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Mascotas robóticas para hacer más grata la vida de nuestros mayores

Emerge con fuerza el fenómeno de los animales domésticos autómatas, especialmente en Japón. Estos ingenios mecánicos son fuente de compañía y afecto seguro en sociedades marcadas por la soledad y el envejecimiento.

Periodista

8 minutos

Las mascotas robóticas se están utilizando en residencias.

Las mascotas robóticas están cobrando una importancia creciente en las residencias de mayores del mundo desarrollado, especialmente en Japón, uno de los países con mayor esperanza de vida del planeta, cuyos habitantes viven una media de 85 años.

Estos dispositivos tecnológicos están insertándose también en el día a día de los hogares para ancianos de España: ingenios mecánicos concebidos para imitar el comportamiento de animales de compañía, ofreciendo interacción y compañía sin las responsabilidades de cuidar a un ser vivo. Estos prodigios tecnológicos son importantes porque pueden proporcionar apoyo emocional, especialmente a personas mayores o con necesidades especiales, tanto es así que también están siendo utilizadas en terapias para mejorar el bienestar mental. Además, estas mascotas artificiales contienen el potencial de educar a los niños sobre la tecnología y la robótica de una manera lúdica y accesible.

Su éxito y creciente aceptación y demanda se reflejan en modelos tan populares como el perro robot Aibo de Sony y la foca terapéutica Paro, que ofrecen compañía y cuidado a las personas mayores, especialmente a aquellas con demencia. Estas maravillas tecnológicas están equipadas con sensores y software avanzado. Se trata de robots que responden al tacto y la voz, proporcionando interacción y estímulo emocional. Su capacidad para mostrar comportamientos realistas y adaptarse a sus usuarios mejora el estado de ánimo y la calidad de vida, reduciendo la soledad y el estrés. Estas innovaciones están abriendo posibilidades muy relevantes en el cuidado geriátrico, ofreciendo apoyo emocional y social en entornos donde las mascotas reales no son viables.

Japón, referencia mundial

En Japón, el país más envejecido del mundo, la robótica se ha convertido en una herramienta esencial para mejorar la calidad de vida de las personas mayores. Los robots como Pepper, o los ya mencionados Aibo y Paro se utilizan en muchas residencias y hospitales, ayudando a mitigar la soledad, prevenir el deterioro cognitivo y fomentar la movilidad. Estos dispositivos no solo entretienen a los ancianos, sino que también facilitan la creación de conexiones emocionales, apoyando el bienestar mental y físico de los residentes. Por ejemplo, en la residencia de Shintomi, en Tokio, estos robots participan en actividades como la reproducción de canciones antiguas y sesiones de calistenia, logrando involucrar y animar a los residentes, que mejoran su calidad cognitiva y bienestar emocional gracias a estos prodigios tecnológicos.

El uso de estos robots sociales se complementa con otros avances tecnológicos, como los exoesqueletos, que ayudan al personal a manejar mejor las tareas físicamente exigentes, como levantar y mover a los pacientes. El dispositivo HAL (Hybrid Assistive Limb), que detecta señales bioeléctricas para asistir a personas con problemas de movilidad, es un ejemplo de cómo la robótica no solo mejora la eficiencia del cuidado, sino que también aumenta la autonomía de los pacientes. Estos avances tecnológicos reflejan un enfoque integral en Japón para abordar los desafíos del envejecimiento, combinando la capacidad de las máquinas para realizar tareas repetitivas con la empatía y observación de los cuidadores humanos.

Nuevas posibilidades

Además de los beneficios prácticos, los robots sociales como Aibo y Paro también tienen un impacto positivo en el bienestar emocional de las personas mayores. Aibo, el perro robot de Sony, interactúa con los usuarios mediante reconocimiento facial y respuesta a caricias, mientras que Paro, el robot bebé foca, proporciona consuelo y alivio a través de su textura suave y movimientos realistas. Estos robots ayudan a reducir la ansiedad y mejorar el estado emocional de los residentes, especialmente aquellos con demencia o Alzheimer, creando estímulos positivos y recuerdos asociados con experiencias pasadas con mascotas reales.

La robótica en Japón no solo está ayudando a abordar los desafíos físicos y emocionales de una población que envejece rápidamente, sino que también está abriendo nuevas oportunidades para el cuidado de los mayores. La aceptación y el éxito de estos robots reflejan la predisposición cultural de los japoneses a conectar emocionalmente con las máquinas y la continua innovación en este campo sugiere un futuro en el que la tecnología y el cuidado humano trabajen juntos para proporcionar una vida más digna y agradable a las personas mayores.

La foca Nuka trabaja en España

La foca robot Paro, rebautizada como Nuka en España, está demostrando ser una herramienta eficaz para mejorar la vida de los adultos mayores, especialmente aquellos que sufren demencia. Diseñada para parecer y comportarse como una foca bebé, Nuka ofrece una interacción táctil y emocional que contribuye a reducir la ansiedad, la depresión y la soledad entre los ancianos.

Uno de los primeros centros en España en recibirla fue el CREA (Centro de Referencia Estatal de Atención de Personas con Enfermedad de Alzheimer), ubicado en Salamanca. Se trata de un centro público dependiente del Imserso, especializado en la investigación y atención a las personas con enfermedad de Alzheimer y otras demencias. En este lugar, Nuka está siendo empleada desde 2009. Enrique Pérez, responsable de investigación del CREA, señala al diario El Español, los efectos positivos que han constatado con esta terapia: “Hemos comprobado que los participantes que han recibido la terapia han mostrado una mejoría significativa en la calidad de vida y también hemos demostrado una reducción de los síntomas depresivos y de la agitación”. En esa línea, el investigador explica que “se muestran más alegres cuando interactúan con Nuka. Se ríen más, tienen expresiones faciales más animadas. Eso como poco ya nos parece valioso. Creemos que para personas que tienen unas capacidades limitadas, poder experimentar disfrute, socializar y poder participar en actividades normalizadas es muy importante”.

