Mejorar la eficiencia energética del lugar donde vivimos siempre ha sido una prioridad, pero se hace mucho más acuciante cuando los precios de la energía suben en toda Europa. Máxime si las reformas son impulsadas por los Fondos Europeos, que en su objetivo de impulsar la digitalización y la sostenibilidad, conceden ayudas directas a aquellas personas que acometan obras destinadas a transformar sus viviendas para ser más respetuosas con el ecosistema.
Pero no es tan fácil como podría parecer. El mercado de reformas está totalmente saturado, y los precios de los materiales de construcción disparados. El largo tiempo que la pandemia nos obligó a pasar en nuestras viviendas hizo que muchas personas viesen la necesidad de reformarlas, y ahora son muchos los que tienen que esperar durante meses para poder realizar cambios en sus casas.
Y eso cuando hay dinero para ello. El precio de los materiales para la conservación de las viviendas se ha encarecido un 12,9% en el último año. El acero ha subido hasta un 80%, mientras que el hormigón y el cemento, impulsados por el “efecto electricidad” han incrementado su precio un 30%. Otros materiales, como el aluminio o el ladrillo, también han sufrido grandes subidas.
Con todo, aquellos que han conseguido realizar reformas en sus casas pueden ahora acogerse a deducciones fiscales importantes, siempre que las obras supongan un beneficio para el medio ambiente. El Gobierno ha ampliado hasta finales de 2023 la aplicación de la deducción prevista en el IRPF por obras para mejorar la eficiencia energética de la vivienda habitual de manera individual y hasta finales de 2024 en el caso de obras de rehabilitación energética realizadas en edificios de uso residencial.
Asimismo, introducirá en el Impuesto sobre Sociedades una medida por la que los contribuyentes podrán amortizar libremente las inversiones que se efectúen en instalaciones destinadas al autoconsumo de energía eléctrica, así como aquellas instalaciones para uso térmico de consumo propio, siempre que utilicen energía procedente de fuentes renovables y sustituyan a instalaciones que utilicen energía procedente de fuentes no renovables de origen fósil.
¿Cómo acceder a las deducciones?
Para obtener las deducciones por mejora de la eficiencia energética de una vivienda, la reducción de la demanda de calefacción y refrigeración tiene que ser al menos del 7 %. Se debe acreditar con un Certificado de Eficiencia Energética (expedido por un técnico al finalizar las obras y que se compara con el expedido antes de las mismas), afectando, de esta forma, al período impositivo en el que se expide (y siempre antes del 1 de enero de 2024).
De cumplir este requisito, se pueden acoger a estos incentivos aquellos que hayan efectuado, por ejemplo, obras que mejoren el aislamiento de las ventanas o, también, los que hayan cambiado la caldera (y consigan una reducción de la demanda de calefacción por ello). A estos, se les aplica una deducción de un 20% del importe de la obra sobre un máximo de 5.000 €.
Las obras de mejora de la eficiencia energética, sobre las que se obtiene la deducción, tienen que haberse realizado entre el 6 de octubre de 2021 y el 31 de diciembre de 2023.
Deducciones por reducción el consumo de energía primaria no renovable
Para conseguir esta ayuda es fundamental que la reducción de la energía (no renovable) sea, como mínimo, de un 30 %. Como en el caso anterior, se debe confirmar con la entrega de un Certificado de Eficiencia Energética, afectando esta deducción al período impositivo en el que se expide (y siempre antes del 1 de enero de 2024).
Entran en este capítulo, por ejemplo, las obras que mejoren el aislamiento térmico de paredes y falsos techos o, también, las realizadas para instalar sistemas de aerotermia o placas solares. A todas ellas, se les aplica una deducción del 40% del importe de la obra que se ha llevado a cabo sobre un máximo de 7.500 €. También se puede aplicar si las obras para la mejora de eficiencia energética de la casa logran que su calificación pase a ser A o B.
Las obras de mejora de la eficiencia energética, sobre la que se obtiene esta deducción, tienen que haberse realizado entre el 6 de octubre de 2021 y el 31 de diciembre de 2023.
Deducción por obras en edificios completos de uso residencial
Estas deducciones se aplican si se produce una reducción en el consumo de energía primaria no renovable de un 50 % o, también, cuando la calificación energética del edificio asciende a clase A o B. En este caso, también, hay que “justificarlo” con con la entrega de un Certificado de Eficiencia Energética, afectando esta deducción al período impositivo en el que se expide (y siempre antes del 1 de enero de 2025).
En ambos casos, se aplica una deducción de un 60% del importe de las obras que se han realizado para mejorar la eficiencia energética, a todos los propietarios de la comunidad, sobre un máximo de 5.000 € anuales.