• Home /

  • /

  • Bluesky: la alternativa que promete rivalizar con X

Tecnología

Bluesky: la alternativa que promete rivalizar con X

Esta emergente red social, creada por Jack Dorsey, uno de los fundadores de Twitter, aspira a devolver a los usuarios el control sobre su experiencia digital mediante un modelo democrático.

Periodista

9 minutos

La nueva red social trae una bocanada de aire fresco.

En el panorama actual de las redes sociales, donde la polarización, la desinformación y la censura parecen dominar, Bluesky ha emergido como una prometedora alternativa. Fundada en 2019 por Jack Dorsey, uno de los creadores de Twitter, Bluesky busca devolver a los usuarios el control sobre su experiencia digital mediante un modelo descentralizado. Esta red social, que en el momento de escribir estas líneas ya va por los 23,8 millones de usuarios (aquí se puede consultar la cifra actualizada de usuarios), se está consolidando como un refugio para las personas desencantadas con el giro de plataformas como X (anteriormente Twitter), en la que expertos en marketing digital como Carlos Fernández Guerra, el profesional que revolucionó las redes de la Policía en su momento, consideran que “se está favoreciendo el acoso y una conversación de escasa calidad”.

Frente a ese modelo, Bluesky representa una opción atractiva para quienes buscan un espacio en línea más democrático, lo que esta herramienta social fomenta a través de su énfasis en la transparencia, la moderación personalizada y la eliminación de la publicidad invasiva, al tiempo que promueve una conversación respetuosa entre los profesionales y las personas. Otro de los atractivos de esta red social es que ofrece una  experiencia sin algoritmos centralizados, por lo que los usuarios tienen la libertad de crear su propio entorno, de manera que controlan tanto los contenidos que consumen como las interacciones que mantienen.

Las cifras: 23,8 millones de usuarios (y subiendo)

Bluesky, que ya es conocida como la red social alternativa, está experimentando un crecimiento exponencial. Por ejemplo, solo en la semana posterior a las elecciones estadounidenses, celebradas el 5 de noviembre de este año, ganó un millón de nuevos usuarios, hasta el punto de que ya está ubicada en los 23,5 millones de usuarios en total.

La plataforma, a la que para acceder originariamente había que contar con una invitación exclusiva, se hizo pública en febrero de 2024. A diferencia de X, Bluesky ofrece funciones como feeds cronológicos, mensajes directos y herramientas de moderación personalizadas que permiten a los usuarios controlar su experiencia. Esta atracción por Bluesky no es nueva, ya que también experimentó un aumento de usuarios tras la prohibición de X en Brasil en agosto, y el reciente repunte está vinculado a la insatisfacción con X y su cultura tóxica. Según la propia Bluesky, el crecimiento refleja el interés de usuarios, incluidos periodistas y políticos, en una plataforma libre de publicidad y discursos de odio, lo que recuerda a los primeros días de Twitter.

En ese sentido, resulta relevante el testimonio de Don Lemon, periodista televisivo estadounidense, quien ha expresado en X su decisión de abandonar la plataforma, con el argumento de la incapacidad que a día de hoy muestra esta herramienta social para facilitar un “debate honesto” debido a cambios en sus términos de servicio. Lemon señala que X ahora “favorece a los conservadores”, lo que en clave estadounidense podría facilitar la protección de la plataforma frente a litigios dada la administración republicana que con el comienzo de 2025 estrenará el país de las oportunidades.

A esa ola de cambio de entorno social online se han sumado diversos medios, como The Guardian, que también han anunciado su salida de X debido a las teorías conspirativas y el racismo que han proliferado en la red. En contraste, Bluesky se presenta como un refugio para quienes buscan un espacio más amigable y democrático, una dirección en la que destaca la postura de la joven empresa social, que ha anunciado que no controlará lo que los usuarios ven, a diferencia de la gestión de Musk en X.

Breve cronología de la génesis y desarrollo

Bluesky crece rápidamente desde su creación hace cinco años. Su funcionamiento se basa en un modelo descentralizado, donde los usuarios pueden alojar su información en servidores independientes. Aunque Dorsey ya no está vinculado a la plataforma, ahora liderada por Jay Graber, primera ejecutiva de Bluesky con solo 33 años y experta en el mundo cripto, su diseño recuerda al antiguo Twitter, lo que ha facilitado su adopción masiva tras las recientes elecciones en Estados Unidos y las críticas hacia Elon Musk por apoyar al nuevo presidente Donald Trump. “Bluesky ofrece una red social como debería ser”, afirma Graber, quien también posee la mayoría accionarial de la empresa.

