Desde el epicentro de la Ciberseguridad Mundial: ¿Dónde está España?

Entre el 30 de enero y el 1 de febrero se celebra en Tel Aviv el Congreso Mundial de Ciber Seguridad 2023. En la agenda oficial no hay rastro de representación pública española.

Pablo Hita.

Consultor en Ciberseguridad y Colaborador de Escudo Digital

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El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu.
El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu.

En estos días, entre el 30 de enero y el 1 de febrero se está celebrando en Tel Aviv el Congreso Mundial de Ciber Seguridad 2023 y Escudo Digital está presente con el propósito de informar y entrevistar a los principales actores.

Una de las primeras cosas con las que nos encontramos es que los principales países mundiales tienen estos días aquí a sus representantes más destacados, empezando por el país anfitrión, Israel, que ha involucrado a su primer ministro, Benjamin Netanyahu; a su ministro de Defensa, Yoav Gallant, o a su director general de Inteligencia y Ciberseguridad INCD, Gaby Portnoy.

De los países invitados destacan figuras como las de Robert Silvers, subsecretario para Política de Seguridad Nacional de Estados Unidos, también conocido como el Department of Homeland Security DHS, o la del General retirado y exdirector de la CIA David Petraeus. Además se han dado cita otras destacadas personalidades, entre los que se hallan más de 30 lideres de países como Canadá, Italia, Bélgica, Portugal, Macedonia, Croacia, Ucrania, Emiratos Árabes, Bahrain, Singapur, o Marruecos, país este último del que sí voy a nombrar al director general del DGSSI, el General de Brigada El Mostafa Rabii.

No me pregunten por la representación pública española porque en la agenda oficial no aparece.

Esta es una de las primeras cuestiones que quiero resaltar, el trato preferencial que dan muchos países no solo a su seguridad sino a la propia industria de la seguridad y ciberseguridad como eje de creación de riqueza directa y de posible fuente de extrapolación de conocimiento hacia otras industrias. Una visión que algunos países como Israel llevan al extremo, convirtiéndola en un eje de su crecimiento económico y punta de lanza de su sector exportador, no tiene que ser tampoco un espejo en el que todos debamos mirarnos, ya que carecemos de las bases estructurales mínimas adecuadas, pero tampoco debemos pensar que nuestro país puede descolgarse de estos foros y de estos sectores de actividad con tanta facilidad.

Durante las conferencias, y por centrarme en las estrategias de dos líderes mundiales como son Israel y Estados unidos, destacan varios mensajes importantes.

Para el Gobierno norteamericano, las amenazas a las que se enfrenta a diario son sus oportunidades. “Para 2023, nuestro desafío, pero también nuestra oportunidad, es escalar esfuerzos y hacer más con socios internacionales”, ha dicho Robert Silvers recordando la iniciativa contra el ransomware de la Casa Blanca que involucra a más de 30 estados. Los países “se están uniendo a nivel transnacional para abordar lo que es una amenaza global en todos los ángulos: construir resiliencia, interrumpir a los actores que persiguen su dinero e infraestructura financiera y de criptomonedas, y eso es un desafío”, ha explicado.

El director general de Inteligencia y Ciberseguridad de Israel, por su parte, ha comentado que este país “está sujeto a ataques cibernéticos como en otras partes del mundo, solo que además de la parte regular también tenemos que lidiar con Irán, con su ataque organizado, coordinado y agresivo en el ciberespacio Israelí”.

También ha agregado que “nuestra defensa es tan fuerte como siempre. Vemos cómo buscan, muchas veces sin éxito, causar un daño real”, “Al igual que en los mundos del contraterrorismo y los juegos de espionaje, el público en general ignora la mayor parte del tiempo los ataques que son repelidos. Nuestro trabajo es prevenir esos ataques que, si tienen éxito, resultarían en millones en daños a la economía y al país. Nuestros esfuerzos a menudo suceden entre bastidores”, ha agregado.

Los ataques a Israel han alcanzado una cifra récord en 2022 y, mientras el máximo responsable de ciberseguridad compartía esta información con los allí presentes estaban repeliendo un ciberataque de las Fuerzas Cibernéticas Al Quds de Palestina.

Lo que subyace en este tipo de amenazas es un nuevo entorno de poder mundial, nuevas armas más poderosas que las físicas o químicas, que son las lógicas. Para qué destruir una instalación de enriquecimiento de uranio si puedo destruir todos sus sistemas informáticos, controlar sus radares, satélites, etc. Es la llamada guerra híbrida, de la que los sistemas de información y los datos que manejan son solo canales y materia que hay que controlar.

Y si nos centramos a nivel empresarial, el panorama es aún más desolador. En el Congreso se dan cita más de 550 empresas expositoras y sponsors, y da cierto coraje no tener una digna representación de grandes empresas españolas presentando sus soluciones, ni de pequeñas tampoco, salvando honrosas excepciones. No hace falta llamarse Cisco, Kroll, Leonado o Accenture para asistir. Eso sí, abro hueco en este texto a esos héroes españoles que sí se animan a estar presentes en el evento como expositores. Son los casos de la empresa Fastly, con su plataforma Edge cloud, o de personas físicas que asisten representando a sus empresas o instituciones, empezando por la Guardia Civil, el INCIBE, la incombustible Telefónica, Ingecom, con su CEO Javier Modubar al frente; Prosegur, AESA o, para terminar, el Centro Vasco de Ciberseguridad, con su director Javier Diéguez. La presencia española no llega al 0,5 %, algo tendremos que hacer al respecto.

En la mesa redonda de personalidades, países como el anfitrión, Estados Unidos, Emiratos, Bahrain y Marruecos, todos con acuerdos bilaterales o multilaterales de cooperación y colaboración técnico / económica, siguen insistiendo en la consolidación de un cambio transformacional en la forma en que construimos ciberdefensa.

Mesa redonda.
Mesa redonda.