Por su altísimo coste no es probable que la veamos subirse a una escalera mientras su dueño pasa la gorra, pero ha sido diseñada no solo con fines funcionales, sino también lúdicos. Estamos hablando de Bex, una cabra que no da leche merengada como la vaca de la canción, pero sirve lo mismo para un roto que para un descosido.
Se trata de un robot cuadrúpedo que, aunque la montaba un adulto, hizo las delicias de los niños en la Exposición Internacional de Robots de Tokio (iREX), celebrada hace tan solo unos días. Se presenta como el rival más peligroso para Spot, el perro diseñado por Boston Dynamics que desarrolla ilimitadas funciones. Como ya hemos dicho se ha inspirado en la Capra Ipex, denominada también íbice alpino o cabra salvaje de los Alpes, un bóvido de la subfamilia Caprinae presente únicamente en la cordillera de los Alpes. También pertenece a esta especie la cabra salvaje de Nubia y la asiática, aunque es más frecuente considerarlas especies separadas bajo los nombres de Capra nubiana y Capra sibírica.
Como las cabras de verdad, puede trepar por terrenos abruptos
Este robot caprino forma parte del proyecto Kelido, derivado de la Plataforma Humanoide Robusta de Kawasaki. Y está diseñada para transportar objetos o entretener a aquellos que quieren practica la hípica caprina. Tiene cuernos curvos, pero como si fuera un juguete, se puede personalizar en su estética, y no poniéndole vestiditos como a las Barbies, sino cambiándole la cabeza y remplazándosela por la de otro animal que tenga o no cuernos. Es blanca y luminiscente.
No se pierde en la oscuridad. Uno de los objetivos de sus fabricantes era que pudiera moverse de forma rápida y sigilosa por terreno llano y también en superficies más complicadas. Como se puede comprobar en el siguiente vídeo, dispone de ruedas en sus rodillas para el movimiento por suelos o terrenos lisos. Las patas son muy útiles, en cambio, para las zonas abruptas, y permiten a la cabra mecánica escalar o moverse entre piedras de distintos tamaños.