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Tecnología

¿Por qué pasamos más horas de las que nos gustaría enganchados al móvil?

Análisis del fenómeno: el diseño de las aplicaciones y nuestra falta de consciencia nos mantienen atrapados en una espiral de dependencia insalubre.

Periodista

9 minutos

La media del uso del móvil entre jóvenes llega hasta las seis horas.

La utilización de los teléfonos móviles ha pasado de ser una herramienta útil a convertirse en un hábito omnipresente en nuestras vidas. Con el paso de los años, el tiempo que pasamos frente a la pantalla ha ido en aumento, especialmente con la llegada de aplicaciones de redes sociales y entretenimiento que diseñan sus sistemas para enganchar a los usuarios. Este fenómeno, aunque no siempre asociado a problemas de salud mental, está alterando nuestra percepción del tiempo y nuestra capacidad de desconectar.

Si bien estos dispositivos ofrecen múltiples beneficios, como la conectividad instantánea y el acceso a información, el exceso de uso puede tener consecuencias negativas en nuestra vida cotidiana, de tal manera que, cada vez más, afecta a la productividad laboral de una persona promedio, así como a su salud mental y relaciones interpersonales. En este artículo, se explican las razones detrás del creciente tiempo que las personas pasan en sus teléfonos y cómo este comportamiento puede ser modificado para fomentar una vida más equilibrada y consciente.

Jaula de oro: 3 horas diarias de adultos y hasta 6 en jóvenes

El uso del móvil se ha convertido en un hábito más que presente en nuestro trazo cotidiano, con un promedio diario de más de tres horas en adultos y hasta seis en jóvenes, de acuerdo a los datos registrados en un estudio publicado en Archives of Disease in Childhood, del British Medical Journal y el Royal College of Paediatrics and Child Health.

Este fenómeno, aunque no siempre relacionado directamente con problemas de salud mental, es descrito como un ciclo de “revisión” en el que se accede al dispositivo con un propósito breve que fácilmente se extiende. Tanto es así que una encuesta de Pantallas Amigas  reveló que la mitad de los usuarios revisa su móvil más de 80 veces al día.

Los elementos de recompensa y las notificaciones generan dopamina.

Según Adoración Díaz López, doctora en Educación e investigadora del Instituto de Transferencia e Investigación (ITEI), de la Universidad Internacional de La Rioja, el móvil actúa “como una manera fácil de escapar del aburrimiento o el estrés. Muchas veces lo abrimos sin un propósito específico, solo para llenar un momento de espera o para evadirnos de la realidad. Esto termina convirtiéndose en un hábito que, sin darnos cuenta, consume gran cantidad de nuestro tiempo”, en unas reflexiones que recoge el diario El País.

El diseño de las aplicaciones juega un papel central en esta adicción. Gabriela Paoli, psicóloga experta en adicciones tecnológicas, señala que los elementos de recompensa como los “likes” y las notificaciones generan dopamina, creando bucles de atracción difíciles de romper. Además, menciona el efecto del scroll infinito, que perpetúa el consumo de contenido sin pausas. Diversas investigaciones confirman que esta dinámica afecta nuestra percepción del tiempo: durante estos bucles, el estado de flujo y la falta de señales externas disminuyen la conciencia temporal, según Díaz López, quien afirma que “los estímulos constantes evitan las pausas naturales, lo que promueve la pérdida de noción del tiempo”.

Este fenómeno no solo afecta la percepción temporal mientras se usa el móvil, sino que también genera un estrés generalizado por la sensación de no llegar a todo. Estudios recientes, como los realizados sobre TikTok, muestran que los usuarios más intensivos sobreestiman el tiempo dedicado a la plataforma y otras actividades, contribuyendo a ciclos de productividad forzada. ¿Cómo cambiar o matizar esta tendencia? Paoli recomienda estrategias como limitar el tiempo de uso, desactivar notificaciones y establecer espacios de desconexión. “No se trata de demonizar las redes, sino de hacer un uso consciente y equilibrado”, concluye.

Por qué la gente pasa tanto tiempo en sus teléfonos móviles

La gente pasa tanto tiempo en sus teléfonos móviles debido a una combinación de factores sociales y psicológicos. Las redes sociales y las aplicaciones están diseñadas para captar nuestra atención de manera constante, generando un ciclo de recompensas inmediatas, como notificaciones, “me gusta” y contenido personalizado, lo que fomenta la necesidad de estar conectados de manera continua.

