Laurentino Dueñas, investigador y profesor de Derecho del Trabajo en la Universidad de Valladolid, ha concedido una extensa entrevista al periódico El día de Valladolid en la que aborda con valentía los nuevos retos en materia laboral que plantean la ciberdependencia y la digitalización.
No todo es color de rosa, y aunque reconoce que con los cambios en los sistemas de producción, por ejemplo en la industria automovilística, se destruyen puestos de trabajo a la par que se crean otros, hay que aportar soluciones si queremos seguir manteniendo el sistema de la Seguridad Social, y no retroceder en conquistas de libertad y bienestar a tiempos pasados. Así cuando alude a determinadas plataformas como Deliveroo, Just Eat y Uber, y las sentencias sobre los falsos autónomos emitidas por la judicatura afirma que "Esta digitalización del trabajo ha llegado para degradar las condiciones laborales, para cobrar menos y para crear una economía de subsistencia. Estamos volviendo para atrás, al siglo XIX".
Pone Laurentino sobre el tapete un tema abordado en muchas ocasiones pero no resuelto, al menos en nuestro país, y es el reparto del tiempo de trabajo. Si las máquina han venido para liberarnos de los trabajo más pesados y que todos vivamos mejor, habría que reducir el tiempo de trabajo para que todos tengan oportunidad de emplearse: "Por ejemplo, la jornada de cuatro días a la semana. Habrá que ir pensando en todas estas cuestiones. Hay que tener en cuenta que los robots no cotizan a la Seguridad Social, por lo que esta tendencia puede generar un mayor déficit. ¿Deben cotizar los robots a la Seguridad Social? Es un debate abierto. Yo soy partidario de que se humanicen y lo hagan para mantener el sistema, porque, si no, una empresa que tenga un 90 por ciento de robots y un diez por ciento de empleados humanos va a aportar muy poco".
La desigualdad entre hombres y mujeres en el teletrabajo, o cuando la robótica no sirve para ayudar a llevar una casa y trabajar al mismo tiempo
Afirma que en Espàña, por la cultura presencialista, no hemos teletrabajado tanto como en otros países europeos a pesar de la pandemia, y que aunque esta modalidad ha llegado para quedarse, ha habido un mayor retorno a las oficinas que en otros países de nuestro entorno. Y que las mujeres se han visto más sobrecargadas porque al teletrabajo han sumado un aumento de las labores domésticas, algo que no ha ocurrido en la mayoría de los casos, con los hombres.
Y es que tanto hombres como mujeres han permanecido en casa teletrabajando, pero después, "según varios estudios, la conciliación de la vida familiar y laboral no ha sido igual. La mujer no quería estar porque era la que seguía atendiendo a los hijos, cuidando de los mayores y haciendo las tareas, mientras que el hombre hacía lo mismo que en el trabajo, pero en su casa, con lo cual estaba encantado. El problema de la falta de corresponsabilidad de tareas de ha multiplicado. Así que algo que está pensando para la conciliación ha acabado revelando los problemas de siempre".
Está claro que el cuidado y la atención de los niños y las tareas de la casa no están suficientemente robotizadas, pero lo más importante en este caso es que las tareas se repartan de forma justa entre todos los componentes de la familia.