El crecimiento de Bluesky ha sido impulsado por figuras como Lizzo, Jamie Lee Curtis y Ben Stiller, y la ya comentada de The Guardian, que abandonaron X calificándola de “plataforma tóxica”. Sin publicidad, su modelo económico incluye servicios de pago como dominios personalizados para profesionales, una idea que según Graber “refuerza la seguridad y verifica la identidad de los usuarios”. Sin embargo, el desafío será mantener su ritmo de expansión y encontrar una forma sostenible de financiarse en un mercado dominado por redes sociales gigantes como X, que, según Musk, tiene 250 millones de usuarios diarios.

Qué ofrece a Bluesky a sus usuarios

La clave de esta red social es que ofrece una experiencia más libre y descentralizada gracias a su protocolo propio, Authenticated Transfer (AT), que permite a los usuarios unirse desde servidores personalizados. Aunque la plataforma todavía no está completamente descentralizada, su diseño facilita que cada servidor adapte funciones como los algoritmos o la moderación. Su interfaz, similar a la de Twitter, hace que la transición sea sencilla para los usuarios, quienes pueden disfrutar de publicaciones cronológicas sin la interferencia de algoritmos impuestos. Además, Bluesky permite crear feeds personalizados, lo que otorga al usuario control total sobre qué contenidos desea ver.

Para unirte a Bluesky, solo debes acceder a su página oficial, bsky.app, y crear una cuenta ingresando tu nombre de usuario, correo electrónico, contraseña y fecha de nacimiento. Aunque aún no incluye funciones como hashtags o la carga de videos, ofrece herramientas esenciales como subir fotos, comentar, dar “me gusta” y compartir publicaciones. Entre sus opciones destacadas están los algoritmos personalizables y feeds como Bluesky Ñ para mensajes en español. Se trata, en definitiva, de una herramienta social gratuita y enfocada en la autonomía del usuario, que está construyendo una comunidad comprometida con una experiencia menos invasiva y más ajustada a las necesidades de cada persona.

Ventajas que aporta Bluesky

El innovador protocolo AT distribuye los datos en múltiples servidores en lugar de almacenarlos en un único lugar centralizado. Esta funcionalidad posibilita a los usuarios decidir dónde alojar su información, lo que mejora tanto la privacidad como la resistencia a la censura. Además, la plataforma prioriza una experiencia sin invasión publicitaria ni recolección masiva de datos, diferenciándose de X, que ha sido criticada por sus políticas intrusivas. Además, Bluesky fomenta la personalización: los usuarios pueden configurar sus experiencias en la plataforma mediante ajustes que se adaptan a sus necesidades, y este enfoque contribuye a crear un entorno en línea más libre y seguro.

Una de las características más innovadoras de Bluesky es su apuesta por la interoperabilidad, gracias a la flexibilidad del protocolo AT. Los usuarios no solo pueden elegir servidores, sino también migrar su cuenta a otras plataformas que adopten este protocolo, preservando sus datos y conexiones.

Este diseño fomenta la creación de aplicaciones y servicios personalizados que amplían las posibilidades de interacción en la red. La comunidad de Bluesky se caracteriza por valorar la libertad de expresión, la privacidad y el rechazo a la polarización. Aunque aún está en sus primeras etapas de desarrollo, la plataforma se perfila como una alternativa viable a las redes centralizadas, ofreciendo una visión innovadora que busca fortalecer la capacidad de decisión de los usuarios y establecer un modelo más justo y democrático en las redes sociales.

Lo que dicen los expertos

Hemos tomado como referencia este artículo de El País para recopilar la valoración de un par de especialistas sobre el auge de Bluesky.  “Es el mismo servicio (que otras redes sociales), pero con cosas muy distintas”, comenta Ignacio Castro, profesor de la Queen Mary University de Londres, quien resalta que Bluesky posibilita a los usuarios adaptar su experiencia con más autonomía en comparación con plataformas controladas por algoritmos centralizados como X o Instagram.

