Hace muchísimas décadas que los coches dejaron de ser pura mecánica. Hasta los japoneses y coreanos sucumbieron a partir del 2012 a la tendencia imparable a la interconexión. Y a todos les va a afectarla crisis de los semiconductores o microchips. Así se desprende de un estudio elaborado por la consultora Bain & Company, recogido por Europa Press, que informa sobre el gravísimo problema al que se enfrenta la industria del automóvil. Pese a las grandes inversiones que se han anunciado y al apoyo institucional, la situación no es nada halagueña.
Serán precisos miles de millones de euros para superar esta crisis, que aún así se prolongará hasta 2022. Además, el documento asegura que esto no representará un episodio aislado, sino que sucederán múltiples eventos similares en el futuro, con una disrupción en la industria similar o mayor.
Mantener el desarrollo de esta tecnología supondría unos 110.000 millones de dólares (92.341 millones de euros) en diez años.
Sin embargo, la industria automovilística juega un papel "menor" en el mercado de esta clase de componentes, ya que solo posee un 10% de cuota de mercado mundial. Esta crisis está afectando ya a otros sectores como el tecnológico, sin embargo. Lo que sucede es que están dispuestos a pagar más por los chips para evitar escasez.
Otro de los principales problemas de esta crisis es la concentración de proveedores. Prácticamente, el poder de subministro absoluto está en manos de la firma taiwanesa TSMC, responsable de alrededor del 80% de los chips microcontroladores.
Por ello, el informe calcula que incrementar entre un 5% y un 10% las capacidades tecnológicas existentes costaría unos 40.000 millones de dólares (33.578 millones de euros al cambio actual). Además, mantener el desarrollo de esta tecnología supondría unos 110.000 millones de dólares (92.341 millones de euros) en diez años.
La crisis de los microchips está orientando nuevas tendencias de consumo entre los apasionados del mundo del motor
También es necesario construir una fábrica cada dos años por cada tecnología desarrollada e invertir entre 3.000 y 4.000 millones de dólares (2.518 y 3.358 millones de euros) cada año en investigación y desarrollo para seguir haciendo transistores más pequeños. Ante esta situación, no es de extrañar que comienza a extenderse una ligera tendencia neolítica entre los aficionados al mundo del motor. En Francia están de moda entre la gente que puede permitírselos los coches absolutamente mecánicos, calificado como histórico con una matriculación mucho menos antigua de la que se necesita enEspaña para hacer lo mismo. Sus coleccionistas invierten pequeñas fortunas en reparar y encontrar piezas para arreglarlos.