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Lo barato sale caro: si utilizas una ruta gris para mandar tus SMS probablemente violes la Ley de Protección de datos.

Las rutas grises puede que sean más baratas, pero utilizarlas puede costarte muy caro. Lo primero que tienes que sabes es en qué consisten.

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Lo barato sale caro: si utilizas una ruta gris para mandar tus SMS probablemente violes la Ley de Protección de datos.

Cuando el volumen de SMS enviados es muy elevado, es lógico que las empresas busquen formas de reducir el coste. El problema es que, para ello, a veces utilizan fórmulas que pueden llegar a afectar a la reputación de la empresa, o que son absolutamente ilegales. Es el caso de las llamadas ‘rutas grises’, que son más baratas que las rutas directas pero que pueden comportar consecuencias negativas para la marca que las utilice en sus campañas, advierten desde la plataforma de email marketing Acrelia.

El enrutamiento es la ruta por la que se envía un SMS, y puede ser una ruta directa o indirecta. Las directas son las de mayor calidad porque, como su propio nombre indica, conectan directamente con el operador de telefonía, lo que garantiza una serie de beneficios para el remitente, como la personalización del envío o la medición de sus resultados.

En el otro extremo están las rutas indirectas, las que son conocidas como rutas grises y su calidad es inferior a las directas, ya que utilizan prácticas dudosas en los envíos, aprovechando vulnerabilidades de la red móvil que permiten tráfico gratuito de SMS entre operadores internacionales. De hecho, se las llama grises porque, aunque empiezan en un canal legal, en algún momento pasan por uno de dudosa legalidad, por lo que llegan al destinatario de forma indirecta. Curiosamente, esta ruta que sigue el SMS es lo que hace abaratar sus costes porque se aprovechan los precios de redes de un país diferente al de origen. Según explica Lidia Castillejo, responsable de desarrollo de negocio de Acrelia, “si decides enviar un SMS a destinatarios de España a través un proveedor que utilice “rutas grises”, el SMS puede recorrer medio mundo para finalmente acabar recibiéndose en la red española a un coste muy bajo”.

Una ruta gris sería básicamente cualquier práctica que se aproveche de vulnerabilidades en la red de telefonía móvil, para utilizar sus servicios sin pagarlos.

Las rutas negras, lo peor de todo

 

Otra opción de dudosa legalidad son las granjas de SIM que se configuran para aprovechar las ofertas de mensajes ilimitados de operadores internacionales. En ambos casos se utiliza roaming, y eso provoca que la seguridad y las funcionalidades no sean las mismas que con las rutas directas y por eso se considera que tienen peor calidad. “También existen las rutas negras en las que tanto la salida como la recepción del SMS se hacen por rutas fraudulentas. Obviamente, esta es la peor opción”, señalas desde Acrelia.

Además de perder la posibilidad de saber quién ha recibido o clicado en los mensajes enviados, utilizar rutas grises puede suponer incumplir con el RGPD. Por un lado, porque es difícil gestionar las bajas de los envíos y, por otro, porque tampoco se puede garantizar la confidencialidad de los datos.

Estos métodos suponen transferir información entre diferentes servicios que pueden estar en varios países, lo que tampoco asegura que el mensaje llegue en la forma o momento que se tenían previstos. Algunos SMS pueden llegar incompletos o no recibirse. Afortunadamente, los proveedores ya empiezan a tomar medidas para protegerse de las pérdidas que les supone este fraude y por eso bloquean mensajes que pueden ser sospechosos de haber sido enviados por rutas grises.

Lo barato, como dice el refrán, acaba saliendo caro. Utilizar las rutas no adecuadas pone en riesgo la reputación de la empresa al contratar proveedores que utilizan rutas grises, solo por conseguir un descuento en el coste de los envíos. La reputación en este caso puede medirse por las peticiones de bajas o las quejas de los usuarios que no están satisfechos con los SMS recibidos.

Acrelia señala los cinco grandes problemas que representan las rutas grises para los resultados de los envíos de SMS desde las empresas.

 

  1. La velocidad a la que se entregan los SMS baja de forma considerable
  2. La entrega de los mensajes no se puede confirmar de ninguna manera
  3. La confidencialidad del contenido enviado no se puede asegurar
  4. La protección de los datos de tus clientes no se pude garantizar
  5. El seguimiento de las acciones de SMS marketing no se realiza de forma óptima

 

Para garantizar la calidad y la seguridad de los envíos de SMS es clave utilizar rutas directas. “Es la única forma de garantizar la máxima velocidad y fiabilidad de la entrega, así como de cumplir con la legislación vigente”, explica Castillejo, que cuenta "cómo esta apuesta por las rutas directas, permite a Acrelia ofrecer funcionalidades adicionales que mejoran los resultados de las campañas".

 

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