La tecnología avanza vertiginosamente y con ella, las estrategias de los delincuentes. Por eso, y en especial después de haber sido víctima de alguna estafa digital, puede acecharnos la sensación de ir corriendo detrás de un objetivo de protección que no es posible alcanzar. Sin embargo, la información es poder y el uso cotidiano nos permite adaptarnos e incorporar nuevos conocimientos y hábitos, junto a las noticias y lecturas de divulgación que nos ayudan a ponernos al día.
Como el estudio elaborado por la compañía Kaspersky, llamado “Influencia de la tecnología en la vida de los españoles”, que ha consultado a más de 2000 personas para averiguar, entre otros aspectos, qué terminología relacionada a la ciberseguridad les resulta más familiar y cuál es todavía una incógnita, lo que implica que, por consiguiente, no están tomando las medidas necesarias para protegerse.
Según esta encuesta, HACKER es el término más popular, conocido por el 85% de los españoles. Le sigue MALWARE, concepto que comprende el 77% de los encuestados; muy cerca, con el 75% aparece PHISHING, y luego encontramos SPYWARE (58%) y RANSOMWARE (29,5%), ya con un margen de llegada mucho menor.
Ahora bien, entre los conceptos de ciberseguridad menos conocidos por los españoles, encontramos que SCAREWARE es identificado solo por el 4% de la población. Esta estafa suele presentarse en forma de molestas ventanas emergentes, con publicidad o advertencias procedentes de empresas que ofrecen supuestas soluciones antivirus que afirman que el equipo del usuario está infectado, y buscan, como su nombre lo indica, asustar a la persona haciéndole creer que posee un virus. Pero lo que en realidad hacen es redirigirlo a sitios web infectados por malware diseñado para robar los datos personales de la víctima.
En segundo lugar, la técnica del VISHING es conocida por el 7% de los españoles. El término es una combinación de las palabras voice (voz) y phishing, pues en este caso el engaño se produce a través de una llamada telefónica. Desde Kaspersky explican que la estafa comienza con un anuncio online que pueda llamar la atención del usuario, quien accede y descarga así, un malware que genera algún tipo de bloqueo en el ordenador. Casualmente, ese problema solo puede ser resuelto por el “técnico” que hay al otro lado del teléfono que los mismos delincuentes proporcionan. Y para que se solucione, la víctima tendrá que realizar un pago. Por supuesto, todo era una estafa, y la “compañía” del técnico era en realidad el origen del problema. También puede suceder que el software no funcione y el técnico diligente desaparezca para siempre, con los datos de pago en manos del estafador.
El tercer término menos conocido es STALKERWARE. Y es curioso porque, aunque sólo un 7,5% de los ciudadanos sabe lo que es, España se sitúa en la cuarta posición de países afectados por este software en la Unión Europea. Se trata de un malware espía que se instala en los dispositivos de la víctima sin su consentimiento, que registra su actividad, conversaciones, accede a su geolocalización, a archivos, roba datos y hasta puede tomar fotografías con la cámara frontal de manera remota. Es utilizado por maltratadores para controlar a sus víctimas en situaciones de abuso y actualmente se considera una de las formas de violencia de género digital, donde el abusador es la pareja o ex pareja de la víctima, en la mayoría de los casos.
Con el 13% de la popularidad entre los encuestados aparece el SMISHING, concepto que resulta de la unión de SMS y phishing. La técnica original consiste en enviar correos electrónicos fraudulentos que intentan engañar al usuario para que descargue un archivo con malware o acceda a una web maliciosa. En este caso, en lugar de un email, el delincuente envía mensajes de texto para captar a sus víctimas.
Como el quinto término menos conocido encontramos el DEEPFAKE. Los datos del informe de Kaspersky revelan que solo un 17% de los españoles conoce este término que se refiere a los falsos vídeos y audios generados por inteligencia artificial a partir de imágenes y grabaciones reales, creando contenidos fraudulentos en los que es difícil identificar su veracidad. Pueden ser utilizados para acosar, difamar o realizar estafas. Estos vídeos y audios falsos crecen a un ritmo anual del 900%, según el Foro Económico Mundial (WEF).
“Es fundamental que la población se familiarice con este tipo de términos para entender mejor las amenazas existentes y poder tomar medidas para protegerse ellas. Con ello, podremos evitar problemas como la suplantación de identidad, la violencia de género digital o el robo de datos bancarios e información privada”, recomienda Marc Rivero, Senior Security Researcher de Kaspersky.
Seis consejos básicos de seguridad
Para evitar caer en estas trampas los expertos de Kaspersky comparten una serie de pautas:
- Colocar una solución de ciberseguridad de confianza que proteja los dispositivos.
- Siempre verificar las URL y evitar hacer clic en los enlaces sospechosos.
- Mantener el software de los dispositivos actualizados, para tener todos los parches de seguridad que los desarrolladores lanzan.
- No descargar archivos adjuntos desconocidos.
- No compartir información personal en la red, y si es necesario hacerlo, que sea a través de una conexión segura.
- Usar contraseñas seguras y diferentes. Es interesante también la utilización de un gestor de contraseñas para generar y guardar las claves de forma segura.