Deepfake, el gran reto de los sistemas de seguridad biométricos

Es una realidad evidente: la tecnología avanza a una velocidad impresionante, y con ella, tanto las oportunidades como los desafíos. Y uno de los fenómenos más recientes y preocupantes es el uso de deepfakes.

Sergio Delgado Martorell.

Periodista especializado en tecnología, ciberseguridad e innovación.

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El deepfake, el gran reto de los sistemas de seguridad biométricas
El deepfake, el gran reto de los sistemas de seguridad biométricas

Una tecnología que utiliza la inteligencia artificial para crear imágenes, videos o audios falsificados, pero extremadamente realistas. Esta capacidad ha puesto en jaque a los sistemas de seguridad biométricos, que tradicionalmente han sido considerados como uno de los métodos más seguros para la autenticación de identidad.

¿A qué se refiere el concepto deepfake?

El término "deepfake" proviene de la combinación de "deep learning" (aprendizaje profundo) y "fake" (falso). Utiliza algoritmos avanzados de redes neuronales, específicamente redes generativas antagónicas (GAN), para crear contenido multimedia sintético que parece genuino.

A diferencia de las ediciones tradicionales de fotos o videos, los deepfakes pueden engañar fácilmente al ojo humano y, lo que es más preocupante, a los sistemas de reconocimiento biométrico.

La vulnerabilidad de los sistemas biométricos

Los sistemas de seguridad biométricos, como el reconocimiento facial, de voz y de huellas dactilares, se basan en características físicas y comportamentales únicas de los individuos.

Estos sistemas se han popularizado debido a su conveniencia y, hasta hace poco, su aparente infalibilidad. Sin embargo, la capacidad de los deepfakes para replicar estas características ha expuesto una vulnerabilidad crítica.

Reconocimiento facial: Los deepfakes pueden generar rostros que engañan a los sistemas de reconocimiento facial, incluso aquellos implementados en dispositivos de consumo masivo como smartphones y sistemas de control de acceso.

Reconocimiento de voz: La clonación de voz mediante deepfake permite crear grabaciones de voz que suenan idénticas a una persona específica. Esto puede ser explotado en sistemas de verificación de identidad por voz, utilizados en servicios bancarios y de atención al cliente.

Huella dactilar y otras biométricas: Aunque menos común, la tecnología deepfake también puede ser utilizada para generar patrones de huellas dactilares falsos o manipular otras formas de biometría, aunque esto requiere un acceso más sofisticado a los datos biométricos.

Casos y consecuencias

La preocupación por los deepfakes no es solo teórica. Ha habido varios incidentes donde esta tecnología ha sido utilizada con fines malintencionados:

Fraude financiero: En 2019, se reportó un caso donde estafadores utilizaron una clonación de voz deepfake para engañar al CEO de una compañía energética y robar 243,000 dólares. Los criminales replicaron la voz del CEO de la empresa matriz para solicitar una transferencia urgente de fondos.

Desinformación política: Los deepfakes han sido utilizados para crear videos falsos de políticos, difundiendo información errónea y potencialmente desestabilizando procesos democráticos.

Daño a la reputación: Celebridades y figuras públicas han sido víctimas de deepfakes pornográficos, lo que ha llevado a daños significativos en su reputación y salud mental.

Medidas de mitigación

Frente a esta amenaza, la comunidad tecnológica y de seguridad está desarrollando múltiples estrategias para mitigar los riesgos asociados con los deepfakes.

Detección de deepfakes: Los avances en la detección de deepfakes están en constante evolución. Algoritmos que identifican inconsistencias en la iluminación, parpadeo de ojos, o detalles en la sincronización labial son algunas de las técnicas utilizadas. Sin embargo, la carrera es continua, ya que a medida que se desarrollan mejores detectores, también se mejoran las técnicas de generación de deepfakes.

Verificación multimodal: Combinar múltiples formas de autenticación biométrica (por ejemplo, combinar reconocimiento facial y de voz) puede aumentar la dificultad para los deepfakes, ya que tendrían que replicar con precisión múltiples características simultáneamente.

Legislación y políticas: La implementación de leyes que penalicen la creación y uso de deepfakes malintencionados es crucial. Algunos países ya han comenzado a legislar en esta área, pero se necesita una respuesta global coordinada.

Educación y conciencia: Informar al público y a las organizaciones sobre los riesgos de los deepfakes y cómo reconocerlos es una medida preventiva importante. La capacitación en ciberseguridad debe incluir componentes sobre la detección de contenido falsificado.

El futuro de la seguridad biométrica

La batalla entre la creación y detección de deepfakes es un ejemplo claro de la continua evolución de las tecnologías de seguridad y amenaza. A medida que los deepfakes se vuelven más sofisticados, también lo harán las técnicas para contrarrestarlos. Los sistemas de seguridad biométricos deben adaptarse y evolucionar continuamente para mantenerse un paso adelante.

La investigación y desarrollo en IA para la detección de anomalías en datos biométricos es un área prometedora. Tecnologías como el aprendizaje automático y el análisis de comportamiento pueden proporcionar capas adicionales de seguridad. Además, la colaboración entre gobiernos, industria y academia será esencial para desarrollar estándares y soluciones efectivas.

Aunque los deepfakes representan un desafío significativo para la seguridad biométrica, también impulsan innovaciones y mejoras en las defensas tecnológicas. La clave estará en la capacidad de adaptarse rápidamente a estas amenazas emergentes y en la cooperación global para mitigar sus efectos perjudiciales.