Siguen usando el dinero físico, e incluso al principio de la pandemia lo utilizaban en los grandes comercios sin que las cajeras les pusieran malas caras, desconfían por naturaleza del Estado y son capaces de plantarle cara cuando se instala una app que, consideran, víola su privacidad. Recibieron con uñas la app Stop Covid, y Macron ha tardado mucho en ganarles la batalla a los franceses que pretenden defender sus libertades individuales frente a la pandemia.
Impuso a la fuerza el pasaporte Covid entre los franceses, pero ha sufrido un fuerte desgaste por ello. Francia no es propiamente ludita, pero el número de escépticos digitales que existen en el país supera con mucho al de España. Al menos en el ámbito de la pequeña y mediana empresa. Según datos del observatorio de Go Daddy que ha realizado una macroencuesta, el 40% de los emprendedores franceses son escépticos digitales, mientras que en España solo se engloba en esa categoría a un 24%. Pero también les superamos en otros muchos aspectos.
De hecho, según los datos del Observatorio de Digitalización de GoDaddy, el 28% de los emprendedores españoles encuestados pueden ser clasificados como “Pioneros Digitales”, frente a un 15 % de los franceses, tenemos una mayor afinidad que ellos con el mundodigital, incluidas las redes sociales, las ventas online y las actividades de marketing. En el estudio, en el que abarcaban también las categorías de "asentados digitales y startes digitales", obtenía España una puntuación superior global al del resto de países. Francia quedaba la última en el Digital Index, a 8 puntos de España.
Los escépticos digitales de Francia no se acaban de fiar del dinero vía app y del plástico, les gusta el contante y sonante
Los escépticos digitales muestran un escaso compromiso con las cuestiones digitales en el ámbito empresarial y tampoco invierten en equipos técnicos. Corren el riesgo, con los avances tecnológicos constantes, de convertirse en analfabetos digitales. Una cosa es defender el dinero físico y otra hacer tabla de "excel" con papel y bolígrafo, como en los ochenta.
¿Qué tiene la culpa? Según confiesa Andrés Jimeno, residente en Francia, un informático freelance que ha trabajado para varias empresas "Hay un cierto componente chauvinista. Internet vino de mano de los americanos, y los franceses rechazan de plano el imperialismo americano en el inconsciente colectivo y recuerdan la grandeur francesa. Y los cables que están bajo el océano los pusieron los americanos, no lo olvidemos". No hay que olvidar tampoco, añaden otras fuentes consultadas, que "no han podido superar que Minitel" que surgió antes que Internet, se viera desplazado por este. Era un servicio de videotex accesible "que llegó a tener un enorme éxito". No son neoluditas, son tradicionales y muy defensores de lo suyo, afirma Andrés Jimeno.
Los franceses se cuestionan todo, es una de sus ventajas. Como en otros países, al principio de la pandemia se extendió el pago con tarjeta. Y sin embargo, a medida que la pandemia aminoraba, la tendencia fue decreciendo. En junio de 2021, una encuesta de YouGov mostró que aunque el 72% de los franceses planeaba usar una tarjeta de débito después del final de la crisis de Covid, el 55% también preveía usar efectivo regularmente en el futuro, más que el promedio mundial del 51%.
Solo el 15% se vio a sí mismo utilizando pagos móviles con un dispositivo como Apple Pay, en comparación con un promedio mundial del 37%. El estudio encuestó a casi 19.000 personas de 17 países de todo el mundo, según recoge connexion France.com.