En el marco de los Cursos de Verano de la Universidad Internacional de Andalucía (UNIA), que aborda la innovación y competencias docentes, ha desarrollado su conferencia la pedagoga e investigadora de la Universidad de Córdoba (UCO), Verónica Marín. Marín ha compartido sus ideas y experiencia en una conferencia sobre educación lúdica o gamificación, en el curso 'Recursos y metodologías activas en el proceso de enseñanza-aprendizaje para la mejora de las competencias profesionales de los docentes', guiado por Eufrasio Pérez, investigador de la Universidad de Jaén (UJA). En esencia, esta pedagoga ha invitado a la comunidad de profesores a que exploren las posibilidades transversales que ofrecen los videojuegos para profundizar en diferentes competencias, de manera tan lúdica como simultánea, incentivando así la inclusión y el autoaprendizaje organizado en el aula.
Los videojuegos como herramienta de autonomía en el aprendizaje y trabajo en grupo
La investigadora y pedagoga de la Universidad de Córdoba ha puesto en valor "el potencial de los videojuegos como vehículo para la transmisión de conocimientos, además de valores". Así, "se parte del trabajo en grupo como base, por lo que desde el principio están la colaboración y cooperación, lo que no pone un estudiante lo pone otro". De esta forma, ha destacado que el estudiante "puede implicarse y participar en el diseño de su propio aprendizaje", al tiempo que ejercita, en simultáneo, sus destrezas de autonomía en la asimilación de nuevos contenidos y habilidades de trabajo en equipo.
En opinión de la pedagoga, la "principal clave" para motivar al alumno consiste en "incorporar aquello que utilizan en su vida buscando establecer un hilo conductor". Así, ha afirmado que "cuando el alumno ve que el videojuego que utilizan en casa puede enseñar también el código de circulación o matemática básica, despierta su interés y adquiere conocimientos sin darse cuenta".
Para Marín, la inclusión de estos juegos "debe hacerse de manera suave, haciendo ver que no se trata de jugar por jugar, por ejemplo, reservando un momento de la semana o el mes". De esta forma, los títulos más populares del ámbito de los videojuegos dejan de ser "mero entretenimiento" para convertirse en un "aliado más" del estudiante.
Las posibilidades educativas que abren videojuegos como Port Royale o Just Dance
En esa línea, la experta ha evocado algunos ejemplos empleados en clase, como por ejemplo la saga 'Port Royale', un simulador de estrategia ambientado en el siglo XVII, que de acuerdo al criterio de esta experta "podemos introducirnos en la historia, por ejemplo". El juego de baile 'Just Dance' "puede ayudar a trabajar la motricidad y la sincronía en gimnasia, la gama de colores a través de la vestimenta, o la competencia lingüística mediante las letras en inglés". A través del ejemplo de este videojuego ha ilustrado que "solo ahí tenemos tres áreas curriculares que explotar a distintos niveles educativos".
En definitiva, la estrategia educativa que comporta el uso de videojuegos requiere "desarrollar la imaginación del docente". Así, "el aprendizaje es mutuo", ya que según la especialista "el alumnado indaga y va por sí mismo relacionando juegos y contenido, al tiempo que el docente se pone al día en el ámbito de los videojuegos".