Las sesiones de terapia con la foca robot están orientadas a conocer el animal y ejercitar facetas como la psicomotricidad, la memoria o las emociones. La llegada del robot a las residencias de nuestro país está generando todo un fenómeno y despierta mucho interés entre los mayores. Está dotado de múltiples sensores que le permiten reaccionar de diferentes maneras según interactúen con ella. “Es capaz de dirigir su mirada hacia las personas que están hablando e incluso puede aprender su nombre o comportamientos por reforzamiento”, detalla Pérez.

Público potencial

Según los datos publicados por el INE (El Instituto Nacional de Estadística), el Alzheimer lastra la vida de más de 800.000 personas en España. Esta enfermedad neurodegenerativa es una de las más comunes de nuestro tiempo, y los estudios desarrollados en los últimos años señala que la tendencia es que el número de casos siga incrementándose en las próximas décadas, de manera que pueda llegar a afectar el millón de personas a mediados del siglo XXI.

La soledad no deseada afecta a todos los ámbitos de la salud. Aumenta, al menos, un 30% las muertes prematuras y supone un mayor riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares, ictus, demencia y problemas de salud mental como la depresión, explica al diario El País Guillermo Lahera, profesor titular de Psiquiatría de la Universidad de Alcalá de Henares (UAH). Cuando faltan las relaciones sociales, se inicia “un bucle de autoabandono, hábitos de vida poco saludables y conductas que acentúan la situación de aislamiento”, pormenoriza Lahera, que además es jefe de sección del Hospital Universitario Príncipe de Asturias de la misma ciudad.

¿Cómo revertir esa tendencia? Las mascotas robóticas pueden ayudar mucho en ese cometido, como acredita un informe elaborado por investigadores de las universidades de Auckland, Duke y Cornell (Estados Unidos), divulgado en julio de 2023 por la revista Science Robotics. Los autores de esta investigación describen la utilidad de los robots de acompañamiento con IA y los riesgos que pueden comportar. “La conexión social con los robots es cada vez más importante a medida que avanza la tecnología”, se dice en la investigación; afirmación que se sustenta en otras investigaciones que verifican la capacidad de las mascotas virtuales para estimular “el compromiso, la interacción y el bienestar, así como una reducción del estrés y la soledad”.

Beneficios

El uso de mascotas robóticas en el cuidado de los mayores presenta numerosas ventajas. A diferencia de los animales vivos, las mascotas robóticas no requieren paseos, cuidados especiales ni alimentación, lo que facilita enormemente su integración en entornos de cuidado geriátrico. Son especialmente útiles en casos concretos, como ayudar a los enfermos a acceder a recuerdos y emociones. Aunque no sustituyen al animal real ni al terapeuta, los robots sociales, cuando se combinan con estos, hacen que la terapia sea mucho más efectiva. Su apariencia de animales como perros o gatos ofrece un contacto directo con la naturaleza, beneficiando a los ancianos al proporcionarles una sensación de conexión con seres vivos. Esto ha sido respaldado por fundaciones que utilizan animales vivos en terapias, como la Fundación Affinity, que han demostrado los beneficios de este contacto para el bienestar emocional de los pacientes.

Además, las mascotas robóticas están siempre disponibles y no requieren adiestramiento. A diferencia de los animales reales, que necesitan descansar, salir a la calle y recibir un entrenamiento especial para tratar con personas con enfermedades neurodegenerativas, estas  mascotas pueden interactuar con los ancianos en cualquier momento. La disponibilidad constante permite una mayor flexibilidad en el cuidado y la terapia, asegurando que los pacientes siempre tengan acceso a la compañía y los beneficios terapéuticos que estas mascotas proporcionan.

Inteligencia artificial avanzada

Otro modelo destacado en el cuidado de los mayores es Joy for All Companion Pets, desarrollado por Ageless Innovation. Estos robots imitan a perros y gatos, ofreciendo una experiencia realista de tener una mascota. Están diseñados con sensores de tacto y movimiento, lo que les permite responder a caricias y movimientos del usuario. Joy for All Companion Pets no solo proporcionan compañía, sino que también ayudan a los mayores a evocar recuerdos y sentimientos positivos, mejorando su bienestar emocional.

Otro modelo importante es Moflin, un robot mascota que se asemeja a un pequeño mamífero. Moflin utiliza inteligencia artificial avanzada para desarrollar una personalidad única basada en las interacciones con su dueño. Este robot puede expresar una amplia gama de emociones a través de sonidos y movimientos, proporcionando una experiencia enriquecedora y personalizada. Los estudios han mostrado que Moflin ayuda a los ancianos a mejorar su estado de ánimo y a sentirse más conectados emocionalmente, lo cual es crucial para aquellos que sufren de aislamiento social. Finalmente, Tombot es otro modelo significativo, diseñado específicamente para personas con Alzheimer y otras formas de demencia. Este perro robot es extremadamente realista y puede realizar una serie de comportamientos similares a los de un perro vivo, como mover la cola, parpadear y emitir sonidos. Tombot está diseñado para ser una compañía constante y reconfortante, ayudando a los ancianos a sentirse seguros y tranquilos. Su uso ha mostrado una reducción en los comportamientos agitados y una mejora en la calidad de vida de los pacientes, ofreciendo una solución no farmacológica para manejar los síntomas de la demencia.

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