicia por ellos y reconoce tener fe en la justicia, aunque no confía en los políticos, especialmente después de que ninguno se haya puesto en contacto con ella.  

"Lo más gracioso es que es presidente que está gobernando en la Comunitat Valenciana, que me vio en la iglesia, podía haber hablado conmigo", señala Dolores, quien no se refiere a Carlos Mazón por su nombre porque "no se lo merece".

Ella se acercó a él cuando acabó la misa. Fue un breve encuentro en el que, "con educación", le recriminó que había perdido a su familia por su culpa. Según cuenta, Mazón le pidió perdón, pero ella se dio media vuelta "y ya no le escuché". El gesto que sí la conmovió fue el abrazo del rey Felipe VI. "Ahí fue cuando me derrumbé", admite.

"La vida ya no la recompone. Aquí hay muchos fallos, muchos, pero este señor, como está aforado, pues no se le puede hacer nada", apunta Dolores, que solo espera encontrar algo de paz cuando se haga justicia.