La vicepresidenta de la Comisión Europea para la Era Digital, Margrethe Vestager, y el comisario europeo de Mercado Interior, Thierry Breton, se reunieron este miércoles con el consejero delegado de Google, Sudar Pichai y se comprometieron a fomentar un acuerdo para regular la inteligencia artificial entre todos los desarrolladores de esta tecnología.
Esto sucede luego de que varias autoridades, especialistas y líderes del sector tecnológico manifestaran su preocupación por los alcances del aprendizaje profundo y su aplicación en herramientas como ChatGPT, Bard, DALL-E 2 y Midjourney.
“Necesitamos una ley de inteligencia artificial lo antes posible. Pero la IA evoluciona de manera extremadamente rápida. Por tanto, necesitamos ya un pacto voluntario sobre reglas universales para la inteligencia artificial”, dijo Vestager en su cuenta oficial de Twitter.
Por su parte, Breton señaló que “no podemos permitirnos el lujo de esperar a que la normativa de inteligencia artificial” que se está negociando en Bruselas “se empiece a aplicar”, reporta el portal 20minutos.
No se conocen aún los detalles de este pacto, pero como acuerdo voluntario no tendría peso legal ni habría forma de obligar a empresas o desarrolladores a que adhieran a sus sugerencias o que las cumplan, en las que, por otro lado, sólo Google ha anunciado su participación hasta ahora.
Los comités técnicos de la Comisión Europea llevan meses debatiendo un texto para cerrar los acuerdos parlamentarios que den origen a la Ley que regule la inteligencia artificial, pero se cree que la normativa no comenzaría a aplicarse hasta el año 2026.
Pichai mantuvo también un encuentro con Vera Jourova, la vicepresidenta comunitaria responsable de Justicia y Consumo, en el que coincidieron en la importancia del impacto que este lenguaje puede tener en la propagación de desinformación, por lo que "todos deben prepararse ante una nueva ola de riesgos generados por la IA" y debe enfrentarse con una mayor transparencia que deje claro cuando un mensaje está generado de manera artificial, según informa Europa Press.
El responsable de Google señaló además que la compañía norteamericana ya cuenta con "salvaguardas" en sus modelos de IA y que sigue invirtiendo en esta área para garantizar la seguridad de los nuevos productos.
A su vez, Microsoft informó que añadirá una marca de agua a todas las imágenes creadas con su inteligencia artificial para evitar las confusiones y frenar los deepfakes.
“En los últimos meses los laboratorios de IA han entrado en una carrera fuera de control para desarrollar e implementar mentes digitales cada vez más poderosas, que nadie -ni siquiera sus creadores- puede entender, predecir o controlar de forma fiable”, alertaba la carta abierta que publicó Future Of Life Institute, una organización sin fines de lucro con sedes en Europa y Estados Unidos que busca reducir los riesgos de las tecnologías transformadoras y concretar sus potenciales beneficios, y que fue firmada por más de 10.000 personas influyentes del mundo de la tecnología.
Por otro lado, hay posturas más radicales, como la de Eliezer Yudkowsky, un especialista en IA, quien consideró que “muchos expertos en estos temas, entre los que me incluyo, creen que el resultado más probable de construir una IA sobrehumanamente inteligente, en circunstancias remotamente parecidas a las actuales, es que literalmente todos los habitantes de la Tierra morirán. No como en el sentido de ‘tal vez exista alguna remota posibilidad’, sino en el de ‘obviamente será lo que pase’, […] como hubiera pasado si el Australophitecus hubiera llegado a competir contra el Homo Sapiens”.
Finalmente, Yudkowsky alienta a: "Apagadlo todo. No estamos preparados ni en camino de estarlo en un futuro previsible. Si seguimos adelante con esto todo el mundo morirá, incluidos los niños que no eligieron esto. Apagadlo todo".
Por lo pronto, la legislación que está trabajando la Comisión Europea buscará fortalecer las reglas sobre la calidad de los datos, la transparencia, la supervisión humana y la responsabilidad sobre esta tecnología. Asimismo, abordará cuestiones éticas y desafíos de implementación en varios sectores, que van desde la atención médica y la educación, hasta las finanzas y la energía.