Con la reciente crisis energética, son muchos los que se preguntan cómo ahorrar energía en su consumo doméstico. Y uno de los aparatos que más nos preocupa, dado que siempre tiene que estar encendido si queremos conservar la comida en condiciones, es la nevera.
¿A qué temperatura debe estar si queremos ahorrar energía y mantener los alimentos en perfecto estado? Pues hay bastante consenso en la respuesta. La nevera debe estar a 4 grados centígrados. Así lo afirman, por ejemplo, estudios de la OCU e Iberdrola, o de responsable de comunicación de Selectra, una empresa especializada en el asesoramiento y la comparación de tarifas en materia de energía.
En función de lo llena o vacía que esté, podría oscilar entre 3 y 5 grados, pero siempre teniendo en cuenta que cada grado centígrado extra que le pidamos bajar al compresor puede suponer un gasto adicional de electricidad de entre el 7 y el 10%, lo que redundará en un incremento de coste a final de mes.
Así pues, es importante regular esta temperatura, que también recomiendan otros fabricantes como AEG, para lograr un óptimo funcionamiento de la nevera. Esto puede ser más sencillo en el caso de los frigoríficos modernos, que cuentan con un mando a distancia desde donde programarla, pero también se puede hacer en los más antiguos o de gama más baja.
Basta ir a la rueda de control acompañado de un termómetro y detenerla en el punto en el que se alcancen los 4 grados centígrados. Algo más de trabajo, pero idéntico resultado.
Los congeladores, a 18 grados bajo cero
Respecto a los congeladores, los expertos hablan de una temperatura de -18ºC. Pero también hay otros trucos para ahorrar energía que podemos tener en cuenta. O al menos precauciones que debemos tomar si no queremos que la factura de la luz se dispare.
Uno de ellos es descongelar la nevera cada cierto tiempo. Tres milímetros de escarcha en las paredes del congelador aumentan el consumo un 30%, por lo que no conviene llegar a este punto. También es recomendable desenchufar la nevera si nos vamos a ir de vacaciones o estar fuera un largo periodo de tiempo.
Y otro punto importante es la colocación de los alimentos. Si los situamos demasiado juntos no correrá el aire entre ellos y el electrodoméstico tendrá que emplear más energía para enfriarlos.
Vigilar que no exista ninguna fuga en la puerta y colocar la nevera, en la medida de lo posible, lejos de la pared y de cualquier fuente de sol ayudarán también a reducir el gasto energético y a contener la factura de la luz en estos tiempos de aumento de precios.