Según denuncia la Organización de Consumidores y Usuarios, solo un 14% de los productos bajan su precio durante el periodo conocido como Black Friday / Cibermonday por un 36% que lo suben. Pese a ello, las ventas durante estos días se han multiplicado, en especial en productos relacionados con la electrónica.
Las mejores ofertas, dice esta organización, se localizan en televisores, móviles e impresoras, por lo que muchas personas aprovechan para cambiar su dispositivo a finales de noviembre, o bien hacerse con uno nuevo para regalar en Navidad. Y eso no son siempre buenas noticias para el mdio ambiente.
Por sostenibilidad, un teléfono debería durar eternamente si se pudiera. La fabricación de cada dispositivo tiene impactos negativos en términos de emisiones, contaminación, agotamiento de recursos naturales y generación de residuos. Lo ideal para las generaciones futuras es que se pudieran renovar reutilizando casi todos sus materiales en un modelo circular infinito, porque si no lo van a tener difícil para disponer de dispositivos a gran escala.
Esta visión choca con la de los vendedores, para quienes los móviles deberían durar lo suficiente para justificar su precio, pero con una tasa de remplazo suficientemente elevada que permita seguir vendiendo productos nuevos. Dado el rápido avance de las tecnologías que caracteriza este segmento, aquellos usuarios que optan por tener el último modelo se ven forzados a cambiar de terminal a una velocidad que choca frontalmente con cualquier concepto de economía circular.
Lo cierto es que, en España, si un móvil nos dura 3 años, creemos que ya ha cumplido su misión. Esta creencia está especialmente instaurada debido a la política comercial de hace 15 años, cuando los operadores subvencionaban o, incluso, regalaban los teléfonos a cambio de una permanencia. ¿Por qué no cambiar de móvil si era gratis? Además, coincidió con una época en la que convergían muchos otros factores que nos impulsaban a cambiar de móvil cada poco tiempo.
Hoy, como argumenta la OCU, la tecnología ha avanzado lo suficiente para que estos cambios no sean tan necesarios. Ya no es tan corriente que un móvil se quede “sin espacio”. Las memorias internas tienen ya 128 GB como mínimo sino más (256 GB, 1 TB) y gran parte del contenido se almacena además online, no tanto en nuestro dispositivo.
Ahora el mayor problema no está en la memoria, o en la calidad de la cámara, sino en la batería. La mayoría se estropea antes de los tres años y muchos usuarios prefieren no repararla porque piensan que hacerlos será demasiado caro. Y eso hace que cada “black friday” se vendan miles de móviles que quizás no sean del todo necesarios.
Durabilidad planificada
Esta preocupación por la “obsolescencia programada” ha hecho que algunas asociaciones del scetor muevan ficha y propugnen un modelo radicalmente distinto, que se ha dado en llamar “durabilidad planificada”. Así lo hecho por ejemplo DigitalES, patronal de la tecnología y la innovación, que el pasado año presentó un informe donde proponía acciones como el establecimiento de un ‘pasaporte electrónico’ que contenga información sobre el origen, la composición y las posibilidades de reparación y desmontaje de los dispositivos, así como la gestión al final de su ciclo de vida. Un marco sectorial de referencia, que pueda ser complementado desde el sector privado por sistemas de 'eco-etiquetado' certificables.
Asimismo, DigitalES aboga por la creación de un ‘índice de reparabilidad’ armonizado con los desarrollos que todavía se están definiendo en la Unión Europea sobre esta materia; que concrete metodologías y criterios técnicos para dar uniformidad al marco legal; y que incorpore un periodo transitorio de voluntariedad, para fomentar una implementación progresiva y más efectiva.
Con la vista puesta en el objetivo de que las baterías de los móviles puedan durar al menos cinco años, la OCU apunta cinco consejos para alargar la vida de un teléfono móvil
1. No exponerlo a altas temperaturas. Si dejas el móvil al sol en la playa o dentro del coche en verano, alcanzará temperaturas superiores a las recomendadas por el fabricante que pueden estropear algunos componentes.
2. Utiliza la carga rápida solo cuando tengas prisa. La carga rápida conduce a una mayor degradación de la batería, por tanto, haga una carga normal siempre que no tenga prisa. Para ello, active otras opciones de carga “optimizada” o “inteligente” que pueda tener su teléfono.
3. Desinstala las apps que no usas. Revisa cada cierto tiempo aquellas apps que menos usas y desinstálalas. Cuanto más cargado esté el teléfono, más lento puede parecerle que funciona. A veces, restablecer los valores de fábrica puede ser muy eficaz para deshacerse de lo que no usas.
4. Elimina fotos y vídeos duplicados o innecesarios. Quédate solo con aquellas que realmente quieres conservar.
5. Utiliza una funda y un protector de pantalla. Las fundas y protectores de pantalla son buenos aliados, claramente recomendables, para mantener el teléfono a salvo de roturas