Además, el smartphone se ha convertido en una herramienta multifuncional que reemplaza otras actividades, como socializar, trabajar, informarse o incluso entretenerse, lo que hace difícil desconectarse. A esta dinámica de molicie, se suman factores como la comodidad, la conectividad constante y la necesidad de estar siempre disponibles, lo que convierte el uso del móvil en un hábito difícil de romper.

En esa dirección, la facilidad de acceso y la disponibilidad constante de los smartphones hacen que sea sencillo sumergirse en estos juegos o aplicaciones más tiempo del que se planeó. Otra razón importante es la voracidad que hoy día muchas personas experimentamos por la información. Lo cierto es que el acceso ilimitado a contenido en internet genera una necesidad constante de actualizarse, lo que puede llevar a una adicción a la sobrecarga de información y dificultar la concentración.

El exceso de uso puede tener consecuencias negativas en la vida cotidiana, sobre todo de los más jóvenes.

A esta dinámica tan nociva también contribuyen las notificaciones y alertas constantes, que contribuyen al uso excesivo del teléfono. Y es que los recordatorios de correos electrónicos, mensajes de texto y redes sociales interrumpen las actividades diarias, dificultando así la concentración en tareas importantes. Esta constante distracción no solo afecta la productividad, sino que también puede generar ansiedad, aislamiento y otros problemas de salud mental, como el FOMO (miedo a perderse algo). Aunque los teléfonos inteligentes son herramientas útiles, es fundamental que los usuarios sean conscientes de su uso y busquen formas de limitar el tiempo frente a la pantalla, como el uso de aplicaciones minimalistas que ayudan a reducir las distracciones y establecer límites en el uso de las apps.

Pautas para desengancharse del uso excesivo del móvil

Para reducir el uso excesivo del móvil, es crucial tomar conciencia del tiempo que se dedica al dispositivo. Una buena idea para modificar esta dinámica es comenzar por monitorizar el uso diario a través de herramientas como el panel Tiempo de uso en iOS o Bienestar digital en Android. Una vez identificado el problema, hay que estableces límites claros, como restringir el tiempo en redes sociales o aplicaciones específicas.

También es recomendable desactivar las notificaciones innecesarias, ya que son un constante estímulo que fomenta la revisión compulsiva. Además, es útil reservar momentos y espacios libres de dispositivos, como la mesa durante las comidas o el dormitorio antes de dormir. Estas medidas pueden contribuir a cortar los “ciclos de revisión” que llevan al uso prolongado e involuntario.

También se deben incorporar hábitos que fomenten la desconexión consciente. En ese sentido, la psicóloga Gabriela Paoli sugiere introducir “pequeños pasos”, como usar el modo de concentración del móvil o priorizar actividades offline que resulten gratificantes. Es conveniente emplear los tiempos muertos, como trayectos en transporte público, en zambullirse en lecturas o ejercicios de meditación, ya que son hábitos gratificantes que pueden romper el hábito de recurrir al móvil como escapatoria del aburrimiento o el estrés. Finalmente, hay que buscar apoyo en la tecnología para desengancharse, como aplicaciones que bloqueen el acceso a ciertas plataformas durante horarios establecidos. Lo importante es lograr un equilibrio que permita disfrutar del tiempo digital sin que domine la vida diaria.

Por qué estamos tanto tiempo conectados al móvil

¿Cuáles son los elementos que nos llevan a navegar de manera tan compulsiva por nuestro terminal inteligente, más allá de los anzuelos tecnológicos que emplean las principales aplicaciones y redes sociales? Si profundizamos un poco en las claves de nuestro comportamiento, nos percataremos de que estamos muy influenciados por factores como la búsqueda de aprobación, la reciprocidad social y la facilidad para encontrar contenido ajustado a nuestras preferencias, lo que refuerza el hábito de conectarnos constantemente. Para colmo de enganches, la “burbuja de filtros” propiciada por los algoritmos personalizados con los que operan los principales buscadores de internet limitan nuestra exposición a perspectivas diferentes, lo que termina por afectar a nuestra capacidad crítica y fomenta discursos polarizados.

