Vivimos en un entorno digital. Una creciente dedicación al ámbito virtual que también se refleja en aspectos importantes de la convivencia. De entre todas las cosas que comparten en su día a día las parejas de nuestro tiempo una de ellas son las contraseñas de servicios digitales o dispositivos electrónicos. Una complicidad que deja de estar vigente cuando se rompe una relación afectiva. De manera que cada componente de la relación suele cambiarlas cuando tiene lugar la ruptura para separar caminos y evitar percances, aunque un 37 por ciento de los españoles indica un uso incorrecto de su contraseña por parte de su expareja.
El estudio, elaborado por Avast y Dynata, evalúa, entre otros aspectos, el grado de conocimiento que tienen los españoles de las contraseñas de sus parejas o familiares. En esta investigación, se ha preguntado a más de 2.015 personas. El estudio ha tenido lugar entre el 26 de agosto y el 7 de septiembre de este 2022.
Mapa español actual del universo de las contraseñas compartidas
La investigación detalla datos como que el 56 por ciento de los encuestados reconoce saber las contraseñas de otra persona en Internet. De estas personas, el 71 por ciento conoce la de sus parejas actuales y un 13 por ciento, la de una expareja.
El estudio también revela que el 54 por ciento de los encuestados admite que su pareja conocía alguna de sus contraseñas. Concretamente, un 73 por ciento relata que su novio o novia conocía la contraseña de su teléfono o tableta. Una vez concluida una relación amorosa, la mitad de los interpelados modificó alguna de sus contraseñas.
Uno de cada cinco españoles (21%) ha sido objeto de que alguien accediese a su cuenta y transformarse sus contraseñas sin su conocimiento o consentimiento. El 37 por ciento atribuyó un uso indebido de su contraseña a su expareja. El estudio también apunta que al 24 por ciento de los encuestados se le ha rastreado su ubicación sin su consentimiento para conocer su contraseña.
De los que conocen la contraseña de su pareja o expareja, el 50 por ciento reconoció que todavía tiene acceso a las cuentas de redes sociales de su ex y el 56 por ciento señaló que todavía puede acceder a la cuenta de correo electrónico del trabajo de él o ella.
Qué representa este paradigma de compartir la contraseña con la pareja
"Atrás quedaron los días en los que sencillamente se devolvían los efectos personales y las llaves de casa de la otra persona cuando se terminaba una relación", ha indicado la directora de seguridad de la información de Avast, Jaya Baloo, en un comunicado.
Baloo señala que "este comportamiento puede tener un lado muy oscuro", que esta empresa de programas antivirus y ciberseguridad vincula con el abuso tecnológico. Esa vertiente turbia de compartir contraseñas, sustentada en una confianza y complicidad con la pareja, que en ocasiones se quiebra cuando finaliza la relación, puede llegar a traducirse en un amplio repertorio de malas prácticas. Una lista de abusos tecnológicos que incluye desde mensajes no deseados, hasta programas espía o 'stalkwerware', que se instalan en los dispositivos, hasta controlar o acosar a alguien a través de la tecnología doméstica.