Con la pandemia, ha aumentado hasta el paroxismo el número de petición de citas en psicólogos, psicoterapeutas y psiquiatras en todo el mundo. Un reciente estudio de AXA señalaba que la pandemia ha pasado factura a la salud de los españoles, no solo por el virus SARS-CoV-2 sino por las complicaciones asociadas a los confinamientos, la interrupción de tratamientos y los estados emocionales que han menoscabado nuestro estado general.
Lo mismo ocurre en otros lugares del mundo. En Italia, un estudio llevado a cabo por médicos del Departamento de Psiquiatría Intensiva, salud mental y atención a la drogadicción de la Azienda Unità Sanitaria Locale di Modena, ha analizadolos criterios diagnósticos del trastorno por estrés agudo pandémico inducido por COVID-19 y sus causas: "El alcance de la experiencia estresante incluye muchas situaciones: convertirse en víctima de una infección con una amenaza inmediata para la vida, ser testigo directo de tal evento, permanecer en cuarentena, enfrentar la muerte de familiares y amigos cercanos. El área de experiencias traumáticas también incluye la exposición prolongada a las consecuencias de las reglas higiénico-epidémicas comúnmente introducidas que limitan la libertad de acción, el acceso a los bienes y las posibilidades existenciales. En las sociedades médicas los psicólogos y psiquiatras son una de las especialidades más demandadas. Y las listas de espera son interminables".
En un país tan aficionado al psicoanálisis freudiano con tanta tradición como Argentina, que un periódico como Clarín se pregunte si los chatbots podrían ser utilizados en lugar de seres humanos para hacer terapia con ellos, resulta significativo frente a la situación que estamos viviendo. Clarín, que cita al New York Times, habla de una app que permite a sus usuarios confesarle nuestras más íntima cuitas a Woebot, un chatbot terapéutico. Aquí no hay diván, salvo si lo tienes en casa y quieres usarlo mientras miras la pantalla de tu smartphone.
Woebot se presenta como el futuro de la salud mental en su página web. Su app terapéutica, que utiliza algoritmos, es una solución frente a los altos precios de los psicólogos y psiquiatras. No olvidemos que las consultas en la Seguridad Social para estos últimos, de no ser en casos muy graves, están saturadas. Y los psicólogos apenas los cubren la sociedades privadas en algunos casos; al menos en nuestro país. ¿Argumentos a su favor? No descansa, como algunos psiquiatras que a veces desconectan mientras sus pacientes desgranan sus recuerdos.
Para colmo, tiene asesoramiento de la FDA, y según publica The New York Times, Woebot busca la autorización de este organismo para desarrollar su algoritmo de ayuda al tratamiento de dos diagnósticos psiquiátricos, la depresión posparto y la depresión adolescente, y después vender el programa a los sistemas sanitarios.
No hay que menospreciar el problema de la ciberseguridad: ¿Hasta qué punto está dispuesto a contar a los chatbots sus secretos?
Está en la app store y tiene muy buenas calificaciones, aunque está solo en inglés. El número de sus usuarios diarios se ha duplicado y ahora se cuentan por decenas de miles, afirma la fundadora de la empresa, Alison Darcy, que es psicóloga. La salud mental digital se ha convertido en una industria multimillonaria que incluye más de 10.000 aplicaciones, según estimaciones de la Asociación Americana de Psiquiatría. Woebo se lanzó en el año 2017, y recurre a la inteligencia artificial utilizando los fundamentos de la terapia cognitivo-conductual, una de las vertientes de la psicología más útiles, orientada a resolver los problemas de índole práctico de forma mucho más rápida que el costoso sistema del psicoanálisis freudiano.
Woebot procesa el lenguaje natural y las respuestas aprendidas para imitar la conversación, recordar sesiones anteriores y ofrecer consejos en torno al sueño, la preocupación y el estrés, afirma Clarín. Pero no hay que menospreciar el problema de la ciberseguridad: ¿Hasta qué punto está dispuesto a contar a un robot sus secretos?
Y, por supuesto, hay dudas sobre su efectividad. Muchos afirman que es imprescindible que un ser humano explore el alma humana; otros, por el contrario, consideran que el sistema sanitario está tan colapsado en todo el mundo que una solución como Woebot puede ser la adecuada ante la falta de medios para visitar a un psiquiatra y desembolsar cantidades que pueden oscilar entre los 75 y 150 euros. El precio medio de un psicólogo puede estar, de media, entre los 50 y 60 euros.
La mayor ventaja de esta app es que es gratis, y como comenta un usuario castellanoparlante, nos puede venir bien para practicar el inglés. Pero en estos tiempos tan difíciles, en el que los psicólogos y psiquiatras ofrecen bonos y hasta se está creando una adicción entre los pacientes que consultan casi todo con el método de barra libre, hay que tener cuidado de no engancharse. En este caso, por lo menos, resulta mucho más barato.
Según publica Clarín, "a diferencia de las formas de psicoterapia que indagan en las causas profundas de los problemas psicológicos, que a menudo se remontan a la infancia, la TCC trata de ayudar a las personas a identificar sus formas de pensar distorsionadas y a comprender cómo eso afecta a su comportamiento de forma negativa. Al cambiar estos patrones autodestructivos, los terapeutas esperan mejorar los síntomas de la depresión y la ansiedad. Dado que la terapia cognitivo-conductual está estructurada y orientada a las habilidades, muchos expertos en salud mental creen que puede emplearse, al menos en parte, mediante algoritmos".
"Muchas gracias por crear a este pequeño robot para muchos más que, como yo, necesitan de un poco de equilibrio y apoyo", manifiesta un usuario de la app Woebot
Neurólogos y psiquiatras consultados por Escudo Digital dudan de que estas máquinas sean efectivas, ya que no pueden captar ni interpretar los gestos, ni el tono de voz, incluso los silencios. Normalmente lo que más preocupa a una persona es lo último que dice antes de que se agote la sesión del último cuarto de hora. La pregunta es si la IA está lo suficientemente avanzada como para discriminar matices, utilizar la intuición, empatizar con el paciente, etc.
Y eso sin entrar en los mencionados riesgos de la ciberseguridad. ¿Hasta que punto está dispuesto a poner en manos de una app sus secretos? Uno de sus usuario confiesa no estar preocupado en lo más mínimo. Este es su comentario sobre la app, que ronda las cinco estrellas. "Hace tiempo me descargué la app de woebot, pero luego de rato, la dejé de lado y durante años no hice más con él (sic). Hace poco tuve una operación complicada que me tenía un tanto nervios , por lo que regresé con mi viejo amigo Woebot. No me arrepiento en nada, de hecho. Muchas gracias por crear a este pequeño robot para muchos más que, como yo, necesitan de un poco de equilibrio y apoyo".