El impacto de esta dependencia tecnológica no se limita a un grupo específico, sino que afecta a toda la sociedad, de manera que incrementa el riesgo de adicciones y un consumo pasivo de nuestro tiempo y atención. Para contrarrestarlo, se necesita una educación que promueva el uso responsable, fomentando la reflexión sobre cómo queremos emplear nuestro tiempo y cultivando la voluntad para regular nuestro consumo digital. Esto implica desarrollar habilidades para tomar decisiones conscientes, practicar la autodisciplina y priorizar actividades fuera de las pantallas.

4,8 horas diarias y mucho Telegram y TikTok

Según datos a escala mundial de la empresa de tecnología de aplicaciones App Annie, registrados en su informe State of Mobile 2022, divulgados en nuestro país por la Fundación Atresmedia, pasamos un tercio del día conectados al móvil, con un promedio de 4,8 horas diarias, principalmente en redes sociales y aplicaciones de fotos y videos, siendo TikTok la más usada. La pandemia incrementó el uso de plataformas de streaming como Netflix y aplicaciones de citas como Tinder, que alcanzó récords de ingresos. En España, Telegram lideró las descargas, mientras TikTok y AliExpress destacaron en consumo. Las preferencias varían por generación: los jóvenes priorizan redes sociales, mientras los boomers prefieren noticias y temas prácticos.

Los gigantes tecnológicos trabajan por minimizar el uso del móvil

Las grandes empresas tecnológicas han implementado funciones para reducir el tiempo de uso.

En 2019, grandes empresas tecnológicas como Apple, Google, Facebook e Instagram lanzaron funciones para reducir el tiempo de pantalla, como el seguimiento del tiempo y la opción de poner en pausa las aplicaciones. A pesar de estos esfuerzos, el tiempo que las personas pasan en sus teléfonos sigue aumentando. En ese sentido, resulta muy ilustrativa la reflexión que Ethan Zuckerman, director del Centro de Medios Cívicos en el MIT (Instituto Tecnológico de Massachusetts), hace sobre este fenómeno de abuso del teléfono móvil, al comentar que, aunque las preocupaciones sobre los impactos negativos de la tecnología son comunes, “en casi todos los casos, miramos nuestra dependencia del móvil y nos reímos”,

Si bien las funciones de “tiempo bien aprovechado” han impulsado iniciativas para el desintoxicado digital, no han logrado reducir el uso general de la tecnología. Tanto es así que casi un tercio de los estadounidenses estaba en línea “casi constantemente” en 2019, y aunque se observó una disminución en el tiempo dedicado a plataformas como Facebook e Instagram, nuevas redes sociales y actividades en línea como TikTok y los videojuegos siguen en auge. Como señala Simone Stolzoff, escritora de Quartz, el movimiento “tiempo bien aprovechado”, que comenzó como una iniciativa social contracultural para escapar del influjo de los gigantes tecnológicos y la dependencia excesiva del teléfono móvil, ahora se ha convertido en una estrategia de marketing para las grandes empresas tecnológicas.

Expertos como Nir Eyal argumentan que el problema no está en la adicción, sino en la distracción, sugiriendo que las personas podrían reducir su uso de tecnología apagando las notificaciones y gestionando mejor su tiempo. Por su parte, Zuckerman, el experto del MIT, también aboga por crear “medios sociales pro-cívicos” que fomenten la democracia y mitiguen problemas como la desinformación. A pesar de estos enfoques, la investigación sobre los efectos reales del aumento del tiempo frente a las pantallas sigue siendo inconclusa, lo que deja un debate abierto de calado sobre nuestra adicción a las pantallas.

¿Y por qué es tan importante reducir el tiempo en el móvil? A modo de conclusión, podríamos sintetizar que reducir nuestra dependencia de los teléfonos móviles repercute significativamente en nuestra salud mental y emocional, favoreciendo espacios de mayor calidad vital. Por ejemplo, esa ganancia de tiempo que obtenemos podemos dedicarla a actividades y proyectos que nos den un sentido profundo de realización, como el aprendizaje, la creación artística, el trabajo comunitario o el desarrollo personal.

Limitar el uso del teléfono no solo mejora nuestra relación con el entorno, sino que nos permite vivir de manera más despierta e intencional, enfocándonos en lo que verdaderamente importa y cultivando una vida plena, acorde con nuestros valores y metas a largo plazo.