Internet de las Cosas esconde sorpresas inesperadas, como que una bombilla tenga un lado muy, muy oscuro. Un cibercriminal podría hackear una red corporativa o la de un particular desde una simple bombilla. Según Check Point, lo podría hacer explotando las vulnerabilidades del protocolo deZigBee para infectar la red con ransomware o programas de espionaje a través del controlador de bombillas inteligentes
Los expertos de la compañía señalan que un cibercriminal tan sólo necesitaría tener a su disposición una antena y un ordenador portátil, así como encontrarse a una distancia menor de 100 metros del objetivo. El ataque podría estar dirigido a hogares, negocios o incluso a una smart city (ciudad inteligente). La investigación ha puesto su foco en las bombillas inteligentes y el puentes de control de Philips Hue, líderes en el mercado.
Los investigadores de Check Point encontraron vulnerabilidades que les permitieron infiltrarse en las redes utilizando un exploit remoto en el protocolo inalámbrico de baja potencia ZigBee, que se utiliza para controlar una amplia gama de dispositivos de IoT.
En un análisis de seguridad centrado en las bombillas inteligentes controladas por ZigBee que se publicó en 2017, los investigadores demostraron que se podía tomar el control de una bombilla Hue conectada a una red, instalar firmware malicioso y propagarlo a través de la red e infectar el resto de bombillas. Aprovechando esta vulnerabilidad, los investigadores de Check Point decidieron llevar este trabajo previo un paso más allá y utilizaron la bombilla Hue como plataforma para adentrarse en el puente de control de las bombillas y, en última instancia, atacar la red informática del objetivo. Asimismo, es importante destacar que las bombillas con una versión de hardware más reciente no han experimentado estos fallos.
Hackear mediante una bombilla es mucho más sencillo de lo que parece
El proceso de desarrollo de este ataque es:
- El hacker controla el color o el brillo de la bombilla para hacer creer a los usuarios que no funciona correctamente. Esta, además, aparece como “inalcanzable” en la aplicación de control del usuario, por lo que tratan de “reiniciarla”.
- La única forma de reiniciar la bombilla es borrarla de la aplicación, y luego configurar el puente de control para que vuelva a reconocerla como disponible.
- Una vez el puente ha reconocido la bombilla, el usuario puede volver a añadirla a la red.
- La bombilla controlada por el hacker con el firmware actualizado se sirve de las vulnerabilidades del protocolo ZigBee para producir fallos en el puente de control debido a la gran cantidad de datos que recibe. Esta información permite al hacker instalar malware en el puente, que a su vez está conectado a la red empresarial o doméstica.
- El malware se vuelve a conectar con el hacker y, utilizando un exploit conocido (como EternalBlue), puede infiltrarse en la red IP de destino desde el puente para difundir ransomware o software de espionaje.
"Por lo general, somos conscientes de que los dispositivos IoT pueden suponer un riesgo para la seguridad. Sin embargo, esta investigación muestra cómo incluso los elementos más simples y aparentemente inofensivos como las bombillas, pueden ser explotados por los cibercriminales, que los emplean para apoderarse de las redes, o infectarlas con malware", señala Mario García, director general de Check Point para España y Portugal.
"Por este motivo, es fundamental que las organizaciones y los usuarios se protejan contra estos posibles ataques actualizando sus dispositivos con los últimos parches, pero también separándolos de otros dispositivos conectados a la misma red, para limitar así la propagación de malware. Teniendo en cuenta el actual panorama de amenazas de quinta generación, que destaca por su complejidad, no podemos permitirnos el lujo de pasar por alto la seguridad de cualquier cosa que esté conectada a nuestras redes", advierte García.
La investigación que muestra como se puede hackear con una bombilla se realizó con la ayuda del Instituto Check Point para la Seguridad de la Información (CPIIS) de la Universidad de Tel Aviv, fue revelada a Philips y Signify (propietario de la marca Philips Hue) en noviembre de 2019. Signify, por su parte, confirmó la existencia de la vulnerabilidad en su producto, y lanzó una versión de firmware parcheada que se instala a través de una actualización automática. Por este motivo, desde la compañía recomiendan a los usuarios que se aseguren de contar con las ultimas actualizaciones de firmware.