Uno de los aspectos distintivos de Bluesky es la posibilidad de crear sistemas de recomendación personalizados, de manera que posibilita que los usuarios filtren o promuevan contenido según sus intereses, como fútbol italiano o insectos tropicales. Esta capacidad, que ya ha generado más de 50 millones de mensajes distintos desde abril, podría abrir nuevas oportunidades de negocio, según Castro: “Un profesional externo podría desarrollar sistemas de filtrado, promoción y moderación”.

Además, Bluesky fomenta dinámicas menos jerárquicas, algo que respalda Manlio de Domenico, profesor de la Universidad de Padua, al observar que los usuarios con muchos seguidores tienden a seguir proporcionalmente a más personas en Bluesky que en X.

Aunque Bluesky aún no alcanza la diversidad y dinamismo que caracterizó a Twitter en su apogeo, promete crear una experiencia distinta. Investigadores como Castro señalan que su estructura modular y la opción de verificar usuarios con nombres personalizados favorecen comunidades específicas, mientras que la adopción de listas de bloqueo y filtrado puede redefinir el microblogging. Sin embargo, el profesor De Domenico advierte que será clave observar si estas características se mantienen con el crecimiento de usuarios: “Lo que importa es la naturaleza de la distribución. La diferencia que vemos probablemente no desaparecerá pronto”.

La argumentación de un periodista

Paul Tassi, periodista especializado en internet, explica de manera muy didáctica en Forbes cómo las recientes modificaciones en X, como la eliminación de la opción de bloquear usuarios de manera efectiva, han impulsado a muchos usuarios a emigrar hacia Bluesky. Además, Tassi destaca que la falta de un algoritmo punitivo y un público más comprometido en Bluesky ha mejorado la visibilidad de su contenido.

En su experiencia personal, los enlaces a artículos han obtenido más “me gusta” y comentarios en Bluesky que en X, donde el sitio restringe frecuentemente el tráfico fuera de la plataforma. Tassi afirma que “la interacción y el compromiso no son tan diferentes de los de X”, lo que ha hecho que considere dar una oportunidad real a Bluesky. También hace un llamamiento a sus seguidores a unirse a él en esta nueva red social, dado el “mal estado” de X, y destaca que la experiencia en la nueva plataforma está siendo significativamente más positiva para él.

Otro factor a favor de Bluesky en relación a la batalla de seguimiento que está dirimiendo con X es que posibilita a los usuarios crear feeds personalizados, compartir “starter packs” con recomendaciones de cuentas, y controlar herramientas de moderación de contenido, como la capacidad de silenciar palabras clave. Estos mecanismos buscan evitar el control centralizado de los algoritmos y fomentar un entorno más seguro y accesible para los usuarios.

Las sombras que también proyecta Bluesky

Sin embargo, aunque Bluesky se presenta como una plataforma descentralizada, su dependencia de un protocolo propio (AT Protocol) en lugar de uno común en el ámbito de redes sociales descentralizadas, como ActivityPub, ha generado críticas. Este detalle podría limitar la interoperabilidad con otras plataformas, como Mastodon.

Además, a pesar de su promesa de descentralización, Bluesky sigue siendo una empresa privada financiada por inversores de criptomonedas, lo que plantea preguntas sobre su futuro a medida que crece. Además, a medida que se expande, Bluesky deberá abordar cuestiones de moderación de contenido, desinformación y sostenibilidad financiera, especialmente si alcanza una audiencia significativa en la Unión Europea.

En síntesis: Bluesky está despertando muchas expectativas y adhesiones en sus primeras etapas de desarrollo. ¿Los motivos de su éxito? Su modelo descentralizado, sin publicidad invasiva y con opciones de moderación personalizadas, que ha atraído a millones de usuarios, incluidos periodistas, figuras públicas y ciudadanos preocupados por la calidad del discurso en línea. Sin la manipulación algorítmica que caracteriza a otras plataformas, Bluesky promete una experiencia más libre y respetuosa, destacándose frente a X, cuya gestión bajo Elon Musk ha sido ampliamente criticada.

Aunque el futuro de Bluesky dependerá de su capacidad para sostener este crecimiento, manejar la moderación de contenido y encontrar un modelo financiero sostenible sin comprometer los valores que la han hecho atractiva. Y es que su compromiso con la descentralización y la autonomía de los usuarios podría redefinir lo que entendemos por redes sociales en la próxima década.