En eventos de esta magnitud devastadora, como los ocurridos en Valencia con los estragos de la DANA, las pymes son especialmente vulnerables, ya que en muchas ocasiones cuentan con recursos limitados para hacer frente a estos incidentes.
Sin embargo, además de proteger sus instalaciones físicas, es crucial que una pyme tome medidas de ciberseguridad para asegurar la continuidad de sus operaciones y proteger su información en caso de desastre natural.
La ciberseguridad no solo es relevante para enfrentar ataques cibernéticos; también desempeña un papel fundamental cuando se trata de mitigar los efectos de desastres naturales sobre la infraestructura digital.
Una catástrofe puede, por ejemplo, dañar servidores, desconectar redes o dejar inaccesibles los datos críticos de una empresa, lo cual puede resultar en la interrupción total de sus servicios. Contamos cómo proceder…
Los 4 pilares de un Plan de Resiliencia
Uno de los pilares esenciales en la preparación de una pyme frente a desastres naturales es la creación de un plan de resiliencia que incluya copias de seguridad y un sistema de recuperación de datos. Este plan debe garantizar que, en caso de que la infraestructura física se vea comprometida, los datos y sistemas críticos de la empresa puedan recuperarse de manera rápida y eficiente.
1. Copias de seguridad remotas y en la nube
Realizar copias de seguridad es esencial para asegurar la integridad de los datos. Sin embargo, es importante no almacenar estos respaldos únicamente en la oficina o en el servidor local, ya que si estos se dañan durante un desastre, los datos también se perderán. Las pymes deberían invertir en soluciones de almacenamiento en la nube o en centros de datos externos situados en regiones geográficas diferentes a la ubicación de la empresa. Esto asegura que las copias de seguridad estén protegidas y accesibles incluso si las instalaciones físicas de la empresa resultan afectadas.
2. Establecimiento de un sistema de recuperación de desastres
La recuperación de datos tras un desastre debe ser rápida y efectiva para reducir la interrupción de las operaciones. Un sistema de recuperación ante desastres permite restaurar los sistemas y datos necesarios para el funcionamiento del negocio en un tiempo razonable, minimizando el impacto económico y de productividad. Este sistema debe incluir pruebas periódicas para verificar que las copias de seguridad son accesibles y que los empleados están capacitados para llevar a cabo los procedimientos necesarios en caso de emergencia.
3. Automatización de copias de seguridad
Para evitar errores humanos y asegurarse de que los datos están siempre actualizados, es recomendable que las pymes configuren procesos automatizados de copias de seguridad. Esto permite programar los respaldos de manera periódica y asegurar que toda la información relevante de la empresa esté disponible sin necesidad de intervención manual. Las herramientas de automatización en la nube suelen ser accesibles y fáciles de implementar, lo que las convierte en una opción viable para empresas de cualquier tamaño.
4. Documentación del plan de recuperación
Es fundamental que el plan de recuperación esté bien documentado y accesible para todos los empleados involucrados. La documentación debe incluir los procedimientos detallados para restaurar los sistemas, una lista de contactos clave y una guía clara sobre los pasos a seguir en caso de catástrofe. La comunicación y la capacitación son esenciales para que el personal sepa cómo reaccionar ante estos eventos.
Seguridad de acceso y continuidad operativa
Otro aspecto esencial en la preparación de una pyme para enfrentar desastres naturales desde el punto de vista de la ciberseguridad es la seguridad de acceso a sistemas críticos y la continuidad operativa. Durante una emergencia, puede que no sea posible acceder a la sede de la empresa, por lo que los sistemas deben estar configurados para que los empleados puedan continuar sus labores desde ubicaciones remotas de forma segura.
Implementación de accesos remotos seguros
La pyme debe establecer sistemas de acceso remoto seguros, como redes privadas virtuales (VPN), para que los empleados puedan conectarse a los sistemas de la empresa de forma segura desde cualquier lugar. Durante una catástrofe, este tipo de acceso permite a los empleados continuar con sus actividades y mantener la operatividad del negocio, lo que es fundamental para reducir el impacto económico de la interrupción de servicios.
Autenticación multifactor (MFA)
La seguridad de los accesos remotos también depende de una correcta autenticación. La autenticación multifactor (MFA) es una medida esencial que añade una capa adicional de protección al requerir más de una verificación (por ejemplo, contraseña y código enviado al móvil) para acceder a los sistemas. Esto garantiza que, incluso si una contraseña se ve comprometida, los ciberdelincuentes no puedan acceder fácilmente a la red de la empresa.
Monitoreo de actividad y detección de anomalías
La implementación de herramientas de monitoreo de actividad y detección de anomalías ayuda a identificar comportamientos sospechosos que puedan representar una amenaza para la seguridad de la empresa. Durante una catástrofe, en medio del caos, puede ser más fácil para los atacantes cibernéticos intentar explotar vulnerabilidades, por lo que es crucial que la pyme disponga de sistemas que detecten y alerten sobre cualquier acceso inusual o actividad anómala.
Plan de continuidad operativa
La continuidad operativa es la capacidad de la empresa para seguir funcionando a pesar de una interrupción significativa. Para una pyme, contar con un plan de continuidad operativa significa identificar cuáles son sus procesos y recursos esenciales y definir las acciones necesarias para mantenerlos en funcionamiento. Esto puede implicar la activación de ubicaciones de trabajo alternas, la reasignación temporal de funciones o la contratación de servicios externos.
Enfrentar una catástrofe natural requiere no solo preparación física, sino también robustez en términos de ciberseguridad. Las pymes que integran un enfoque de ciberseguridad en su estrategia de recuperación y continuidad tienen mayores posibilidades de superar los efectos adversos y mantener la operatividad de su negocio. Reducir el impacto económico y salvaguardar la continuidad de sus servicios es prioritario.