“Este progreso es motivo de celebración y de cautela. Debemos salvaguardar las normas éticas y garantizar la plena protección de los derechos humanos”, expresó António Guterres, Secretario General de las Naciones Unidas, en la Conferencia Internacional sobre Ética de la Neurotecnología que el sector de Ciencias Sociales y Humanas de la UNESCO ha organizado en París el pasado 13 de julio.
Con la participación de responsables políticos, legisladores, científicos y académicos destacados, especialistas en ética, profesionales y empresas de la industria y miembros del público, el debate se centró en las distintas aplicaciones de la inteligencia artificial en la neurotecnología y las implicancias sociales, a la vez que han coincidido en la urgencia de elaborar un instrumento normativo mundial y un marco ético similar a la Recomendación de la UNESCO sobre la ética de la inteligencia artificial.
En el último tiempo se han conocido fascinantes avances que representan una gran promesa para enfermedades graves o situaciones de salud complejas. En Suiza, un hombre, que había quedado tetrapléjico tras sufrir un accidente, volvió a caminar después de 12 años de terapias, gracias a la colocación de implantes cerebrales electrónicos, que transmiten de forma inalámbrica sus pensamientos a sus piernas y pies a través de un segundo implante ubicado en su columna vertebral.
En EE.UU. un grupo de investigadores logró traducir pensamientos a texto con métodos no invasivos, lo que devolvería la capacidad de comunicación inteligible a personas que se encuentran mentalmente conscientes, pero no pueden hablar, como quienes han sufrido un accidente cerebrovascular.
Sin embargo, hay otros usos que resultan preocupantes. Neurolink, la compañía de Elon Musk dedicada a la fabricación de implantes cerebrales que funcionan como interfaz digital cerebro-ordenador, ha recibido la aprobación de las autoridades estadounidenses para comenzar a probar chips cerebrales en seres humanos, a pesar de las denuncias por medicina irresponsable a causa de los peligrosos experimentos que ha realizado en distintos animales y el riesgo de propagar enfermedades.
“También podría acceder y manipular los cerebros de las personas y producir información sobre nuestras identidades y nuestras emociones. Podría amenazar nuestros derechos a la dignidad humana, la libertad de pensamiento y la privacidad”, advirtió Audrey Azoulay, directora general de la UNESCO.
En el mismo sentido, la Organización Mundial de la Salud se ha pronunciado recientemente sobre los peligros de la IA. “Es una poderosa herramienta para el futuro de la salud, pero como toda herramienta, en las manos equivocadas, o sin las necesarias regulaciones, puede utilizarse mal, de forma deliberada o involuntaria”, ha señalado el organismo.
Es urgente regular el uso de la IA en neurotecnología
“Algunos de los [pacientes] que han participado en ensayos clínicos informan de una pérdida de identidad personal y autonomía que puede ser profundamente perturbadora”, destacan desde la UNESCO, señalando cuestiones que deberían estar presentes en la elaboración de un marco regulatorio.
“La conclusión [de nuestro análisis de investigación del acuerdo de usuario del consumidor de 18 grandes compañías de neurotecnología en el mundo] es que hay una falta total de protección, de hecho, no se puede imaginar menos protección para los datos cerebrales”, concluyó en la conferencia de la UNESCO Rafael Yuste, Profesor de Ciencias Biológicas y Neurociencias de la Universidad de Columbia, y Asesor del Senado de Chile y del Centro Nacional de Neurotecnología de España.
La UNESCO desarrolló en 2021 un manual de recomendaciones sobre la ética de la inteligencia artificial que fue adoptado por 193 estados miembros, recuerdan desde Hipertextual. Sus valores fundamentales son los derechos humanos, garantizar la paz, la diversidad, la inclusión y el medio ambiente. Desde el organismo promueven la utilización de estos principios para sentar las bases de una regulación internacional que aproveche el potencial de la neurotecnología a la vez que aborda los riesgos que presenta para las sociedades.
Según informa la agencia Reuters, hoy se realiza en Nueva York el Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas que dará la primera discusión formal internacional en torno a los riesgos que la IA supone para la seguridad y la paz mundial, luego de que su secretario general, Antonio Guterres, apoyara la creación de una agencia mundial para regular esta tecnología.