La compañía de ciberseguridad Kaspersky ha elaborado un nuevo informe sobre el estado del stalkerware en el mundo. Los datos de 2022 indican que 29.132 personas se vieron afectadas por este software intrusivo, mientras que en 2021 se registraron 32.964 víctimas.
Pero el estudio habla de una proliferación estable durante los 12 meses de 2022. En promedio, cada mes, 3.333 usuarios se vieron afectados por el uso de este software por primera vez. “La tasa de detección estable indica que el acoso digital se ha convertido en un problema persistente que merece una mayor atención por parte de la sociedad”, indican desde Kaspersky.
Según este informe, Rusia es el país más afectado a nivel mundial, superando los 8.000 casos. Le siguen Brasil, con casi 5 mil víctimas, e India, con 1800 personas afectadas. En Europa, el ranking lo lideran Alemania (737), Italia (405) y Francia (365), apareciendo España en el cuarto lugar, con 296 casos.
Es preciso señalar que estas estadísticas se basan en los datos obtenidos sólo de los equipos que utilizan protección de Kaspersky, es decir que las cifras totales pueden ser notablemente mayores, teniendo en cuenta que la característica principal de este software es que funciona sin que la víctima lo sepa.
El stalkerware es un tipo de software espía, también llamado virus del acosador, que es instalado en los dispositivos sin el consentimiento ni el conocimiento de la persona afectada, y se utiliza para monitorizar su actividad y robar datos, como su geolocalización, fotos, conversaciones, publicaciones en redes sociales, capturas de pantalla y hasta permite utilizar de forma remota la cámara frontal de la víctima y tomar fotos. Es una de las formas de violencia de género digital vigente y en la mayoría de los casos el abusador es pareja o ex pareja de la víctima.
Resulta preocupante, además, la facilidad de uso de este software. Desde Kaspersky explican que cualquier persona con una conexión a Internet y acceso físico a un teléfono inteligente puede descargar e instalar stalkerware. El agresor viola la privacidad de la víctima, ya que puede monitorear enormes volúmenes de datos personales y además el software funciona en segundo plano, lo que significa que la mayoría de las víctimas no saben que cada uno de sus pasos y acciones está siendo monitoreado.
La gravedad de este software reside en que quienes son víctimas del uso de estas aplicaciones silenciosas probablemente sufran un ciclo mayor de abuso, incluso físico, que le permite al agresor acceder a mecanismos de control para saber dónde está, con quién habla y todo lo que hace en su móvil, sin consentimiento y con el único fin de mantenerla vigilada.
“En la mayoría de las ocasiones no es necesario auditar el teléfono móvil para descubrir que existe un software espía instalado. Basta con chequear la configuración de las aplicaciones para detectar cuál es sospechosa o no somos conscientes de haber instalado; verificar los permisos que otorgamos a cada aplicación y que podemos configurar precisamente en ejercicio de nuestro derecho a la privacidad; o contar con herramientas de detección o antivirus. La dificultad radica en que, cuando la víctima descubre que su pareja ha instalado stalkerware en su móvil, comienza el temor por la violencia física. Denunciar es la primera solución”, recomienda Susana González Ruisanchez, abogado especialista en ciberseguridad, en el blog de Kaspersky.
La gravedad de este software reside en que quienes padecen su uso probablemente sufran un ciclo mayor de abuso, incluso físico, que le permite al agresor acceder a mecanismos de control para saber dónde está, con quién habla y todo lo que hace en su móvil, sin consentimiento y con el único fin de mantenerla vigilada. En la mayoría de los casos el abusador es pareja o ex pareja de la víctima.
La protección de la víctima en estos casos es fundamental. Christina Jankowski, gerente senior de relaciones externas de Kaspersky, da cuenta de algunos recaudos que es conveniente tener en cuenta: “Miles de personas, cada año, son víctimas de stalkerware. Es una tendencia preocupante. Desde Kaspersky hemos actualizado nuestra ‘Alerta de Privacidad’ para que si un usuario encuentra stalkerware en su dispositivo sepa que, si lo elimina, quien lo ha instalado se dará cuenta. Si se desinstala se borrará la prueba de que se ha instalado stalkerware y la situación podría empeorar con el acosador. Nuestra misión es garantizar que las víctimas comprendan mejor la situación para obtener el mejor resultado posible y combatir esta forma de violencia digital”.
Encarni Iglesias, de Stop Violencia de Género Digital señaló en diálogo con Business Insider, que “Todavía se ve mucho esa idea equivocada de amor romántico, en el que si tu pareja no te controla, es porque no te quiere. Esa base es errónea, y en edades adolescentes esta violencia digital está muy igualada entre ambos sexos”. Y recuerda que del 'enseñarle' el WhatsApp a la pareja a usar stalkerware hay pocos pasos.
En el caso de sospechar ser víctima de este tipo de acoso, se recomienda confiar en la intuición y no reducir el problema a "signos de paranoia", estar atenta a las señales de advertencia, como una batería que se agota rápidamente, o aplicaciones recién instaladas con acceso sospechoso para usar y rastrear tu ubicación, enviar o recibir mensajes de texto y otras actividades personales. Puedes comprobar también si la configuración de “fuentes desconocidas” está habilitada, ya que puede ser una señal de que se ha instalado software no deseado de una fuente externa. Sin embargo, los indicadores anteriores son circunstanciales y no indican la presencia inequívoca de stalkerware en el dispositivo, advierten desde Kaspersky.
Por otro lado, sugieren no intentar borrar el stalkerware, cambiar la configuración ni manipular el móvil, ya que esto podría alertar al posible agresor y provocar un agravamiento de la situación y se corre el riesgo de borrar datos o pruebas importantes que podrían utilizarse en un proceso judicial.
Y, sobre todo, buscar ayuda y tomar contacto con la Coalición Contra el Stalkerware local.