Puede ser una ganga, una super oferta que nos tiente a hacer clic en un anuncio en redes sociales o un producto que estábamos esperando hace tiempo que bajara de precio. Los ciberdelincuentes están siempre al acecho de que una persona distraída, confiada o poco informada caiga en sus redes.
Así funcionan las tiendas falsas, precios muy tentadores, imitaciones en las que se dificulta distinguir la copia de lo real, o promociones inéditas.
Y luego, la sorpresa. Las situaciones que denuncian las víctimas suelen ser similares: “el producto nunca llegó”, “enviaron otra cosa por un valor muy inferior”, “me han cobrado más de lo que decía el anuncio y no recibí el producto”, “vaciaron mi cuenta bancaria”, “les he escrito varias veces y no tengo noticias”, “luego de la compra la página web es como si no existiera”.
Pero, así como aprendimos a estar atentos a los correos electrónicos y SMS engañosos que buscan hacernos caer con técnicas de phishing, también hay una serie de indicadores que podemos aprender a identificar para no caer en los fraudes de las tiendas online que han sido recopilados por la consultora tecnológica Grupo Ático 34 y te contaremos a continuación.
El candado
La primera señal que debemos buscar es, como con cualquier otra página que utilicemos –por ejemplo, para descargar software–, el certificado digital Secure Sockets Layer (SSL), un protocolo que sirve para la autentificación de un sitio web asegurando una conexión segura. Esto significa que la información que proporcionemos estará cifrada, ya que, si no lo estuviera, querría decir que todos los datos que le estamos suministrando quedan expuestos para los dueños de la web y cualquier hacker que quiera capturarlos.
Se identifica fácilmente con el ícono del candado que aparece al comienzo de la barra de navegación o las siglas HTTPS al inicio de la dirección URL. Al pulsar en él, proporciona información como conexión segura, número de cookies en uso y certificado digital.
Los precios
El valor de los artículos ofrecidos es otra señal en la que debemos reparar. Generalmente los precios son muy similares en las diferentes plataformas, y si estamos buscando algún producto en especial, es probable que sepamos cuánto puede costar. Entonces, encontrar valores muy por debajo de la media o emocionantes ofertas, debe hacernos sospechar.
También puede ocurrir que todos los artículos ofrecidos estén al mismo precio, incluso si se trata de productos muy diferentes, o de marcas conocidas que se ofrecen muy rebajados y a un único valor. Estamos ante otra señal de una tienda peligrosa.
Otro indicador son los gastos añadidos. Aparte del IVA o los costos de envío, pueden cobrarse seguros, gastos de manipulación, costes de aduana, etc. Si estamos ante una tienda legítima, antes de confirmar la compra, aparecerá un desglose de todos los gastos asociados al precio final. Pero si estos datos no vienen detallados en ninguna parte del proceso de compra, nos encontramos ante otra pista que delata a la tienda fraudulenta.
El diseño de la web
Algunos descuidos o detalles de baja calidad en la tienda también nos pueden dar señales de su legalidad. Quizás parezcan cuestiones menores, pero en su conjunto hablarán de la web que estamos navegando. Por ejemplo, si miramos la dirección de contacto, debería coincidir el dominio con el nombre de la tienda o similar, mientras que, si se trata de una cuenta gratuita del tipo Gmail o Outlook, podemos empezar a desconfiar.
Las secciones típicas de cualquier web también nos darán pistas. “Quiénes somos”, “Aviso legal web”, “Política de privacidad”, etc., puede que existan, pero si se trata de una tienda fraudulenta estarán incompletas y mal redactadas.
Otro punto a tener en cuenta es la homogeneidad de la web. Que las fuentes en los textos no sean todas iguales, que las secciones o artículos se mezclen, que la información original esté en otros idiomas o la traducción no sea precisa, que la descripción de los artículos tenga pocos detalles o que las imágenes sean de baja calidad, estén pixeladas o distorsionadas, son más señales de alerta.
Formas de pago
Aunque ofrezcan muchos tipos de pago y muestren infinidad de logos de bancos o tarjetas, las tiendas falsas, al final, sólo permitirán un método para concretar la compra. Una posibilidad es realizar un depósito a través de empresas como Wester Union o Ukash, que dificultará o hará prácticamente imposible recuperar nuestro dinero en caso de estafa.
Otra opción es que nos soliciten los datos de la tarjeta de crédito o débito, pero que, al tratarse de una web sin certificado digital, dejará nuestra información bancaria expuesta a los ciberdelincuentes y a que realicen compras con nuestras tarjetas o hagan movimientos en nuestras cuentan bancarias.
Las valoraciones de los usuarios
Antes de introducir los datos de pago en una página, es recomendable echar un vistazo en Internet a las experiencias que han tenido otras personas que han comprado en la tienda. Hay webs que muestran rankings de valoraciones, como Trustpilot, donde quien realizó una compra puede dejar su comentario, o en sitios reconocidos como Amazon, Ebay o Aliexpress en los que hay diferentes vendedores, podemos consultar cómo le ha ido a quienes realizaron transacciones con anterioridad.
Opiniones negativas, bajas puntuaciones o la no aparición de referencias sobre la tienda que estamos investigando son claras señales de que la web en cuestión no proporciona confianza para avanzar con la compra.
En el caso de que aún te queden dudas, la web Fakeinet.com ha recopilado y actualiza la información sobre sitios que han sido denunciados por fraude y también permite reportar a nuevos estafadores.