Comisiones Obreras del Hábitat en Cantabria ha denunciado la situación de aumento de agresiones que están sufriendo las plantillas de vigilantes de seguridad asignadas en servicios ferroviarios y centros comerciales durante los últimos meses y ha solicitado medidas eficaces de protección y seguridad para este personal que “debe seguir acudiendo a su puesto de trabajo sin que se tome medida alguna destinada a disminuir los riesgos de su labor a pesar de la constante insistencia del sindicato”.
Así lo ha advertido Jesús Ángel Rodríguez Polanco, delegado de CCOO en Prosegur, que ha apuntado que, por ejemplo, “durante el mes de julio, y en los quince primeros días de agosto, ya contamos seis agresiones a vigilantes de seguridad en Renfe Operadora, un cliente cuyos servicios entrañan mucha peligrosidad y deberían ser reforzados, como venimos solicitando desde CCOO”.
En este sentido, Rodríguez ha reclamado “la implantación de un servicio móvil de apoyo en horario nocturno, con la sustitución de los servicios en solitario por binomios en los servicios de acompañamiento de trenes nocturnos, fines de semana y festivos, y con especial hincapié en la vigilancia de estaciones como la de Tanos, Reinosa o Guarnizo”.
El sindicato ha registrado un escrito ante la Delegación del Gobierno para instar a este organismo, competente, como recoge la Ley de Seguridad Privada, de velar por el control y establecimiento de unos mínimos razonables y seguros, a que “exija a las empresas que contratan estos servicios que extremen las medidas de seguridad y protección y que no haya un solo vigilante de seguridad trabajando en solitario en lugares donde el riesgo es elevado”.
Rodríguez ha recalcado que “el hecho de que los vigilantes de seguridad no cuenten con la protección jurídica que representaba la consideración de agente de la autoridad hace muy complicado protegerse ante las agresiones, porque mantienen su obligación de hacer respetar las leyes sin esa herramienta principal para lograrlo”.
Mientras tanto, ha denunciado Rodríguez, “la lógica empresarial, implacable y en la búsqueda constante de obtener el máximo rendimiento con el mínimo gasto, merma los salarios y las plantillas y aumenta los riesgos, con el desprecio por parte de estas empresas y de sus clientes, en su mayoría instituciones estatales o autonómicas, hacia la seguridad personal de los vigilantes, convirtiendo en servicios individuales lo que en cualquier caso deberían ser al menos binomios de vigilantes, para poder contar con un mínimo apoyo en sus intervenciones”.