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La Comisión Europea quiere proteger su tecnología clave frente a China

Inteligencia artificial, biotecnología, chips y computación cuántica son las áreas estratégicas que Bruselas considera críticas, tanto para la seguridad como para la economía de la región.

Periodista.

2 minutos

La UE quiere evitar que países terceros pongan en riesgo la seguridad de la región.

En un comunicado de prensa emitido este martes, la Comisión Europea advierte a los países miembros sobre la vulnerabilidad de cuatro sectores tecnológicos y les insta a evaluar los potenciales riesgos de aquí a final de año.

La preocupación detrás de estas recomendaciones es la seguridad económica y estratégica de la región y la fuga de tecnología frente a rivales como China, aunque desde Bruselas evitan nombrar al gigante asiático como fuente primera de previsión.

La propuesta destaca cuatro áreas “que se consideran altamente probables de presentar los riesgos más sensibles e inmediatos relacionados con la seguridad”:

  • Las tecnologías de semiconductores avanzados, que incluyen la microelectrónica, la fotónica, los chips de alta frecuencia y los equipos de fabricación de semiconductores;
  • Las tecnologías de Inteligencia Artificial, como la computación de alto rendimiento, la computación en la nube y de borde, el análisis de datos, la visión por computadora, el procesamiento del lenguaje o el reconocimiento de objetos;
  • Las tecnologías cuánticas, donde entran la computación cuántica, la criptografía cuántica, las comunicaciones cuánticas y la detección cuántica y radar;
  • Y las biotecnologías, como las técnicas de modificación genética, las nuevas técnicas genómicas, el genedrive y la biología sintética.

La Comisión Europea busca “reducir riesgos, pero sin desconectarse.” “La tecnología está ahora en el corazón de la competencia geopolítica y la UE quiere ser actor, no el terreno de juego.”

Para seleccionar los sectores vulnerables, Bruselas se ha apoyado en tres criterios: que tengan naturaleza transformadora, es decir, que puedan impulsar aumentos de desempeño y eficiencia, o provocar cambios radicales; que se trate de una tecnología con posible doble uso, tanto civil como militar, así como el riesgo de que puedan utilizarse para socavar la paz y la seguridad y, en tercer lugar, el peligro de que puedan usarse en la violación de los derechos humanos, incluida la restricción de las libertades fundamentales.

“La tecnología está ahora en el corazón de la competencia geopolítica y la Unión Europea quiere ser actor, no el terreno de juego”, sostuvo la vicepresidenta de la Comisión Europea responsable de Estado de derecho, Vera Jourova.

En junio pasado, la Comisión había advertido la necesidad de que el bloque tome medidas para evitar que países terceros que puedan poner en riesgo la seguridad europea, como China o Rusia, tengan acceso a tecnologías punteras desarrolladas por empresas europeas o a infraestructuras clave mediante inversiones o relaciones comerciales, señalan desde Europa Press. Así, el Ejecutivo comunitario llama a la colaboración de los Estados miembro y del sector privado para identificar cuáles son las medidas necesarias y crear un marco de acción común.

“Necesitamos monitorear continuamente nuestras tecnologías críticas, evaluar nuestra exposición al riesgo y, cuando sea necesario, tomar medidas para preservar nuestros intereses estratégicos y nuestra seguridad. Europa se está adaptando a las nuevas realidades geopolíticas, poniendo fin a la era de la ingenuidad y actuando como una verdadera potencia geopolítica”, declaró Thierry Breton, comisario de Mercado Interior.

Después del inicio de la guerra en Ucrania, la Comisión no quiere repetir las experiencias de su relación con Rusia. Sucede que Europa es especialmente dependiente de China para la importación de chips, esenciales para la industria automovilística. Por eso se busca “reducir riesgos, pero sin desconectarse”, según resumió el jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell.