“Nuestro hijo consumía y creaba contenido para los usuarios de X –antes Twitter–, ellos le pedían imágenes o videos explícitos de cortes en el cuerpo y en muchos casos le asesoraban de cómo hacérselos”, narró la familia del adolescente de 15 años de edad, que vive en Santa Cruz de Tenerife.
El caso fue difundido por el Observatorio de Delitos Informáticos de Canarias (ODIC), que ha alertado de la desprotección que tienen los menores Internet. El organismo ha dado respaldo a la familia y ha mantenido la identidad del joven en el anonimato, a la vez que ha intentado que la red social X adopte medidas que eviten estos comportamientos entre sus usuarios.
“Nuestro hijo se autolesionaba y no sabíamos nada”, explicaron los padres del adolescente. Esta situación fue revelada a mediados de 2023 por compañeros de clases del joven a las autoridades del instituto, que observaron imágenes del menor en X donde se lo veía autolesionándose. Finalmente, el equipo directivo del centro de secundaria comunicó la situación a los padres, reconstruye El Día de Tenerife.
“El uso de la tecnología y el acceso a las redes sociales están implicados en todos estos fenómenos y los atraviesan y potencian de forma transversal”, advierte la Fundación ANAR.
Las autoagresiones consistían en cortes en distintas partes del cuerpo, brazos, piernas o espalda, que el joven grababa y subía a X, y en algunas ocasiones sus propios seguidores lo animaban a realizarlas o le indicaban cómo hacerlas.
Según su padre, este comportamiento podría atribuirse a problemas de ansiedad. Desde noviembre pasado el adolescente recibe asistencia psicológica y ha abandonado la exhibición de lesiones en las redes.
La familia del menor ha denunciado a X ante la Policía Nacional por la vulnerabilidad e ineficacia en la protección y seguridad de la red social. También han reportado los hechos ante el Defensor del Pueblo y organizaciones análogas para que tomen medidas.
A su vez, los padres intentaron denunciar el caso ante los propios moderadores y representantes de la red social X, pero sólo les facilitaron un enlace que no funciona.
Conmocionada ante la desprotección que sufrió el joven, la familia reclama mayor seguridad en las redes y ha decidido difundir el caso para poder advertir a otras familias de lo que puede ocurrir con algunos menores en Internet, y ayudar a aquellos niños que se autolesionan o que están en riesgo de hacerlo.
La Fundación ANAR, que se dedica a la promoción y defensa de los derechos de los niños, niñas y adolescentes, ha registrado en su Informe Anual de 2022 que los casos de autolesiones se han multiplicado por 45,7 en la última década. Mientras que en 2012 recibieron 71 reportes o solicitudes de ayuda, en 2022 los casos fueron 3.243.
“El uso de la tecnología y el acceso a las redes sociales están implicados en todos estos fenómenos –como las conductas suicidas, autolesiones, ansiedad, tristeza/depresión y trastornos de la alimentación– y los atraviesan y potencian de forma transversal”, advierte este informe.
Diana Díaz, directora de las Líneas de Ayuda ANAR, destaca que “los y las menores de edad se sienten solos y no tienen la capacidad de pedir ayuda. Debemos ser los adultos y adultas quienes estemos alerta, detectemos las señales de peligro y demos traslado a la Fundación ANAR a través de sus Líneas de Ayuda ante la mínima sospecha de riesgo”.
La línea de ayuda telefónica de ANAR es 900 20 20 10, y en su página web ofrecen distintas formas de contacto con orientación especializada a niños, niñas y adolescentes, a familias y centros escolares, así como asistencia contra el acoso escolar y la violencia de género.