De un tiempo a esta parte, el número de agresiones en transportes públicos ha sufrido un importante incremento, tal y como denuncia Alternativa Sindical, que en un documento compartido con Escudo Digital destaca cómo cada vez son más frecuentes las agresiones en transportes públicos a vigilantes, a los cuales les faltan medios de defensa, y cómo, a su vez, muchos viajeros “sólo graban los finales de estas agresiones, buscando los culpables en los vigilantes porque graban la mitad de las intervenciones sin saber cuál ha sido el desencadenante de las mismas”.
Un claro ejemplo de esto, en palabras de Agustín Martínez Milán, coordinador delegado de este sindicato en Cataluña, fue la reducción “de un joven de color en la estación de Plaza Cataluña” en la que un inmigrante se colaba en la citada estación sin billete y sin detenerse tras el alto de los vigilantes para comprobar qué llevaba en su mochila, en una época en la que el grado de atentado era de máxima alerta. La noticia salió en todos los canales y medios de comunicación haciendo víctima al delincuente y culpable al vigilante de seguridad que simplemente hacía su trabajo.
A la lista de incidentes más recientes, recuerdan desde Alternativa Sindical, se pueden añadir los casos del vigilante de Igualada al que apuñalaron por la espalda, o el del vigilante de una estación de autobuses al que casi matan de una puñalada en el pecho.
En el documento, que cita a otros casos de gravedad que en los últimos meses han acontecido en distintas líneas de transporte urbano de Cataluña, se preguntan “¿Hasta cuándo deben soportar los vigilantes de seguridad agresiones más o menos duras? ¿Hasta cuándo no se van a poner medios al alcance para evitar males mayores?”, y explican la actual falta de vigilantes a que, “o los matan, o se jubilan, cayendo enfermos porque son mayores y no entran chicos jóvenes que nos puedan reemplazar en parte por esta situación que se vive actualmente en el sector. Parece que están esperando una desgracia para tomar medidas que a día de hoy son urgentes”.
El secretario general de Alternativa Sindical en Barcelona, Agustín Martínez Millán, incide en este documento en que es “curioso que en la época que estamos con móviles y grabadoras, se peleen por los derechos de todo el mundo menos por el de los vigilantes de seguridad que están ahí para protegernos. Siempre se intenta dialogar con la persona, pero ante las agresiones el vigilante sólo intente defenderse”.
Y destaca que no se le da la importancia que tiene el trabajo de los vigilantes. “Normalmente al vigilante no se le valora el trabajo, es como si fuéramos una fuerza opresora, alguien a quien increpar o faltar el respeto”. Por ello deja claro que, “lo único que queremos es que puedan viajar en el transporte público de la forma más tranquila. Cuando te graban es cierto que te sacan en el último minuto de la intervención porque parece que es lo que vende. Somos dialogantes siempre salvo cuando no hay más remedio que reducir a una persona por su actitud violencia”.
Pero llama la atención que sean reclamados cuando la situación es adversa. “Cuando le roban a alguien en cualquier línea al primero que buscan auxilio es al vigilante, pero cuando ven que estamos actuando nos reprochan. Da igual su raza y su color, nos da lo mismo, todos somos humanos y estamos de todas las razas y creencias religiosas solo queremos velar por la seguridad del viajero”.
Ante esta situación, Martínez Millán pide igualdad para todos. “Tanto la policía estatal como los vigilantes estamos en el mismo saco y nos atañe a todos, estamos muy desamparados aunque estamos en desventaja cuando nos agreden y eso no te permite hacer bien tu trabajo; el Juez no ve que es una persona que vela por la seguridad, te tratan como si fueras una persona más y no te dan ese carácter de agente o vigilante de la autoridad. Ahora mismo carecemos de este carácter que tienen médicos, maestros y otros colectivos, pero desgraciadamente es política y ahí ya se sabe que no podemos entrar”.
El propio secretario General de Alternativa Sindical en Barcelona advierte de que, “el vigilante se encuentra solo para que haya binomios tiene que ser una locura, por eso pegar a un vigilante entre ocho o diez grafiteros es gratuito, ya que no estamos amparados en la medida que debería ser”.
Y por último, Agustín Martínez destaca el porqué de la actual situación en los trabajadores del sector de la seguridad. “No hay apoyo social, no hay buenos sueldos, de ahí que no haya más vigilantes jóvenes porque ven que están muy desamparados. La media de edad nuestra es de 50 años y los que entran en el sector es porque no ven otra salida a la que agarrarse, dicen que es como un autobús: me subo y ya me bajaré porque no le ven futuro ante la situación del vigilante de seguridad y cada vez vamos a menos. En cualquier trabajo se paga más que a los vigilantes, donde para tener un salario digno de 2.200 euros hay que hacer 300 horas mínimas”.